Lo poco que se sabe hasta ahora: que ella tiene 20 años, y él 22.

Que vivían en el fondo de una casita alquilada en Parque Calchaquí, en Quilmes.

Que él la roció con alcohol y la prendió fuego.

La chica llegó al hospital Iriarte con el 75% del cuerpo quemado. El director hospital, Daniel Abarquero, dijo que su estado es crítico:

“El 60% de las quemaduras son profundas y el 15% son superficiales”, explicó.  El ataque le afectó la cara, el torso, los pechos, el abdomen, los brazos, las manos y parte de las piernas.

Él agresor, explicó el médico, tiene quemaduras en las manos. Entró al hospital “en estado de exitación”, bastante violento. Intentó explicar lo que había pasado: fue confuso.

Habló de un pelea, alcohol, y de un accidente con una estufa o un horno a la que ella se acercó.

Lo tuvieron que sedar.

Ella no puede hablar: esta inconsciente. Los medios locales -uno de ellos es Hecho en Quilmes- dijeron que tiene pocas posibilidades de sobrevivir.

En la puerta del hospital se concentraron familiares del agresor y la agredida. Allí se conocieron algunos detalles: la agresión no había sido un hecho aislado.

“La víctima había sido golpeada en las últimas semanas”, dijo el médico. “Lo que estaban comentando es que parte del entorno familiar estaba intentado proteger a la paciente porque hubo varios intentos violentos de lastimarla. O sea, esto no es algo que se produjo de un momento a otro. Es algo que venía de varias semanas”.

Una hora después del ataque, al hospital llegó otra mujer. Embarazada. Muy golpeada por su pareja.

“Tenemos que tener en cuenta”, dijo el director del hospital, “que este tipo de casos es de lo más común y los estamos percibiendo semanalmente, no quizás con esta intensidad”.

Por el momento, la causa fue caratulada como “tentativa de homicidio calificado”. Quedó a cargo de la fiscalía N°7, de Ximena Santoro.