migliore_arcoCosecha Roja.-

Entre mañana y el viernes la Sala VII de la Cámara de Apelaciones deberá resolver sobre dos pedidos claves en el crimen de Ernesto Cirini, un hombre al que cuatro  barrabravas de Boca habrían matado a golpes y patadas hace dos años. Los jueces decidirán si eximen de prisión a Maximiliano Mazzaro, prófugo desde hace un año y medio, y si dan lugar al pedido de excarcelación de Maximiliano Levy, acusado de encubrimiento en la causa. Los abogados del arquero de San Lorenzo, Pablo Migliore, apuestan a la libertad de Levy, lo que marcaría un antecedente para lograr que también se la otorguen a él, ya que ambos fueron imputados por delitos similares.

Los camaristas Mauro Divito, Juan Cicciaro y Mariano Scotto deben resolver la situación de Levy en la causa donde también está preso el jefe de la barrabrava de Boca Juniors, Mauro Martín.

Migliore está preso en el Módulo 1 de Ezeiza. Lo comparte con los músicos de Callejeros y con otros clientes de sus abogados. Por eso no pidió ningún resguardo físico, ni cumplir su detención en Devoto, con los otros detenidos de la causa.

-Está chocho- dijo su papá, Ricardo. – Le armaron un gimnasio, practica boxeo y se está entrenando. Está entero, tiene una fuerza este loco.

El domingo a la noche, después del partido con Newell’s, la Policía Federal detuvo a Migliore en el Nuevo Gasómetro. Se montó un operativo grande y el juez Manuel de Campos acompañó a los efectivos. Primero allanaron el estacionamiento donde los jugadores y la dirigencia dejan sus autos. Después lo detuvieron. Migliore no negó en ningún momento su vínculo con Mazzaro. Pero por consejo de sus abogados, Martín Morla y Víctor Stinfale, se negó a declarar frente al juez. La estrategia es esperar. Con el correr de las horas crece la presión sobre su protegido.

“Maxi está triste y piensa en entregarse”, dijo Horacio Rivera, abogado de Mazzaro.

De Campos le imputa a Migliore el delito de “encubrimiento agravado” por considerar que ayudó a Mazzaro. Según Morla, las principales pruebas son “un audio de una escucha telefónica” y la “trascripción de mensajes de texto”. El delito de encubrimiento es excarcelable. La única razón por la que Migliore sigue detenido es que el juez tiene argumentos para sospechar que, de quedar en libertad, el arquero de San Lorenzo podría seguir entorpeciendo las acciones de la justicia. Pero hay códigos. De entregarse Mazzaro, la puerta se abriría para Migliore. No está bien visto hacer pagar con cárcel a un amigo que ayudó en momentos difíciles.

–Che, tengan cuidado, los teléfonos están intervenidos– alerta, en el fondo de una escucha, la pareja de Mazzaro.

–Qué carajo me importa– contesta Migliore–. ¿A mí qué me van a hacer?

La ayuda del arquero no resultó menor: autos, teléfonos, plata. La soberbia de ser una figura pública y sentirse dentro de un sistema de impunidad muy eficiente. Porque la trama que relaciona a jugadores de fútbol y dirigentes con las barras de cada club está tejida con dinero y poder. Levy, el otro detenido por encubrimiento en la misma causa, llegó a usar un helicóptero para las tareas operativas de la 12. Lo detuvieron cuando volvía de ver un partido de Boca en Ecuador. Al bajar del avión, en su teléfono, había cinco llamadas avisando sobre el operativo policial que lo esperaba.

El representante de Migliore contó que desde el club le ofrecieron todo su apoyo. Incluso el vicepresidente primero, Marcelo Tinelli, desde París se puso a disposición “para lo que haga falta”. Sus compañeros mandaron mensajes a las redes sociales para solidarizarse con su situación. La hinchada de San Lorenzo ya prepara una bandera para el próximo partido expresando su aguante al Loco.

La línea que divide a los protagonistas del fútbol con las barras bravas parece reforzarse cuando se siente en peligro.

CUATRO GOLPES MORTALES.

El asesinato de Cirino ocurrió el 29 de agosto de 2011. Ese día, Gustavo Petrinelli le pidió a Martín, su cuñado, que fuera hasta su casa. Había tenido una pelea con un vecino del barrio en Liniers y no quería resolverlo solo. En dos autos llegaron Martín y otros dos barras. Cuando el jefe de la hinchada de Boca se enteró de que el problema era que el perro de Cirini orinaba en la casa de Petrinelli, se burló de su cuñado. Igual, no se fueron sin llevar a cabo la faena: Cirino recibió patadas y golpes de puño y murió al día siguiente en el hospital. La autopsia dice que es imposible saber quién fue el autor del homicidio. Quedaron imputados Martín, Petrinelli, Mazzaro y Daniel Whebbe, que también está prófugo hace un año y medio. En dos oportunidades el juez libró orden de allanamiento para detenerlo. Las dos veces un aviso de la policía le permitió irse antes que llegara el operativo.

Tanto el fiscal como el juez entendieron que para forzar la red que encubre a los prófugos había que cambiar la estrategia, dejar de esperar que la investigación diera con los lugares donde se esconden Mazzaro y Whebbe.

El allanamiento en el Nuevo Gasómetro fue un mensaje distinto. La detención de Migliore parece poner sobre aviso a todos los que garantizar que la impunidad sea tan eficiente en las tramas del fútbol argentino.