El Tiempo.-

Autoridades investigan si bandas adoptaron prácticas de narcos mexicanos o si son venganzas.

Las versiones sobre venganzas al estilo de ‘los Zetas’, el temible grupo de narcotraficantes de México, con las que se venían relacionando desde finales del año pasado algunos crímenes en Tuluá (Valle), han tomado fuerza en los últimos seis meses con el hallazgo de cinco cuerpos mutilados.

Esos comentarios, que se han generalizado en esta ciudad del centro del Valle, crecieron esta semana con un mensaje dejado al lado de una cabeza encontrada en una maleta. El cuerpo fue hallado en el corregimiento de Aguaclara, cerca del río Tuluá.

“De parte de Aníbal, el picante”, decía el cartel escrito con letras de periódico.

“Ojalá que eso no sea cierto”, dijo el secretario de Gobierno del Valle, Jorge Homero Giraldo, quien anotó que existe preocupación por la pugna de ‘los Rastrojos’ y ‘los Urabeños’ con redes del exterior, que golpea a ciudades como Tuluá, Buga, Palmira, Cartago y Cali.

Por su parte, el comandante de la Policía Valle, coronel Nelson Ramírez, aseguró que se investigan los rumores sobre la influencia de redes internacionales en estos delitos.

Pero en las calles de la ciudad se habla de que ‘los Paisas’ persiguen todo lo que suene a ‘Rastrojos’, y de una banda que habría llegado de Cali, con presencia de menores, y que ejecuta sus asesinatos con motosierra o machete.

José Germán Gómez, alcalde de Tuluá, consideró que estos hechos pueden ser el resultado de peleas del microtráfico, pero sostuvo que un trabajo articulado de las autoridades colombianas le puede poner freno a la situación. Ya se ha dispuesto la llegada de unos 200 policías.

Mientras tanto, el presidente del concejo municipal, Juan David Cruz, no descarta que los últimos crímenes obedezcan a las acciones de bandas delictivas con nexos con el extranjero y, por eso, no duda de que se debería pedir apoyo a autoridades internacionales.

Lo cierto es que ya hay antecedentes sobre nexos de delincuentes locales con bandas mexicanas. El 4 de noviembre del 2010 fue detenido el tulueño Mauricio Poveda Ortega, de 37 años, el ‘Conejo’, de quien las autoridades dijeron que sería proveedor de cocaína de la organización de los Beltrán Leyva. Tuluá también se sacudió el 12 de marzo con el crimen del presidente de la cámara de comercio local, Jesús Ernesto Victoria, en un ataque que, según las autoridades, pudo estar dirigido contra su sobrino, Diego Francisco Victoria, quien había llegado de México.