¿Ellos percibían que las otras administraciones habían actuado con otros intereses y deciden confiar en ustedes, y deciden confiar en esta administración?
No, esa es una reflexión tuya. Confían en nosotros, no en la administración.

Pero sin administración no hay proyectos; sin la administración no hay posible reintegración a la sociedad. No hay proyectos como el acuerdo nacional que el pesidente dice que va a impulsar. Igual que ustedes necesitaron que el ministro Munguía Payés les diera un voto de confianza y dijera “me la juego”, porque ese traslado fue una decisión política arriesgada…
No es arriesgado porque no estaba violando ninguna ley.

No sé por qué este gobierno está obsesionado por repetir que no hizo nada ilegal. Ese no es el punto. Era arriesgado hacer un traslado de ese tipo sin garantías de que las pandillas cumplieran su supuesto compromiso de buena fe. Y el ministro decide confiar. Y también la pandilla dio un voto de confianza, porque si los líderes ordenan a su gente que deje de matar y a los dos días el Estado traiciona esa supuesta buena fe, la usa para sembrar cizaña en la pandilla, eso le puede costar la vida a esos líderes.
Como lo que hizo El Faro, que trató de meter cizaña hablando de que hubo dinero de por medio, ja,ja.

El Faro no trató de meter cizaña.
Cómo no, ja, ja, Por eso ellos se molestaron con ustedes.

Usted sabe que esa información salió de fuentes de la seguridad del Estado y El Faro la manejó como una de las distintas versiones. Pero insisto: los líderes de la pandilla arriesgan la vida en esto. ¿Por qué confían en que esta administración no va a utilizarlos, a traicionarlos?
Mirá… El punto radica en la confianza que ellos han depositado en la Iglesia Católica. Porque consideran que la participación de la Iglesia a través de monseñor Colindres, garantiza aquellas cosas que ellos están considerando tomar. Por ejemplo: ¿qué le garantiza a la MS que la 18 va a cumplir el compromiso? Solo un testigo de alto nivel, que representa a una institución que representa la moralidad en la sociedad salvadoreña. Esa es su garantía. Porque de lo que aquí estamos hablando es de un acuerdo entre ellos.

Y usted dice que ese acuerdo es solo una muestra de buena voluntad, una parte de algo más grande que tanto ellos como ustedes y como esta administración ven como un proceso.
Un proceso que se abre a partir de eso.

Esa tregua se plantea como un paso para que haya después otros pasos. Usted mismo lo decía: si mandan una buena señal a la sociedad, la sociedad va a comenzar a ponerles atención. Ya desde antes de los traslados del 8 y el 9 de marzo todos los actores conciben esto como el inicio de un proceso.
Que arraca cuando monseñor y yo entramos a establecer ese contacto.

Claro, pero lo que quiero decir es que todo el mundo, todos los actores, cuando se autorizan los traslados son conscientes de que están asumiendo riesgos. Porque el gobierno asume una responsabilidad política frente a la sociedad.
Y todos son riesgos calculados. El ministro lo ha dicho con franqueza: son riesgos calculados.

