Cosecha Roja.-

Berta Beatriz Añazgo tenía 33 años. Desde hacía más de 20 vivía con su marido, Juan Ávila -23 años mayor-, en una casa en Las Talitas, en las afueras de San Miguel de Tucumán.

El miércoles, la mujer volvió con tres de sus cinco hijos de Buenos Aires. Había estado allí un mes haciéndose estudios médicos y trámites para poder donarle un órgano a uno de ellos-

A la hora de la siesta la pareja discutió. Él le reprochaba a su mujer que hubiera estado tanto tiempo afuera. En la casa estaban dos hijos: un nene de 7 que está en silla de ruedas y una chica de 14. Los otros tres se habían quedado en Buenos Aires a cargo de unos parientes. La chica fue la que intentó defender a su madre cuando Juan la atacó con un cuchillo de carnicero.

Después de forcejear con el padre, la adolescente salió corriendo a la calle. Con las manos manchadas de sangre golpeaba las puertas de las casas vecinas

– ¡Mi papá ha matado a mi mamá!- gritaba.

Unos vecinos la hicieron pasar a su casa. Mientras intentaban calmarla llamaron a la policía.

Los uniformados llegaron cerca de las 16.00. Desde la calle vieron el cuerpo de Juan Ávila colgando de un árbol en el patio de la casa. Tenía un profundo tajo en el estómago.

Cuando entraron en la casa encontraron el cuerpo ensangrentado de Berta en una de las habitaciones. La hija tuvo que ser atendida en el hospital por las heridas en las manos.