patrulleroVanina Pasik – Cosecha Roja.-

La familia de Luciano Alt -el nene que murió atropellado por una camioneta del comando de policía el sábado pasado- convoca a una marcha para el lunes a las 18 en Villa Las Ranas, partido de San Martín, para exigir justicia. El móvil patrulla el barrio sin identificación ni luces. Cuando lo pisaron, los agentes lo vieron sangrando y escaparon.

El sábado de la semana pasada la familia festejaba el cumpleaños del nene. Luciano jugaba en la calle, igual que otros niños del barrio, cuando pasó a toda velocidad la camioneta policial. En los videos que mostraron los canales de televisión, se ve que la patrulla frenó después del impacto, que uno de los policías se bajó y vio al chico acurrucado cerca del cordón de la vereda, y se volvió a subir al auto.

La mamá y las tías salieron de la casa por el ruido que provocó el impacto y vieron a Luciano tirado. La mamá lo levantó y lo subió a un segundo coche de policía que vino detrás del que se fugó. Lo llevaron al Hospital Belgrano pero los médicos no pudieron salvarlo. Mientras esperaban el informe del personal de guardia, los policías maltrataron a la madre: le dijeron “gorda quilombera” y otros insultos.

Algunos medios de comunicación reprodujeron las versiones policiales: trataron de culpar a la familia, repitieron que el nene apareció corriendo desde atrás de un auto y que el patrullero iba a sólo 16 kilómetros por hora. Pero las huellas en el asfalto que dejó la frenada demuestran que la velocidad era mucho mayor. Muchos chicos jugaban en la vereda, como todas las noches de verano: en La Rana las casas son pequeñas, no tienen patios y los vecinos salen a la vereda para soportar el calor.

Ese sábado, además, había corso. Las murgas empiezan a bailar en la esquina de la casa de los Alt y después marchan por la calle Agustín Álvarez, hasta Bahía Blanca. A Luciano lo atropellaron en Pelagio Luna y Álvarez, en la puerta de su casa, donde las veredas son angostas, se cruzan cinco calles y hay una plazoleta con una virgen.

Después de que el primer patrullero lo pisara y de que el segundo lo llevara al hospital, fueron los mismos vecinos los que vallaron la zona para que no se pierdan las pruebas judiciales. A las horas llegó la Gendarmería -corresponde que las pericias sean hechas por otra fuerza-, y por la mañana del domingo los visitó el intendente Gabriel Katopodis, que apoyó a la familia.

Todos los vecinos se acercaron a la sala velatoria enfrente del Cementerio local. Los familiares decidieron cerrar las puertas para resguardar a los más íntimos. Luciano tenía hermanos chiquitos que estaban esperando para soplar las seis velitas de la torta, que quedó en la heladera. Su mamá está embarazada de tres meses. La tía Claudia, quien lo cuidaba a él y a sus otros sobrinos mientras sus padres salían a trabajar, tomó las riendas de la situación.

Con la televisión encendida, en el living de su casa, se revuelca de la bronca al escuchar las versiones que se repiten en los noticieros. “El auto venía a toda velocidad. Yo escuché el ruido, yo reconocí el cuerpo de mi sobrino, cómo lo dejaron. Se pueden ver las marcas del asfalto”, dijo a Cosecha Roja.

La fiscal de San Martín, Ana de Leo, imputó al policía Jonatan David Godoy por “homicidio culposo” y al acompañante, el teniente Juan Mateo Quintana, por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” (por no haber avisado al comando para denunciar el delito de su compañero). Los vecinos sospechan que los agentes intercambiaron sus lugares: el conductor era Quintana.

La UFI 4 de San Martín ya le solicitó al juez de Garantías 1 de ese departamento judicial, Mariano Andrés Porto, que ordenara la detención de los policías aprehendidos en el Hospital Belgrano para que esperen tras las rejas el proceso judicial. En el barrio y en los alrededores, se corre el rumor de que fueron liberados.