La Estrella.-

Al menos treinta vehículos y cinco sedes de la empresa de frituras Sabritas, filial en México de Pepsi, fueron quemados el fin de semana, reportó el lunes la compañía, al tiempo que cuatro hombres, presuntos miembros de un cartel de drogas, fueron detenidos por el ataque.

Los ataques fueron perpetrados por hombres armados en tres poblaciones del estado de Michoacán (oeste) y dos de Guanajuato (centro), en una zona que se disputan el cartel de La Familia y su grupo disidente Los Caballeros Templarios.

En Guanajuato, las autoridades detuvieron a cuatro hombres, señalados como presuntos miembros de “Los Caballeros Templarios” y quienes habrían participado en los ataques contra la firma Sabritas, la mayor distribuidora de botanas en México.

Los cuatro detenidos pertenecen a “una célula delictiva de los Caballeros Templarios” y, según sus declaraciones a las autoridades, “planearon y ejecutaron el ataque a las instalaciones de la empresa” de frituras, informó la fiscalía de Guanajuato en un comunicado.

La empresa, por su parte, emitió en Ciudad de México un comunicado en el que señaló que no hubo víctimas.

“Dichos ataques causaron daños aún no cuantificados a las instalaciones físicas, los vehículos de la fuerza de ventas y al producto destinado al abasto de la zona, sin que se registraran heridos o pérdidas humanas”, señaló.

El diario Reforma informó que una de las hipótesis que investigan las autoridades es una posible represalia contra la compañía por permitir que el Ejército usara sus vehículos para tareas de inteligencia.

Pero la firma, que comercializa alimentos empaquetados como papas fritas, se deslindó de esas acusaciones.

“Reiteramos que, en línea con nuestro código de conducta, todas nuestras operaciones se realizan en el marco de la normatividad vigente y todas nuestras unidades e instalaciones están dedicadas por completo a llevar a nuestros clientes y consumidores nuestros productos”, agregó en el comunicado.

Los ataques, ocurridos en su mayoría entre la noche del viernes y el sábado, afectaron a los centros de distribución en las ciudades de Apatizingán, Lázaro Cárdenas y Uruapan (Michoacán), además de Salvatierra y Celaya (Guanajuato).