pergamino

ANDAR (Agencia de Noticias en Red)

El domingo 26 de mayo, diez niños y adolescentes de entre 10 y 17 años estaban reunidos en la plaza Merced de Saladillo, provincia de Buenos Aires. Un vecino llamó a la policía. Los uniformados reprimieron a los chicos con balas de goma. Tres fueron detenidos y llevados a la comisaría. Cuando los amigos fueron hasta la seccional a reclamar su liberación los dejaron demorados. Organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, gremiales y de derechos humanos de Pergamino denunciaron públicamente los hechos y reclamaron una policía “democrática”.

Entre las 19 y las 23 horas del domingo 26 de mayo, un grupo de niños y adolescentes estaban reunidos en la plaza Merced, en pleno centro de Pergamino. Varios de ellos andaban en skate. Antes, este grupo solía juntarse en otra plaza de la ciudad, hasta que el Municipio los desplazó. Según les dijeron, era “para protegerlos”. Ese día, aparentemente, un vecino llamó a la policía. Personal de la Comisaría primera se acercó al lugar y comenzó a disparar balas de goma contra los jóvenes. Tres adolescentes fueron detenidos en la plaza. Los demás fueron hasta la puerta de la Seccional para reclamar por la libertad de los amigos. La policía volvió a atacarlos con balas de goma. Siete chicos quedaron demorados. Entre ellos había una niña de 12 años.

Según dice el comunicado emitido por las organizaciones, las pericias médicas que se realizaron posteriormente dieron cuenta del maltrato y los golpes que los chicos recibieron. También fueron agredidos verbalmente y amenazados para que no dijeran quiénes los habían golpeado.

Los padres de los chicos –todos ellos menores de edad- fueron notificados de los hechos dos horas después de ocurridos. Un grupo de madres que fueron a la comisaría a retirar a sus hijos fueron intimadas a firmar una declaración en la que se hacían responsables de los supuestos delitos cometidos por los chicos: disturbios en la vía publica, resistencia a la autoridad y golpes a un oficial.

Los familiares de los diez menores de edad detenidos presentan esta semana una denuncia en la fiscalía general a cargo del Dr. Mario Daniel Gómez  y pidieron la urgente identificación de los responsables.

“Todo el tiempo nos estaban provocando para que reaccionáramos mal hacia ellos. Yo creo que para justificar lo que habían hecho”, contó Cinthia, mamá de uno de los niños demorados.

La CTA, SUTEBA, la Coordinadora de estudiantes secundarios, la Asociación por los derechos humanos y la memoria, la JP Evita, la Juventud Nuevo Encuentro, entre otras organizaciones, se solidarizaron con los familiares y se sumaron al reclamo de justicia para que se identifique a los responsables. En el comunicado dijeron: “no queremos más esta policía que se maneja en la ilegalidad. Queremos una fuerza de seguridad que se ajuste a derecho, que sea democrática, que no apunte a nuestros jóvenes tratándolos como a delincuentes sólo porque son el eslabón vulnerable del entramado social. Este que denunciamos es un gravísimo caso de VIOLENCIA INSTITUCIONAL, una situación que se encuadra en lo que se denomina “represión preventiva” la que se aplica particularmente en contra de la juventud. Como jóvenes, como sociedad, no podemos permitir que esto siga sucediendo”.

ANDAR en Pergamino

DENUNCIAN REPRESION A NIÑOS Y ADOLESCENTES

(Agencia)

El domingo 26 de mayo, diez niños y adolescentes de entre 10 y 17 años estaban reunidos en la plaza Merced de Saladillo, provincia de Buenos Aires. Un vecino llamó a la policía. Los uniformados reprimieron a los chicos con balas de goma. Tres fueron detenidos y llevados a la comisaría. Cuando los amigos fueron hasta la seccional a reclamar su liberación los dejaron demorados. Organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, gremiales y de derechos humanos de Pergamino denunciaron públicamente los hechos y reclamaron una policía “democrática”.

Entre las 19 y las 23 horas del domingo 26 de mayo, un grupo de niños y adolescentes estaban reunidos en la plaza Merced, en pleno centro de Pergamino. Varios de ellos andaban en skate. Antes, este grupo solía juntarse en otra plaza de la ciudad, hasta que el Municipio los desplazó. Según les dijeron, era “para protegerlos”. Ese día, aparentemente, un vecino llamó a la policía. Personal de la Comisaría primera se acercó al lugar y comenzó a disparar balas de goma contra los jóvenes. Tres adolescentes fueron detenidos en la plaza. Los demás fueron hasta la puerta de la Seccional para reclamar por la libertad de los amigos. La policía volvió a atacarlos con balas de goma. Siete chicos quedaron demorados. Entre ellos había una niña de 12 años.

Según dice el comunicado emitido por las organizaciones, las pericias médicas que se realizaron posteriormente dieron cuenta del maltrato y los golpes que los chicos recibieron. También fueron agredidos verbalmente y amenazados para que no dijeran quiénes los habían golpeado.

Los padres de los chicos –todos ellos menores de edad- fueron notificados de los hechos dos horas después de ocurridos. Un grupo de madres que fueron a la comisaría a retirar a sus hijos fueron intimadas a firmar una declaración en la que se hacían responsables de los supuestos delitos cometidos por los chicos: disturbios en la vía publica, resistencia a la autoridad y golpes a un oficial.

Los familiares de los diez menores de edad detenidos presentan esta semana una denuncia en la fiscalía general a cargo del Dr. Mario Daniel Gómez  y pidieron la urgente identificación de los responsables.

“Todo el tiempo nos estaban provocando para que reaccionáramos mal hacia ellos. Yo creo que para justificar lo que habían hecho”, contó Cinthia, mamá de uno de los niños demorados.

La CTA, SUTEBA, la Coordinadora de estudiantes secundarios, la Asociación por los derechos humanos y la memoria, la JP Evita, la Juventud Nuevo Encuentro, entre otras organizaciones, se solidarizaron con los familiares y se sumaron al reclamo de justicia para que se identifique a los responsables. En el comunicado dijeron: “no queremos más esta policía que se maneja en la ilegalidad. Queremos una fuerza de seguridad que se ajuste a derecho, que sea democrática, que no apunte a nuestros jóvenes tratándolos como a delincuentes sólo porque son el eslabón vulnerable del entramado social. Este que denunciamos es un gravísimo caso de VIOLENCIA INSTITUCIONAL, una situación que se encuadra en lo que se denomina “represión preventiva” la que se aplica particularmente en contra de la juventud. Como jóvenes, como sociedad, no podemos permitir que esto siga sucediendo”.