Jesica Muñoz

Maximiliano Montenegro*.-

¿Qué hizo Jésica Muñoz para terminar violada y asesinada en la localidad correntina de Esquina?

Ser mujer.

Pasaba ella caminando, cuando tres amigos la vieron y maquinaron una emboscada.

Así fue, entonces.

Ella, 16 años, se despidió de su amiga, y pocos metros después fue abordada por el grupo.

Dice el Diario Norte: “Yaqui, Tucu, Boli y El Goyano raptan a la víctima y la llevan hasta una zona de pinos, donde imperaba la oscuridad: la violaron varias veces durante la madrugada del miércoles 20; resistía, la golpeaban con los puños y otros le daban puntapiés. Al fin, antes del alba, es estrangulada por Yaqui Sandoval”.

Escribió el gran Enrique Stola. Harto. Les copio esta línea: “Harto de los ritos sociales y religiosos donde cada hora de cada día de cada año se recrea la dominación masculina”.

Cambiar la bocha de los pibes.

Educarlos, formatearlos, enseñarles de otra forma.

No son dueños de las mujeres.

No lo son.

No lo son.

Que lo escuchen en casa. En la escuela. En la tele.

No lo son.

No lo son.

No pueden acosar, pegar, emboscar, ignorar los “no”, violar, matar minas.

Sigue la prensa correntina: “luego de violar repetidamente a Yésica y golpearla sin piedad, la abandonaron en el pinar tras destruir su celular. Pensaron que estaba muerta. En cambio, el cuerpo de la joven fue encontrado por una mujer, el jueves por la mañana. Estaba al costado de la calle, a unos 50 metros del pinar. Por lo que se cree que Yésica con sus últimas fuerzas logró arrastrarse para pedir ayuda aunque no pudo evitar su fatal destino”.

¿Qué hizo que un grupo de pibes sientan que pueden emboscar, violar y matar a una chica?

Ser hombres. Criados, aprendidos y disciplinados para cumplir con el estereotipo de los machos, que son enseñados a dominar, que aprenden a ser dueños, que están habilitados socialmente a decidir sobre esos otros cuerpos (femeninos).

No lo son.

No lo son.
* El horror de Catherine, enterrada viva en Monte Hermoso, con la posterior reacción violenta (muy rendidora para el rating), tapó mediáticamente este otro horror de Jésica, casi contemporáneo.

** Periodista de Diario Popular