Goyo Hector Guerrero

Cosecha Roja.-

Tres organizaciones de periodistas mexicanas promueven una subasta de fotoperiodismo a favor de los familiares de Goyo, reportero asesinado el pasado 11 de febrero. Periodistas de a pie, Article 19 y Periodistas Sin Fronteras recibirán propuestas de fotógrafos latinoamericanos hasta el 13 de abril. Los trabajos donados a través de Foto x Goyo serán presentados en subasta el próximo 3 de mayo a las 19 horas en el Gimnasio de Arte de Ciudad de México. En 2013 aumentaron las agresiones a periodistas, según publicó en su último informe Article 19.

Goyo. Catedral Ortodoxa de la Epifanía

Gregorio Jiménez de la Cruz “Goyo” fue secuestrado el 5 de febrero a menos de veinte pasos de su casa en Villa de Allende, municipio de Coatzacoalcos. Seis días después apareció muerto en una fosa clandestina de Las Choapas. Goyo había denunciado la oleada de secuestros al sur de Veracruz 20 días antes.

“Tenemos que tomar acciones de participación en contra de la violencia y solidarizarnos con nuestros compañeros. Queremos aportar con una ayuda palpable a través de las imágenes subastadas porque Goyo no tenía seguridad social ni pensión alimenticia y suponemos que la situación de su familia es muy precaria”, dijo a Cosecha Roja Mónica González, co-organizadora de la subasta.

Goyo. Guillermo Arias

En los últimos cuatro años han asesinado a 78 periodistas en México, 10 de ellos en el estado de Veracruz, bajo el gobierno de Javier Duarte del Partido Revolucionario Institucional. A pesar de que las autoridades provinciales consideraron que el asesinato de Goyo fue por un “pleito personal”, su esposa Carmela Hernández considera que “fue asesinado por su labor periodística”.

 

María Idalia Gómez, representante de la Comisión Interamericana de Prensa, declaró que “sin duda, fue asesinado a causa de su trabajo: informar”. Por lo menos cuatro organizaciones periodísticas mexicanas enviaron a sus reporteros para investigar el caso y determinaron que varios testimonios de testigos claves fueron ignorados y que las confesiones de los capturados no fueron verificadas. Los periodistas entrevistaron a más de 60 personas y estudiaron cada minucia del expediente de la causa con 340 páginas.

Goyo Alejandro Saldivar

El incremento de casos de violencia contra periodistas en México no para. Esta mañana balearon al director del Grupo Editorial Noroeste, Adrián López Ortiz, en una avenida principal de Culiacán, capital del estado de Sinaloa. López venía del aeropuerto de la ciudad a bordo de su auto cuando hombres armados lo interceptaron en el Bulevar Pedro Infante. Lo bajaron del auto, le robaron computadora, teléfono y cartera; lo golpearon en el suelo y luego de emprender la huída, los asaltantes se devolvieron por el carril contrario y le balearon las piernas. Fue un hecho intimidatorio, una advertencia. Su estado de salud es estable.

 

En el otro extremo del país, en Veracruz, periodistas y familiares de Goyo luchan porque el crimen su crimen no quede impune y están declarando su muerte como un hecho “insigne”. El reportero, de procedencia humilde, había comprado su primera cámara en 1998 en Cancún y vivía de fotografiar fiestas y eventos familiares. Con los ahorros de ese trabajo construyó una casa con piso de tierra y techo de lata en Villa Allende, Veracruz. Casi siempre escribió crónica roja y a veces firmaba con el seudónimo El Pantera para mantener su seguridad.

 

Tras su asesinato, la periodista mexicana Marcela Turati escribió una nota en su honor titulada Me dueles Goyo. “Me gustaría asegurarte que cambiaste la historia, que lograste unir al gremio, que no habrá otra desaparición que ocurra en silencio. Pero no puedo adelantarme”, comienza Turati.