Cosecha Roja.-

Fueron ejecutados de un tiro en la cabeza cada uno. Los cadáveres del carnicero Gonzalo Guzmán, de 34 años, y su ayudante Oscar Daniel “Coqui” Aráoz, de 35, estaban a la vera del río Arenales, esposados y boca abajo, en un paraje a tres kilómetros de la ciudad de Salvador Mazza, en el límite de la frontera con Bolivia. El doble crimen tiene las connotaciones de un ajuste de cuentas narco. La policía salteña detuvo a un hombre de apellido Bamba, que sería el líder de una de las bandas que opera en la zona.

El paraje El Arenal es un lugar estratégico. Está a tres kilómetros al sur del acceso a Salvador Mazza, a más de 400 de Salta capital y cuenta con una serie de pasos clandestinos hacia Bolivia.

Según publicó el diario El Tribuno de Salta, Bamba encabeza un grupo mixto integrado por argentinos y bolivianos llamado “Los Bembas” que se dedicaría al narcotráfico y al traslado de autos de alta gama de un lado al otro de la frontera. Se mueven en un terreno amplio. La región tiene unos 30 kilómetros de frontera. Del lado argentino, hay tres barrios conflictivos: General San Martín, Pueblo Nuevo y Sector 5; en el norte, se encuentra la ciudad boliviana de San José de Pocitos, que incluye el barrio África, apenas cinco manzanas, pero de las más peligrosas de la zona.

La base de operaciones de Bamba sería el barrio Pueblo Nuevo, desde donde se sospecha que habría estrechado vínculos con las víctimas debido a los negocios que compartirían.

El imputado cayó preso ayer cerca de la casa de uno de los asesinados. Fue trasladado a la ciudad de Tartagal y hoy por la mañana el juez de Instrucción Formal 2, Fernando Mariscal, debía indagarlo.

Entre otras cuestiones,  deberá explicar una serie de mensajes de texto hallados en su celular que lo vincularían a negocios de drogas y transacciones de grandes sumas de dinero.

Al conocerse los detalles de cómo se cometieron los homicidios, aumentó las hipótesis de que la región está copada por varios cárteles de droga. Anoche, el ministro de Seguridad, Eduardo Sylvester, minimizó esas versiones: “La modalidad de este doble crimen es distinta a lo que habitualmente ocurre en la zona, pero no sabemos en qué circunstancias se produjo ni si tiene relación con hechos anteriores. Por eso hay que ser muy criteriosos en el análisis de los hechos antes de aventurar que se trata de la llegada de un cártel de la droga”.

La hipótesis más fuerte está vinculada a la venta de cocaína y a una “mejicaneada” de parte de las víctimas. Las pericias realizadas en la camioneta Renault Kangoo, que era utilizada por Guzmán y Aráoz confirmarían que tenían directa relación con el narcotráfico: los perros adiestrados hallaron restos de droga en el vehículo.

Antes de la detención de Bamba, la policía salteña aprehendió a otros dos sospechosos, a quienes los liberó ocho horas más tarde. Se trata de dos hermanos, uno suboficial de la Armada Argentina con licencia por fractura de una pierna, Juan Ramón de 28 años y Diego Armando Chávez, de30. Ambos denunciaron apremios ilegales: “Nos pegaron hasta cansarse para que nos hiciéramos cargo de los muertos, pero nosotros somos gente de trabajo y estudio”.

El ex comisario Miguel Sosa, quien estuvo a cargo de la Comisaría 40 de Salvador Mazza hasta 2008, comentó que “en el año 2000, un deposito judicial de armas fue saqueado en Tartagal. En esa oportunidad, más de 700 pistolas fueron secuestradas y trasladadas a la zona de Salvador Mazza”, dijo Sosa.

“Por ese motivo –continuó el ex comisario-, la mayoría de los delincuentes se encuentran armados todo el tiempo y los asesinatos se realizan con total brutalidad cuando las negociaciones no salen como ellos quieren”.

Por estas horas, se multiplican los comentarios de comerciantes y vecinos de Salvador Mazza que señalan que los narcotraficantes hicieron correr la voz de que Guzmán y Aráoz fueron los primeros ejecutados de una larga lista de “mejicaneadores”.

(Con información de El Tribuno de Salta)