Leila Macor, AFP

María Herrera busca a cuatro hijos. La madre mexicana se unió a poeta Javier Sicilia en su Caravana por la Paz que hoy recorre Estados Unidos. Cuatro de los ocho hijos de María Herrera desaparecieron en Michoacán en los últimos cuatro años, en medio de una guerra entre las fuerzas de seguridad mexicanas y los cárteles de la droga.

María Herrera se unió el año pasado al MPJD, liderado por el poeta Javier Sicilia. Su Caravana por la Paz actualmente recorre Estados Unidos para pedir el fin de la guerra contra las drogas. Habló con AFP telefónicamente desde Jackson, Mississippi (sur).”

Cuatro de los ocho hijos de María Herrera están desaparecidos. Esta madre de familia, originaria de Michoacán (suroeste de México), tiene 63 años y lleva cuatro tocando las puertas de las autoridades sin obtener respuestas. Durante una parada de la Caravana por la Paz hacia Washington, dio su testimonio a AFP:

“Hoy se cumplen cuatro años de desaparecidos mis dos primeros hijos, que son Jesús Salvador (24 años) y Raúl Trujillo Herrera (19). Ellos desaparecieron en el estado de Guerrero (suroeste) el 28 de agosto de 2008. Hoy se cumplen cuatro años.

Después de una interminable búsqueda y de un dolor inmenso porque no sabíamos qué hacer, tocamos las puertas de todas las autoridades del estado, sin ser escuchados. Y no hemos tenido ninguna respuesta.

Y como si esto fuera poco, después de dos años, el 22 de septiembre de 2010 me desaparecen otros dos hijos míos, Luis Armando (25) y Gustavo (28), junto con otros dos familiares más: el esposo de una nieta y un sobrino.

Todos son compradores de oro, es el oficio que se desempeña en nuestra comunidad, Pajacarán. Compran pedaceras (piezas) de oro, plata, cobre… De lo que encuentran por ahí. Como le digo es un oficio que se hace desde hace mucho tiempo en el pueblito.

Y van 19 desaparecidos en el pueblo (en Michoacán, vecino a Guerrero). Al principio creíamos que era por cuestión del oficio.

Pero una vez que nos unimos a la caravana, al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), nos dimos cuenta de que no era ese el problema, sino que esto es una guerra que está en nuestro México que se llama ‘guerra contra el narcotráfico’, pero que de hecho es una guerra contra toda la sociedad mexicana.

Todos los compañeros que se han desaparecido, desaparecieron de la misma forma: sin dejar rastro, no dejan huella y nadie hace nada por ayudarnos a recuperarlos. Somos miles de madres que estamos en la busqueda de nuestros hijos. A algunas les han dicho que sus hijos han sido masacrados. La gran mayoría son jóvenes de 15 a 35 años. ¿Qué está pasando?

Durante los tres años que yo luché por saber de mis hijos, nunca encontré una respuesta, y a partir de que entré al MPJD las cosas mejoraron. Veo un sinfín de buenas disposiciones, pero queda ahí. No sé dónde están, no sé qué pasó. No tengo una respuesta de lo que pasó verdaderamente con mis hijos.

Ahora tengo miedo de que me vuelva a suceder lo mismo. No se imagina usted el miedo de levantarme y voltear a mi alrededor a ver si mis hijos que tengo aún están ahí completos.

Tengo la certeza de que están vivos, porque ¿qué están haciendo con todos esos jovenes y jovencitas que están desapareciendo? Algo está pasando aquí, hay tráfico de personas.

Ahorita lo que más queremos es que nuestro grito de dolor, nuestro grito de búsqueda, llegue a los presidentes. Porque ellos hacen sus acuerdos y nosotros ni sabemos qué es lo que están tratando, mientras sufrimos los estragos de sus políticas. Y no se vale. Ellos ponen las armas y nosotros ponemos nuestros hijos.

No hay cifra exacta (de desaparecidos), porque hay miles de gentes que no se atreven a salir a hacer denuncias porque son amedrentados por los mismos grupos criminales, o por las personas que bien sabemos que intervinieron en la desaparición de nuestros hijos.

Tienen que regresárnoslos, no es justo que nuestros gobiernos nos estén haciendo esto. Esto que está pasando es algo anormal, no puede ser que nuestros hijos se desaparezcan como si se hubiese abierto la Tierra y se los hubiera tragado.

Este grito de dolor que yo le estoy diciendo, se lo digo en nombre de todas la madres y padres, hermanos, esposas, hijos que han perdido a sus seres queridos.