brian hernandezDiario de Río Negro.-

El oficial subinspector Claudio Salas, confeso autor del disparo que mató a Brian Hernández (14), fue beneficiado con una falta de mérito y recuperó la libertad. La decisión del juez Marcelo Muñoz tomó por sorpresa hasta al abogado defensor y provocó indignación en la madre de la víctima, que encabezó una reducida marcha hasta la casa del policía.

Elizabeth Hernández y Alejandro, su otro hijo, fueron heridos por balas de goma en una represión que se registró después en inmediaciones de la comisaría 16.

Por su parte el fiscal Maximiliano Breide Obeid anticipó que apelará la resolución. “No entiendo cómo pudo dictar la falta de mérito con una víctima fatal, un autor confeso y un arma reglamentaria que según la pericia fue la utilizada”, dijo el funcionario.

El querellante Federico Egea planteó: “el juez Muñoz entiende que matar a un pibe no es punible. Tiene vocación por procurar la impunidad”. Tras asegurar que recurrirá la decisión, señaló que “ni siquiera la defensa esperaba esto, porque planteó el caso como un error” de Salas.

A su turno el defensor Nahuel Urra destacó que “como toda la sociedad de Neuquén, queríamos saber la verdad, más en este tiempo en que estamos viviendo situaciones muy complejas”. Agregó que “mi pupilo en todo momento estuvo a disposición de la justicia y colaboró con la investigación”.

El juez Muñoz no entregó copia de su resolución ni atendió los llamados de “Río Negro”. A través de fuentes con llegada a la causa se pudo saber que manifestó sus dudas respecto de quién tiene razón: si el policía o los amigos de Brian, y por eso decidió que hay que profundizar la investigación.

El 19 de diciembre pasado, al día siguiente de terminar la escuela primaria, Brian iba en una cupé Renault Fuego junto con siete amigos. Eran las 3 de la mañana y le habían sacado el auto al padre de uno de ellos como una travesura.

Se cruzaron con un patrullero en el que había tres policías. Salas creyó ver que le apuntaba con un arma a una compañera, y hasta creyó ver un fogonazo. Por eso disparó con su arma reglamentaria.

En el interior del auto había un arma que no servía para disparar. Según el juez Muñoz, el fogonazo existió y pudo ser la brasa de un cigarrillo o la pantalla de un celular.

El proyectil que disparó Salas ingresó por la luneta e impactó en la parte posterior de la cabeza de Brian provocándole heridas irreversibles. Al día siguiente el chico murió.

El 4 de enero pasado habría cumplido 15 años.