Nada se sabe de los 40 trabajadores de la empresa sueca Skanska y de la peruana Construcciones Modulares que fueron secuestrados hace ya cuatro días por Sendero Luminoso. Los 1500 efectivos de las Fuerzas Armadas enviados por el gobierno de Ollanta Humala a la zona todavía no pudieron encontrarlos. Ayer, un helicoptero de la policía que sobrevolaba Alto Kepashiato, un sector de la selva cercano al lugar del secuestro, fue atacado por francotiradores. La copiloto, Nancy Flores, fallecíó durante el enfrentamiento.

Los familiares de los secuestrados exigen al gobierno que negocie con los secuestradores y que se detenga el operativo militar. Giovanna Apaza reclamó: “Así como rescataron a los mineros, pido al presidente Ollanta Humala, a su esposa Nadine Heredia, que nos ayuden a encontrar a mi esposo. ¿Acaso ellos no valen igual?”.

Sendero Luminoso pide 10 millones de dólares, una “cuota de guerra” de 1,2 millones de dólares más y explosivos. Juan Jiménez, Ministro de Justicia, dijo que “el gobierno no negocia con terroristas, el gobierno actúa en el marco de la ley”. Al mismo tiempo, la empresa Skanska negó estar en conversaciones con el grupo armado, versión que había circulado en la prensa local.

El lunes 9 de abril, luego de subir a los 40 trabajadores a tres camionetas propiedad de Skanska y antes de perderse en la selva, los senderistas repartieron panfletos entre la población Kepashiato. Los pequeños papeles decían que la captura en febrero de Artemio, el líder de Sendero Luminosono, no fue un “golpe mortal” para la “sagrada Guerra Popular Democrática”.

En la zona en la que ocurrió el secuestro está ubicado el yacimiento gasífero de Camisea, el principal de Perú. Allí también se produjo, en 2003, un episodio similar cuando fueron secuestrados 70 trabajadores de la empresa argentina Techint.

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