sabina

La madre de Víctor “El Frente” Vital, fusilado por Héctor Eusebio Sosa -el mismo agente que agarró del cuello al repartidor de harinas Jorge Ojeda cuando le pidió que corriera el patrullero para poder sacar su camioneta-, está preocupada. “Los pibes están condenados si ponen asesinos para cuidar a la gente. La portación de cara es un problema al que se suma la falta de trabajo. Los chicos se juntan en la esquina porque no tienen nada que hacer. Pasa un transa, les vende droga. Hay un 0800 para denunciar a los transas y mil denuncias hechas. ¿Pero alguien los allana? Jamás”, dijo a Cosecha Roja. El 6 de febrero de 1999, Víctor se tapó la cara con las dos manos:  Sosa lo remató de cuatro tiros.

Esta mañana se conoció la noticia de que efectivos de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal pasan, a partir de hoy, a patrullar municipios del Gran Buenos Aires. A Sabina la política de seguridad la tiene alerta: “Me preocupa mucho que no se sepa quiénes son esas personas que nos van a cuidar. Sosa fue exonerado en 2006 por el entonces Ministro de Seguridad provincial, León Arslanian. Yo pensé que había muerto. Recién lo volví a ver en el video en el que agarra del cuello al harinero. Estaba tranquila pero ya no. Ahora sé que a mí me cuida ese hijo de puta”.

Un vecino del Tigre, que prefiere el anonimato, contó a Cosecha Roja cómo era el COT al comienzo: “El ciudadano hoy no tiene noción de la diferencia entre las policías y el Centro de Operaciones Tigre que nació como factor de prevención. De hecho, en sus camionetas Gol Country, las primeras que usaron, había un agente y un médico para recorrer las calles de esta ciudad que parece de Playmóvil”.

Lo del repartidor de harinas no es un hecho aislado. En los últimos días son varios los videos que se viralizaron en los que los miembros del COT atacaron a diferentes personas. El que subió una chica en la estación de tren ya tuvo 3 millones 600 mil reproducciones. A fines de agosto, quedó registrado cómo un auto del COT arrastró a un perro por un camino de asfalto:

El año pasado el concejal Federico Ugo vivió la violencia en carne propia: un agente del COT y un policía bonaerense lo maltrataron, le tiraron gas pimienta, lo arrastraron por el piso y lo detuvieron. Por eso, “Víctimas del abuso policial en Tigre” convocan mañana a las seis de la tarde a una reunión para buscar una respuesta que exprese el repudio contundente que provoca la brutal agresión. Se hará en el Club Bartolo, ubicado en las calles Mitre y Bolivia, en Benavidez.

“Estaba tranquila pero cuando me enteré volví a entrar en estado de furia”, contó Sabina. “Se supone que el COT hace tareas de prevención, control vial, esas cosas. ¿Que Sosa está internado? Es mentira. Mirá la foto que le sacaron en la cama del hospital y fijate dónde tiene la aguja del suero. Puras mentiras. A Ojeda, en cambio, le rompieron el pie. Yo hablé con la familia y me ofrecí a ser testigo. Siento una enorme responsabilidad”.

El COT tiene varios pedidos de informes en el Concejo Deliberante de Tigre. Algunos de ellos son “Protocolos de intervención”, “Cruce del mapa del delito con la Bonaerense o Fiscalías”, “Régimen municipal y encuadre de los agentes” y “Periodicidad de los exámenes psicofísicos”. “Ninguno de esos pedidos fue contestado a pesar de haber hablado con la Dra Eugenia Ferrari, directora del COT”, dijo a Cosecha Roja Carmen “Lizu” Salcedo, concejala del Peronismo para la Victoria.

Según contaron responsables del COT a Cosecha Roja, cuando contrataron a Sosa solicitaron su legajo a la dirección de antecedentes penales: como no tenía lo contrataron. “Él es inspector municipal y no va armado, maneja el móvil”, dijeron.

Uno de los temas que tratarán las “Víctimas del abuso policial en Tigre” en la reunión será el de los “puntos ciegos” de las cámaras de seguridad. Si bien el Centro de Operaciones tiene sede en Carupá, entre San Fernando y Tigre, el de Observaciones, que es donde están las cámaras, se encuentra en Talar de Pacheco. Parece que existen varios rincones en los que los agentes del COT se refugian para pasar las horas sin realizar sus tareas. “Hay muchos lugares solitarios”, explicó un vecino de Benavídez. Ellos dejan las camionetas en marcha y se quedan adentro mucho tiempo, con calefacción o aire acondicionado, sin patrullar, sin hacer nada. El otro día caminaba por uno de esos lugares “ciegos” y ví un pibito arrodillado en la vereda y un policía apuntándole en la espalda. El tipo tenía chaleco antibalas y granadas que, supongo, serán de gases. Pero esas cosas que pasan todos los días no se ven: saben muy bien dónde hacerlas”.

A pesar de todo, Sabina Sotelo no tiene miedo. “Sosa sabe dónde vivo pero no me voy a quedar encerrada, porque eso es lo que ellos quieren. Voy a salir y a denunciar. Quiero saber de dónde sacan los datos de las personas que integran el COT, quiénes toman a los que luego son agentes. Quiero saber por qué siempre crean sistemas que están a favor de ellos y no de nosotros”.