Por Matías Máximo
Fotos: Agustina Siffredi, Camila Biondo y Martina Aguirre. Primera muestra colectiva anual 2018 “Posporno. Obra en (de)construcción”.
Los planteos y las representaciones que hace la pornografía comercial recibieron a partir de los ‘80 una respuesta crítica: así nació el posporno en sus múltiples lenguajes artísticos, como herramienta y dispositivo estético-político del cual se valdrán los movimientos de disidencia sexual.
El principal objetivo del posporno es poner en tela de juicio la mirada heteronormativa que subyace y se imprime desde el porno “tradicional”, en sentido mainstream y especialmente heterosexual.
La Cátedra de Posporno de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Rosario -la primera íntegramente dedicada al tema en el país- propone adentrarse en la producción posporno actual, fundamentalmente de América Latina, previo recorrido sobre las categorías y nociones que hacen a las perspectivas sexo-genéricas, para examinar los diferentes problemas teóricos, críticos, culturales y políticos que implica el posporno. Una invitación a pensar el posporno como un discurso en disputa simbólica con la representación de las sexualidades.
Cosecha Roja conversó con Javier Gasparri, titular de la cátedra, y Didac Terre, uno de los profesores.
¿Cómo nace la idea de la cátedra posporno? ¿Percibían una demanda en les estudiantes?
Terre: La cátedra Posporno surge desde el Programa Universitario de Diversidad Sexual (PUDS) de la Universidad Nacional de Rosario. Comenzó a gestarse en 2017 y logró que la Escuela de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes la apruebe en 2018. La cátedra responde a uno de los objetivos del PUDS de problematizar y develar los mecanismos androcráticos, heterosexistas y biologicistas que se esconden detrás de los preceptos de objetividad / neutralidad de las carreras de grado de la UNR, siempre buscando el abordaje interdisciplinario. En pos de dar esta discusión se buscan los intersticios y demandas del estudiantado formulando propuestas que sean atractivas para las diferentes carreras de grado. En este ir construyendo con otres, se sumó a la creación de la materia el artista rosarino Mauro Guzmán, quien aportó todo su recorrido y construcción corporal al proyecto.
¿Cuál fue la recepción el primer año? ¿Podés mencionar algunas de las producciones?
Gasparri: Durante la experiencia del primer año tuvimos resultados fascinantes a muchos niveles, con una muestra que estuvo espectacular, con multiplicidad de registros. Hubo proyectos escritos, pero también fotografías, perfos y exposiciones más ligadas a aspectos lúdicos, por así decirlo, obras muy heterogéneas. Pero justamente en esa diversidad de registros y acciones estuvo el potencial de la muestra. Y lo que es más importante, todes les estudiantes que cursaron se involucraron (cualquiera haya sido su carrera de pertenencia), o sea que en ese sentido el impulso a la producción de obra ligada a lo posporno fue muy bien recibida y muy productiva.
Terre: Las producciones lograron tomar vuelo propio, eso abrió otra etapa de la cátedra, logrando mantener la comunicación con les estudiantes. Las obras, tanto performáticas como fotográficas, recorrieron otros espacios, algunos académicos y también del under.
Las estrategias políticas que lxs activistas toman como punto de acción en la cátedra es su propia corporalidad y sus deseos para criticar los efectos normalizadores y disciplinarios de toda formación identitaria basada en las dicotomías masculino/femenino u hombre/mujer impuestas desde la matriz cisheterocentrada. En algunas de las clases, por ejemplo, en vez de fibrones puede haber látigos. “El posporno se apropia de las herramientas discursivas y visuales del porno y experimenta con ellas, así como habilita otras representaciones de la sexualidad, y de este modo busca subvertir el porno, aunque sus límites puedan presentarse porosos en múltiples aspectos, con lo cual escapa a una división taxativa. Lo que se promueve con estas prácticas artísticas es otra lectura de los cuerpos no normalizada y nuevas formas de relaciones sexoafectivas”, dice el programa académico. Es así que el posporno se presenta como una respuesta que ensambla la política y el arte. La primera lo hará al intentar modificar el actual orden de las cosas transgrediendo las propias representaciones del porno comercial como parte del dispositivo de sexualidad que actúa como regla y reproduce una heterosexualidad obligatoria (u otras formas de sexualidad normativa), como así también, una diferencia sexual. Y la crítica, por acción del arte, y del uso de sus herramientas y tecnologías, permitirá visibilizar, comunicar, afectar, conmover, excitar, etc., mediante la apuesta posporno.
“Por otro lado, si el porno busca venderse como “lo real” o como mera fuente de excitación, el posporno intentará ser la voz crítica del sistema cisheterocentrado y, además, buscará hacerlo desde una creación artística, que –para expresarlo en términos convencionales- tendrá como fin un alcance estético, como el de cualquier obra de arte (aunque luego podamos problematizar nociones como “estética” y “obra” en el contexto de los debates actuales). Para esto tomará las expresiones estéticas provenientes del campo artístico como la performance, combinadas -o no- con las nuevas tecnologías y el empoderamiento de la red, así como con un fuerte rol autogestivo”, dice la currícula.
¿De dónde viene la mayoría de les estudiantes que participan?
Gasparri: Les estudiantes provienen mayormente de la carrera de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, ya que la cátedra se encuentra radicada ahí. Es una materia optativa que pueden hacer dentro de sus recorridos. Igualmente como esto se articula desde el Programa Universitario de Diversidad Sexual, se plantea la posibilidad de que otres estudiantes puedan realizar la materia y participar del cursado. En efecto hemos tenido muches estudiantes de otras carreras, sobre todo el año pasado que se acercan porque les interesa el tema y además les funcionan en sus recorridos curriculares por las disciplinas o áreas en las que se estaban formando. Hablamos de estudiantes no solo de la propia facultad sino también de otras facultades de la UNR. Tuvimos entonces además de gente de Bellas Artes, estudiantes que venían de Psicología, Antropología, Historia, Filosofía, Letras, la mayoría ligadas a lo humanístico y artístico.
¿Dónde planean incorporar los aprendizajes de la cursada?
Gasparrini: Los efectos en su propia formación tienen una incidencia al menos doble, por un lado la formación teórica y crítica ligadas al posporno y a las cuestiones sexo-genéricas que lo pueden poner en juego en sus disciplinas y también la experiencia de esa puesta en obra colectiva que fue muy valiosa para todas. Quienes vengan de otras carreras tienen la opción de hacer desarrollos más teóricos o críticos, pero también enfatizamos mucha la invitación a que se involucren con la producción de obra en la medida que también nos interesa que haya una puesta del cuerpo, tanto sea como para producciones más performativas como también en otros registros.
