¿Qué significa “quedate en casa” si sos pobre?

Si no se sale a hacer changas, no hay plata. Si no hay plata, no se come. En el barrio Costa Esperanza de San Martín la rueda económica está parada. Una red de nueve merenderos y seis comedores trabaja para que a nadie le falte al menos un plato al día.

¿Qué significa “quedate en casa” si sos pobre?

Por Matias Máximo
01/04/2020

Fotos: Red de Comedores y Merenderos Evita

El tamaño de la olla no alcanza. Es enorme, pero desde que se dictó la cuarentena por el coronavirus al comedor comunitario Vivir los sueños felices se sumaron quienes nunca se habían acercado. El menú de esta semana fue empanadas en sus diferentes variantes -hubo una donación grande de tapas- y la semana anterior “a puro guiso a pesar del calor”. 

El colapso se debe a un cálculo simple: si no se sale a hacer changas no hay plata, si no hay plata no se come. Vivir seis, ocho y hasta diez personas en dos ambientes es una cuarentena muy diferente a la de quien puede habitar un espacio con acceso al agua potable, cloacas y pisos de asfalto. ¿Qué significa “quedate en casa” en un asentamiento? 

-Es complicado para la barriada porque no solo tenemos sobrepoblación si no que en un terreno tenes dos o tres familias: la convivencia se complica y cada día empeora el tema de  cómo alimentar a tantas personas respetando todas las comidas. Se hace imposible. Y la mayoría de las personas depende de alguna asistencia alimentaria.  

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Zulma Monges es la referente del Movimiento Evita en el barrio Costa Esperanza de San Martín, donde una red de nueve merenderos y seis comedores trabajan para que a nadie le falte al menos un plato al día. Como la mayoría se dedica al trabajo de limpieza en casas y la albañilería, la rueda económica está parada. Los comederos se volvieron una trinchera contra la muerte.

-No hay olla que alcance. Por eso armamos prioridades y en las casas donde sabemos que hay garrafa y pueden dar una mano cocinando, hacemos llegar los bolsones para que se ocupen. De momento nos movemos con donaciones, porque lo que es el estado nacional, provincial y municipal, no nos llegó nada.

En Costa Esperanza el fin de semana la capilla Nuestra Señora del Rosario se convierte en comedero y se arma la olla popular ahí. El barrio tiene tres calles principales que están asfaltadas y el resto son de tierra, pero la responsabilidad de la mesa barrial hizo que las geografías se respeten y no aparezcan construcciones y pasillos que le ganen terreno a las sendas. 

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Según el último relevamiento viven 2308 familias y la principal preocupación no parece el coronavirus sino el dengue: tienen cerca el río Reconquista, un basural del Ceamse y otro basural clandestino. Todos focos infecciosos ideales para que el mosquito transmisor se reproduzca.

El encierro, el hacinamiento y la desesperanza también refuerzan la violencia de género. Cuña Guapa (mujer trabajadora en guaraní) es el centro comunitario que trabaja con charlas y acompañamiento a las mujeres. El domingo recibieron 8 llamados. Están en alerta, porque en momentos donde la dependencia económica se hace más evidente la violencia aumenta.

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Lo que cualquiera puede afirmar, es que en Costa Esperanza la solidaridad no escasea en tiempos de crisis:

-Hay almacenes que no están vendiendo y nos donan. Entre quienes atendemos los comedores hay turnos y las que están embarazadas o con algún riesgo se quedan en sus casas. A los que tienen recomendación de quedarse adentro, les acercamos la comida. Son  muy fuertes las redes que se tienden para salir adelante.

Para quienes “quedate en casa” no es una opción, el fin de la cuarentena es lo más esperado.

Matias Máximo