Nora AmayaJulia Varela – Cosecha Roja.-

-Tienen que creernos a las mujeres cuando denunciamos a nuestras parejas. En las comisarías tienen que ayudar, no reírse.

Nora Amaya lloraba, no podía creer que quedaba en libertad. Cuando escuchó la sentencia, no la entendió. Su abogada, Patricia Sanmamed, la abrazó y se la repitió al oído: “Ya está, estás libre”. El 29 de diciembre de 2012 Nora había apuñalado a su pareja, Claudio Vázquez, después de siete años de golpes, violaciones y maltratos. Hoy los jueces del Toc 6 de Lomas de Zamora leyeron la sentencia del juicio y la absolvieron.

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“¿Fuiste a ver a tu macho?”, le preguntó Vázquez a Nora. Ella recién volvía de trabajar y estaba por limpiar la cocina. La casa estaba sucia: cada vez que Claudio comía tiraba todo al piso. “Seguro que te fuiste a putanear”, insistió. Estaba borracho y con sus 115 kilos quiso tirársele encima, ella agarró una cuchilla y se la clavó en el abdomen. Después llamó a la ambulancia y se entregó. Cuando él llegó al hospital, ya estaba muerto.

“Ella no sabía que lo estaba matando. Lo que hizo Nora fue protegerse, y cuando él se le vino encima se defendió con un elemento contundente”, dijo a Cosecha Roja Sanmamed. Y agregó: “Los fiscales no querían aceptar que lo hizo en legítima defensa. Decían que si en la sentencia ponían eso, todas las mujeres que mataban a sus concubinos iban a alegar lo mismo”.

Antes de aquella tarde de 2012, Nora había llamado dos veces al 911 para denunciar a Claudio. La primera vez, la policía no llegó a Villa Corina, Avellaneda, donde vivían. La segunda vez él los echó: dijo que no pasaba nada y que la denuncia era mentira. Y los policías se fueron.

“A vos y a tu hijo los voy a cagar matando”, le gritaba. Nora tenía un hijo con una pareja anterior y dos más con él. Matías declaró en el juicio y contó que Claudio también le pegaba a él porque se llevaba a los hermanos pequeños a la casa de sus abuelos para que no escucharan las peleas. “Pendejos de mierda, no tienen derecho a nada”, los insultaba.

Los chicos tienen menos de cinco años. Por eso Nora esperó la sentencia del juicio con prisión domiciliaria, en vez de estar detenida en la cárcel de Azul, a más de 900 kilómetros de su familia.

-Atendeme el teléfono.

-No puedo, estoy trabajando.

-Soy celoso, atendeme.

“Una vez me quise ir y me sacó toda la ropa a tirones, me la arrancó, me desnudó y me dijo que saliera a la calle así´”, dijo Nora en una de las audiencias. También contó que un verano cuando se fueron de vacaciones la quiso ahogar en un río. “Claudio era un hombre que se manejaba con mucha misoginia, que durante los siete años de relación la maltrataba, le pegaba”, dijo Sanmamed.

Los psicólogos que le hicieron las pericias a Nora dijeron que ella sabía lo que hacía, que “comprendía la criminalidad del hecho presionada por el enfrentamiento con la pareja” y que la mujer “actuó con plena consciencia y en circunstancias de un enfrentamiento”. Pero para la abogada la situación fue diferente: “Si estás bajo la acción del miedo no sos consciente de lo que hacés. Nora sufrió un trastorno mental transitorio. Las mujeres que sufren violencia de género tienen una patología puntual, que no puede diagnosticarse con una pericia de una hora de charla”.

Los jueces del Tribunal Oral Nº 6 de Lomas de Zamora, Gabriel Vandemberg, Marí­a Laura Altamiranda y Claudio Fernández, son los mismos que absolvieron a Beatriz López, una mujer acusada de matar al marido policía. La abogada de López estuvo hoy en la sala para escuchar la sentencia.

Foto: Infojus Noticias