senegalesesEl centro de La Plata amaneció hoy plagado de policías e inspectores, y vacío de vendedores ambulantes. El operativo empezó ayer con 300 agentes de Control Ciudadano, de Migraciones, de la Policía Federal, de la Bonaerense y de la Policía Local de La Plata. El objetivo: los vendedores ambulantes senegaleses que trabajan en el centro de la ciudad.

Los medios de comunicación ya habían preparado el terreno: “Competencia desleal”, decían los diarios locales. “El centro platense en manos de los manteros”, convertido en “tierra de nadie”, o plagado “competencia desleal”, según el momento. Hoy, después de la represión, los mismos medios festejaron “el clima de tranquilidad”.

El mega operativo de ayer terminó con cinco vendedores detenidos y con un botín de lentes, joyas de fantasía, cargadores de celulares y carteras. Los manteros -en total se calcula que son unos 50- intentaron defenderse: saben que cuando les llevan la mercadería, es muy dificil que la vuelvan a ver. Se aferraron a sus cosas, cortaron la calle y más tarde fueron hasta la municipalidad a protestar.

El intendente Garró justificó la represión. “La Plata”, dijo, “debe recuperar su identidad de ciudad modelo en el mundo”.

Una escalada

Los operativos contra los vendedores senegaleses se repiten en varias ciudades. “A partir de ahora está prohibida la venta ambulante en Constitución”, dijo hace un mes un inspector de la Dirección de Espacios Públicos de la ciudad en Constitución. Si bien la ley dice lo contrario -la venta por subsistencia no está penada- los operativos en una de las plazas más transitadas de la ciudad comenzaron a repetirse de forma casi diaria, siempre con un mismo objetivo: correr a los vendedores africanos.

También hace un mes atrás, RadioFMQ informó que inspectores municipales de Quilmes y la policía local le incautaron la mercadería a los manteros senegaleses que trabajan cerca de la estación de Quilmes. “El resto de los vendedores se agruparon y lograron permanecer, en su mayoría, tras el accionar violento de efectivos policiales”, decía la publicación de la radio.

En todos los casos, además del modus operandi policial, se repiten las mismas escenas de desesperación: inmigrantes que intentan defender la mercadería que venden para sobrevivir.

“Por cada senegalés que vemos en Argentina podemos estar casi seguros de que en el camino murió por lo menos uno, y otros han quedado atascado en otros países por “problemas” con su agente de viaje. Por lo general la paga se va efectuando a medida que se va concretando cada tramo del viaje, una vez en Argentina la suma total ya está en manos de quien los sacó del país”, explicó hace dos meses a Cosecha Roja Nicolás Caropresi, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, que están acompañando a los vendedores ambulantes senegaleses para garantizar su derecho al trabajo. Buscan, entre otras cosas, ayudarlos a regularizar su documentación y enseñarles español, para que puedan defenderse y conozcan sus derechos como trabajadores y migrantes.