Tuvo Covid-19, quiso donar plasma y no lo dejaron por ser gay

Después de recuperarse de coronavirus, un chico de 29 años se acercó a un hospital de Santa Fe para colaborar donando anticuerpos, pero se encontró con una visión sesgada y atrasada de quiénes pueden y quiénes no.

Tuvo Covid-19, quiso donar plasma y no lo dejaron por ser gay

Por Cosecha Roja
31/08/2020

Emiliano Ivaldi tiene 29 años, tuvo COVID-19 y quiso donar plasma en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, en Santa Fe. No lo aceptaron: 

-¿Tuviste relaciones con un hombre en el último año? -dijo el médico.

-Hace 4 años que estoy de novio, es mi pareja estable -respondió Emiliano, que tras el rechazo del médico hizo un video donde narra la situación que vivió y lo triste que se puso, ya que es un donante habitual de sangre y plaquetas.

“¿Cuál es mi riesgo? ¿Que se coge por el orto?”, se pregunta Emiliano y tiene razón: el periodo ventana de las infecciones de transmisión sexual es el mismo para alguien que tiene sexo con personas LGBT+ que para personas heterosexuales. 

Demos vuelta la situación, ¿le preguntan a las personas hetero si tuvieron sexo en el último año? No. Y en realidad no se lo tendrían que preguntar a nadie, ya que desde 2015 existe una ley nacional que establece cuáles son las preguntas que se pueden hacer y cuáles no.

Emiliano cuenta que le gusta donar sangre, que es algo altruista que hace desde que tiene 19 años porque su mamá es bióloga y organiza campañas. No es la primera vez que le hacen esta pregunta y lo discriminan, ya le pasó en 2011, por eso antes mentía: decía que no había tenido relaciones y ya. Seguramente, muchas de las personas que donan hicieron como él.

Por ejemplo, una de las condiciones que deshabilita al donante es “tener una relación sexual con personas que cambian muy frecuentemente de pareja sexual, incluso si usó preservativo o campo de látex”. ¿Cómo se puede saber a ciencia cierta si un donante cambia tiene pareja estable, o si la pareja del donante corresponde esa supuesta estabilidad? El método resulta bastante arbitrario: recae sobre lo que la persona que quiere donar elige decir sobre sus últimos 12 meses de su vida sexual, que puede estar alineado o no con la realidad. 

Después de la donación, los laboratorios hacen pruebas. “Se hacen para determinar las enfermedades infectocontagiosas que serían de riesgo para los pacientes que reciben los hemoderivados. Sin embargo, todas las pruebas tienen ventanas en donde pueden dar falsos negativos”, dice a Cosecha Roja Leda Guzzi, de La Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

“Por eso es que todavía siguen existiendo casos de vih, hepatitis, sífilis o chagas por transfusión de sangre”, explica Guzzi. “El cuestionario se hace para tratar de identificar a 

a quienes podrían tener riesgo de padecer estas infecciones y minimizar las posibilidades de transmisión. A pesar de todo esto, lamentablemente aún hoy se ven pacientes que adquirieron estas enfermedades infectocontagiosas por transfusión. Después uno puede analizar si ese cuestionario tiene un componente con un sesgo discriminador o no, pero se trata de disminuir al máximo ese riesgo”.


Te puede interesar:

Carta del pibe golpeado por ser gay: no se callen


Tanto en su descargo en Instagram como en su intercambio con el médico que lo rechazó como donante, Emiliano tuvo que hacer énfasis en que tiene una pareja estable y apelar a ideas de respetabilidad generalmente reservadas para personas heterosexuales. Esto sucede porque las personas que no responden a la heteronorma son particularmente señaladas en estos procesos. ¿No es parte del problema esa visión sesgada de quienes realmente son un “riesgo”?

Ahora todo el mundo está preocupado por la vacuna del COVID-19 y muchxs se preguntan por qué no genera la misma empatía buscar vacunas para otras enfermedades. Si bien el COVID-19 y el vih, la hepatitis y el chagas no son comparables, la pandemia muestra la fragilidad del sistema de salud para generar técnicas amigables que superen la barrera de los prejuicios que cada profesional puede imprimir en la atención. 

¿Por qué no armar un protocolo de salud diferente para las donaciones? ¿Uno donde la donación sea para todxs igual y la responsabilidad pase a los laboratorios? Probablemente la respuesta nos derive otra vez en el factor económico, un problema del cual los sistemas de salud no logran despegarse.