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Cuatro niños baleados en cuatro días en Rosario. Una escuela que no permite que los chicos utilicen el patio para el recreo por temor a las balaceras que se sienten en los alrededores y otra que quedó cerca de un tiroteo. Así es la tragedia que se vive en algunos barrios, donde la violencia y los ajustes entre bandas no respetan horarios ni distinguen víctimas.

El sábado en barrio Nuevo Alberdi un niño recibió un disparo en el tórax y otro en un brazo y permanece internado en el Hospital de Niños. Un día después, la víctima fue una nena de 8 años de la zona sur, en barrio Tablada. El martes le tocó a dos niños que jugaban al fútbol en la zona de Casiano Casas. Todo esto en el marco de disputas territoriales que en la actualidad mantienen en conflicto la zona de Tablada y el barrio Municipal, en el sur y el norte de la ciudad.

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El enfrentamiento entre dos bandas, en Caracas y Bouchard, en Nuevo Alberdi, terminó con dos heridos. En medio de la calle colmada de vecinos, un nene de 11 años recibió un tiro en el brazo y en la zona de las costillas y fue trasladado en un móvil policial al Hospital de Niños de Zona Norte, junto con sus familiares. El chico fue operado y quedó internado en estado grave y se reponía en el hospital Vilela, a donde fue trasladado. También fue baleado en ese hecho un joven de 21 años.

El domingo, las balas sonaron fuerte en Tablada. Una nena de ocho años recibió dos disparos en la mano y el pie mientras jugaba en el patio de su casa. No fue la única: a un adolescente de 16 le dieron cuatro tiros en la pelvis y el muslo, un joven de 18 se encuentra grave con disparos en la zona lumbar y el dorso, y una mujer de 40 terminó con un tiro en el pie. En el barrio todos saben cuáles son las bandas delictivas que se disputan el territorio. Dicen que no se hace nada porque están en connivencia con la Policía.

“Vinieron a tirar a mansalva, eran seis con dos pistolas cada uno. Entraron por uno de los pasillos de Necochea al 3900 corriendo a unos pibes y no les importó nada”, contó una vecina que vinculó a los atacantes con vendedores de drogas de la zona. Para ella, “tienen la venia de la comisaría”. Alrededor de las 21 se escucharon más de una decena de disparos pero la Policía tardó más de 45 minutos en llegar. “Todos sabemos que son de la banda del Tubi, se juntan en la esquina de Chacabuco y Dr. Riva y trabajan para un tal Pelado, que tiene el negocio en Alem y Centeno”, aseguró. “Hay una cámara en la esquina de Necochea y Dr. Riva. Si funciona y a alguien le interesa saber quiénes son tienen que estar filmados”, dijo.

El hecho más impactante ocurrió el martes a la noche en zona norte, donde las víctimas fueron dos nenes de siete años que jugaban al fútbol. Según vecinos de Casiano Casas, minutos antes de las 20 del martes tres pistoleros gatillaron medio centenar de plomo sobre un grupo de muchachos que estaba reunido en un playón lindero al club. Como los predios solo están separados por un alambrado, las balas fueron directo hacia la cancha donde entrenaban nenes de entre 6 y 8 años.

El Club Defensores de América está ubicado en una manzana delimitada por Casiano Casas y Unión, a la altura del 1300 y por Washington y Blas Parera, al 1600. Es un predio humilde. Tiene dos canchas de fútbol 7 y una pequeña construcción que funciona como bufet. El terreno está delimitado por alambrados, en su mayoría caídos. Allí, cada 15 días se juegan las fechas de uno de los torneos de fútbol infantil local y el club se llena de gente. Es un punto de encuentro de todos los nenes de la zona. Los martes a las 19 en el Defensores entrenan los más chicos, los nenes de las categorías 2008, 2009 y 2010.

Según los testigos, anteayer había al menos 40 chicos jugando a la pelota. A eso de las 19.20 se sintieron explosiones. Padres y niños pensaron que alguien estaba tirando petardos, hasta que uno de los mayores pidió a los gritos que todos se tiraran al piso. Justo atrás de uno de los arcos, por calle Blas Parera, un grupo de muchachos tiraba a mansalva.

Los chicos están fuera de peligro, pero la voz de alerta se trasladó a los barrios donde cada vez resuena con más fuerza el temor a salir a la calle.

Escuelas

En el barrio Municipal, donde vivía el mítico Pimpi Caminos, líder de la barrabrava rojo y negra asesinado hace seis años, dos bandas se disputan el territorio. La escuela de la zona quedó en el medio. Las peleas recrudecieron cuando la Policía detuvo a Rosa Caminos, la hermana del Pimpi, y empezó la disputa por quién se queda con ese territorio. “Es el centro geográfico de los tiroteos. Pero es una escuela completamente normal, como cualquier otra de Rosario. No se ven escenas de violencia, estamos viviendo un período de calma y los chicos están ajenos a lo que pasa. A los maestros nos duelen mucho las cosas que se escriben sobre la escuela. Porque hacemos un gran sacrificio para llevar adelante nuestro trabajo, con chicos que tienen tantas carencias. Hay un problema social que es externo a la institución”. Así relató una maestra de la escuela de Grandoli y Gutiérrez para explicar por qué decidieron suspender los recreos en el patio exterior y hacerlos en un salón cubierto.

El miércoles la escuela Nº 1209 de Pérez, localidad lindera con Rosario, quedó en medio de una pelea que incluyó piedrazos y disparos. “Acá en el barrio todos los días hay tiroteos y enfrentamientos. Ayer sentimos mucho miedo, ante eso uno no sabe qué hacer con los chicos”, dijo una docente. Y agregó: “Tuvimos que cambiar nuestras costumbres, los chicos ya están habituados, escuchan tiros y ya saben que tienen que refugiarse inmediatamente”.