payaso-asesino-2Cosecha Roja-. Francisco Rafael Arellano Félix, de 63 años, el hermano mayor del cártel de Tijuana Arellano Félix, fue asesinado anoche en Los Cabos, Baja California Sur. El sicario estaba vestido de payaso.

Arellano Félix estaba en un festejo familiar en el salón de fiestas Ocean House del hotel Marbella. Hasta ahí llegó, a las ocho de la noche, una persona con una careta blanca y nariz roja, y le disparó en la cabeza y el tórax.

Una fotografía tomada en el lugar mostraba el cuerpo sobre el piso de mosaicos de la casa, cubierto con una manta. Un funcionario de la Procuraduría estatal confirmó el sábado que el asesino iba disfrazado totalmente de payaso, incluso con la típica nariz roja y redonda.

El motivo del ataque y la identidad del atacante todavía están en investigación.

El ex capo “recibió dos impactos de bala, uno en el tórax y uno más en la cabeza”, dijo el subprocurador de investigaciones especiales de la Fiscalía estatal, Isaí Arias, y precisó que hasta ese momento no había detenidos.

A pesar de ser el mayor, Francisco Rafael no era uno de los integrantes más destacados del cártel, porque cuando su familia empezó a ser conocida en el mundo narco él ya estaba preso. Había sido detenido el 7 de agosto de 1980 en San Diego, California, por la venta de cocaína a un agente encubierto de la DEA. “Jamás fue en verdad parte importante de la jefatura de la gran organización, principalmente porque estuvo encarcelado (en México). Fue arrestado antes de que ellos (los Arellano Félix) se convirtieran en lo que fueron”, dijo John Kirby, ex fiscal federal en San Diego, quien coescribió en el 2003 la acusación formal contra los jefes del cártel de los hermanos Arellano Félix.

Francisco Rafael fue detenido en 1993 por el asesinato del cardenal católico Juan Jesús Posadas Ocampo. Y condenado a 10 años de prisión por posesión de armamento.

En 2006 fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos en California por el caso de 1980. Y, en 2007, fue condenado a seis años de cárcel tras declararse culpable del delito de venta de droga.

En 2008, las autoridades de Estados Unidos le dieron la libertad por buena conducta y fue repatriado a México por la frontera El Paso-Ciudad Juárez. Según el abogado Brian White, Francisco Rafael recibió el beneficio de reducción de condena y obtuvo la libertad condicional.

En los noventa, el gobierno de Estados Unidos calificaba a los hermanos Arellano Félix de “criminales apuestos, multimillonarios y despiadados”. En California decían que Ramón, Francisco Rafael, Benjamín y Francisco Javier se vestían y hablaban bien, andaban con esmoquin y sólo por su presentación se les abrían muchas puertas.

Francisco Rafael solía publicar desplegados en el periódico El Noroeste, de Culiacán, en los que se decía “creyente en Dios sin ser un tragasantos”; también escribía que el puerto de Mazatlán sería otro si tuviera diez empresarios tan emprendedores como él. Era propietario de Frankie Oh, una de las discotecas “más grandes y costosas del mundo”.

Los hermanos Ramón, Francisco Rafael, Benjamín y Francisco Javier Arellano Félix se asociaron al principio con los capos Miguel Ángel Félix Gallardo, primo hermano de su madre, con Rafael Caro Quintero e Ismael El Mayo Zambada; también con Manuel Salcido Uzeta, El Cochiloco, asesinado en octubre de 1991 en Guadalajara.

En los noventa movían toneladas de cocaína de Sudamérica y no sólo tenían protección de escoltas, sino que contrataban a policías y a juniors y pandilleros de San Diego para enfrentar a Joaquín El Chapo Guzmán.

La organización de los Arellano Félix se consolidó a finales de los ochenta, tras la captura, el 8 de abril de 1989, de Miguel Ángel Félix Gallardo, el líder del cártel de Guadalajara, organización que se dividió y dio paso a los cárteles de Sinaloa, liderado por El Chapo Guzmán, y de Tijuana, con los Arellano Félix al frente.

 El cártel de los hermanos Arellano Félix monopolizó las rutas de tráfico de drogas durante más de 20 años a través de Tijuana, pero empezó a desmoronarse con la muerte de su líder, Ramón, durante un tiroteo con policías mexicanos en 2002.

Benjamín Arellano Félix fue extraditado desde México en 2011 y sentenciado a 25 años de prisión en una corte federal estadounidense en abril pasado.

A su vez, Eduardo Arellano Félix fue sentenciado en agosto pasado por un tribunal de Estados Unidos a 15 años de cárcel, y otro hermano, Francisco Javier, cumple cadena perpetua tras su captura en 2006 por la Guardia Costera de EE.UU.

El arresto o la muerte de la mayoría de los siete hermanos Arellano Félix redujo su cártel a una sombra de lo que fue alguna vez en la década de los 90.

(Con información de Proceso)