Laura-Iglesias-patronato-de-liberadosJuliana Mendoza – Cosecha Roja.-

Que el crimen de Laura Iglesias sea reconocido como femicidio. Que el Patronato de Liberados, el organismo donde trabajaba la asistente social, reconozca las violencias que sufren las trabajadoras en horario laboral. Que se condene a Esteban Cuello a prisión perpetua. Eso es lo que pidió el abogado querellante Alejandro Bois en los alegatos. La defensa del acusado respondió con una pena de 25 años. “Laura ya no va a volver y es irreparable lo que sucedió, pero esperamos que con el fallo haya un antes y un después para pensar su caso”, dijo a Cosecha Roja Bois. El 22 de junio el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Mar del Plata dictará la sentencia.

Laura ya no está. La familia, los amigos y los compañeras de trabajo y militancia de ATE estuvieron por ella dentro y fuera del tribunal. La oficina de Antiimpunidad del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, representantes de la Comisión por la Memoria y distintas organizaciones sociales también apoyaron a los familiares de Iglesias.

Bois destacó la importancia del camino y la lucha que encararon los parientes y los amigos de Laura para exigir justicia. “El apoyo de los organismos de Derechos Humanos no es casual, tiene que ver con el femicidio y con las condiciones de trabajo de las asistentes sociales”, dijo Bois. El Patronato de Liberados bonaerense nunca reconoció que la muerte fue en horario laboral. Otros de los pedidos de la querella es que los testimonios del juicio sirvan como evidencia para una causa nueva que están investigando por encubrimiento y responsabilidad contra los policías bonaerenses. “Esto es un escalón más en la búsqueda de verdad y justicia”, dijo.

La fiscal Ana María Caro recordó todas las pruebas que ponen a Cuello en el lugar del crimen, como los testimonios y el material genético de los peritos. “Para ella quedó claro que el acusado tuvo total dominio de los hechos y que nada fue ajeno a su voluntad”, dijo Bois. La familia se encargó de decirlo desde el primer momento: el hombre no actuó solo, la Policía Bonaerense también está involucrada.

La defensa discutió la inconstitucionalidad de la pena perpetua. Ese fue el fundamento para pedir 25 años para Cuello, acusado de “abuso sexual agravado seguido de muerte”. Tiene 23 años y antecedentes penales por delitos sexuales. Para la Justicia, el crimen de Laura no fue un femicidio porque Cuello no la conocía. “Queremos que el crimen de Laura se incluya en el nuevo registro de femicidios”, dijo Bois.

Laura Iglesias apareció muerta en la entrada de Miramar hace dos años. Era trabajadora social y la policía encontró su cuerpo atado a un arbusto a unos 200 metros del auto con el que había ido a ver a uno de sus tutelados del Patronato de Liberados. La familia cree que no fue un caso de inseguridad por las “condiciones” en las que la encontraron. “No se abrieron nuevas líneas de investigación y los peritajes nunca se hicieron, no se tuvo en cuenta que mi mamá trabajaba en el estado y con personas que tenían conflictos con la ley penal. Nunca los citaron a declarar”, dijo a Cosecha Roja Lucía, la hija.
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Laura se había mudado a Miramar junto a su hija y su nieta. Formaba parte de un grupo de trabajadoras sociales del Patronato de Liberados que cuestionaba la impronta punitiva de la institución y militaba en Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Querían lograr la inclusión social de los detenidos a los que acompañaban en el proceso de liberación. “Era una apasionada. Todo lo que tenía lo ponía en su trabajo, y lo que no tenía, también lo ponía”, contó Lucía.

El 29 de mayo de 2013, a pesar del paro, Iglesias fue a visitar sus tutelados. Viajó en su Renault 9 azul por la ruta 11. El auto se descompuso y fue a la casa de una amiga que la acercó hasta Mar del Plata. Más tarde volvió a Miramar para buscar el auto y mandarlo a arreglar. Esa fue la última vez que la vieron con vida.

Al día siguiente a las 10 de la mañana los perros de la policía encontraron el cuerpo. Estaba sentada en un descampado con la ropa puesta, con manchas de barro y ramas en el cuerpo -como si hubiera sido arrastrada- a unas treinta cuadras del centro de Miramar. El informe de los médicos forenses indicó que el asesino la había golpeado con fuerza en distintas partes del cuerpo y la había violado más de una vez. Laura murió por asfixia: la estrangularon con el cordón de una zapatilla.

Después de la autopsia, los forenses hicieron pruebas genéticas sobre el cuerpo de la víctima. Los resultados coincidieron con el ADN de Esteban Cuello, el único detenido. Un vecino llamó a la policía porque lo vio por la zona el mismo día del crimen. El joven quedó con prisión preventiva en la Unidad Penal Nº44 de Batán.