¿Cuándo se decide que va a haber un traslado?
Hay un proceso de intercambios, de discusiones, de acercamientos, etcétera. Y hay un momento en que con monseñor llegamos a una conclusión: para dar sanidad al proceso era necesario suspenderlo en vista de que se acercaba el evento electoral, para evitar que se fuera a generar en ellos la más mínima percepción de que detrás de nuestra gestión hubiese algún interés electoral. Teníamos que jugar con esas sutilezas, dado que ellos con los políticos no quieren saber nada. Y así lo hicimos: dejamos el proceso en el punto del acuerdo de entendimiento entre ellos, lo congelamos. Pero en ese per+íodo de congelamiento comenzamos a recibir información, tanto de afuera como de adentro (de las cárceles), de la articulación de un plan para sabotear las elecciones. Eso nos obligó a monseñor y a mí a hablar con ellos y a decirles: “Miren, una acción de este tipo anula todo el proceso que ustedes han venido desarrollando. La sociedad no los va a escuchar si ustedes atentan contra ella en un evento que para la sociedad es de gran significado”. Y entonces ellos comienzan a plantear: “Y entonces, ¿qué hacemos?” Y como ya teníamos un proceso que estaba congelado, lo que se decide es, esta vez por razones de seguridad nacional, retomarlo. Así que para garantizar que el evento se pudiese realizar sin problemas se aprovecha para que los que podían ser trasladados llevaran ese mensaje a sus bases. Operó en ese momento el sentido de oportunidad: o lo hacés en ese momento o se te hace mierda lo demás. ¿Me entendés? Y ellos tienen la voluntad de hacer un gesto que consiste en iniciar un proceso de desescalonamiento de su confrontación y el primer paso que prometen es parar todas las acciones que iban a boicotear el proceso eleccionario. Y yo te digo: hay que agradecerles que gracias a esta acción que se tomó hemos tenido un proceso eleccionario de lo más limpio. Las únicas maras que actuaron el día de la elección fueron la del Frente y la de Arena. La 18 y la MS honraron su palabra.

¿Qué iban a hacer para boicotear las elecciones?
Iban a iniciar un paro de transporte el sábado, y a hacer que se prolongara por cuatro días.

¿Era un plan conjunto?
Era un plan conjunto.

¿De clicas?
De cliclas.

O sea: ¿No desde la cúpula?
No.

¿Y de clicas de la MS y la 18?
De las dos.

¿Eso quiere decir que hay comunicación horizontal no solo entre la cúpula sino entre clicas?
Así es, entre los que están en el terreno.

Usted dice que hay que darles gracias pero en realidad fue un chantaje.
No, no es un chantaje. Hay que alegrarse.

¿Qué iban a ganar ellos boicoteando la elección?
Presencia. Hacer una demostración de fuerza. Probar que son una realidad en este país, a la que tenés que tomar en cuenta. Las unidades beligerantes se hacen escuchar así. El FMLN no pudo haber abierto el proceso que puso fin al conflicto si no hubiera lanzado la ofensiva del 11 de noviembre. En aspectos militares así operan las cosas. El punto es que este país tiene una realidad que todos hemos querido ignorar que existe y se desarrolla, dándole la explicación simplista de que aquí lo que hay es un problema de escalada delincuencial. Y no es cierto; esto es mucho más complejo de lo que cualquiera se puede imaginar.

El entendimiento para dejar de matarse entre ellos supongo que planeaban hacerlo público de alguna manera. ¿O no lo iban a hacer público?
No.

Eso no tiene sentido. ¿Cómo iban a enviar un mensaje a la sociedad sin hacer público que las pandillas habían decidido dejar de matarse entre ellas?
Cuando el índice de asesinatos comenzara a bajar.

Pero todo parece indicar que el ministro tenía intenciones de seguir diciendo que el descenso se debía a que la policía estaba trabajando muy bien. Es decir: mérito para las pandillas no iba a haber ninguno.
La Policía ha estado haciendo un buen trabajo también.

Nadie cuestiona eso. Pero el drástico descenso, lo dice usted, viene esencialmente de un acuerdo entre ellos.
Y eso demuestra una tesis que se había venido expresando desde antes…

El punto es que no tiene sentido que la pandilla haga suya la idea que usted les propuso, de enviar un mensaje a la sociedad, si la sociedad no va a saber que ese descenso es por una decisión de las pandillas.
¿Pero cuándo era el momento de que eso se hiciera sentir? En nuestro entender había que llevar la cosa tranquila, que allá, al par de meses empezara surgir el debate de por qué habían bajado los homicidios, y entonces hablarlo, con un proceso consolidado, porque yo sí te voy a ser franco en una cosa…

Páginas: 1 2 3 4 5