foto diario los andesCosecha Roja.

Se me escapó un tiro- le dijo Sebastián Miguel Ángel Montiveros Agüero, oficial ayudante de inteligencia Criminal, 32 años, al primer policía que llegó a su casa en Mendoza, Argentina. En el piso de la habitación estaba el cuerpo sin vida de su mujer, Alejandra Verónica Yúdica Seoane, que también era miembro de la fuerza.Montiveros nunca imaginó que apenas un tiro le bastaría para entrar en la historia como el primer femicida en estrenar la Ley 26.791, que agrava las penas en casos de asesinatos de violencia de género.

Montiveros era miembro de la UMAR, la división motorizada de la policía. Desde hacía un par de semanas se encontraba de licencia por un accidente laboral. Según reseña Diario Los Andes, el miércoles cerca de las 12 de la noche el policía y su mujer estaban en la cama. No queda claro bien porqué pero un tiro acabó con la quietud de la noche. El disparo atravesó la muñeca de Alejandra e impactó contra la zona interparietal anterior. Lo que en criollo sería, ni más ni menos, que un tiro certero a la cabeza.

Yudica era oficial ayudante de la policía. Tenía 36 años y un hijo de 18 que la acababa de hacer abuela. Alejandra era, porque la ambulancia que llegó unos minutos después, no pudo hacer nada por salvarla. La subieron a una camilla y la llevaron al Hospital Central. La doctora que respondió a la emergencia encontró un casquillo de 9 milímetros en su pecho. Yudica era porque falleció a la 1.15 de la madrugada sobre la cama del quirófano.

Para Daniel Carniello, fiscal especial que se encuentra al frente de la investigación, la versión del disparo accidental no resulta nada creíble. Primero porque las armas no se disparan cuando caen al suelo. Segundo, porque la herida de la muñeca indicaría que la víctima quiso defenderse. Ante este panorama espera la pericia criminalística y la necropsia para aclarar la situación. Pero dice, seguro: “El imputado esperará al juicio en el penal provincial porque sin lugar a dudas se trata de un femicidio”.

Para Carniello, la nueva legislación da un marco legal que favorece las denuncias porque castiga severamente a los victimarios. “De acuerdo al artículo 80 del Código Penal al imputado le correspondería la reclusión perpetua. Mientras con la legislación anterior, la figura hubiera sido la del homicidio simple, con penas de entre 8 y 25 años”.

La ley 26.791, que modifica el artículo 80, determina que se impondrá “reclusión perpetua o prisión perpetua a quienes asesinen a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”. Además de que quedan descartados los atenuantes cuando el hombre tenga antecedentes de violencia.

El oficial Montiveros, intentó, como pudo, explicar lo inexplicable: dijo que discutieron, que ella se acostó, que él decidió irse y que al sacar su pistola de un placard, se le cayó en la cama y se disparó.

Carniello agrega: “Si bien el detenido no tenía antecedentes varios testigos afirmaron que el policía era un hombre violento”.

Los compañeros de Yudica indicaron que la mujer les había comentado que las situaciones de violencia con su marido el policía eran cosa de todos los días. Según comentó un vecino Montiveros no era muy querido en el barrio porque “venía con la moto y quería atropellar a todos”. Pero otros vecinos de la pareja de policías se sorprendieron con el desenlace de la historia: “Nos quedamos helados. Nosotros llegamos y vimos que estaba toda la cuadra llena de policías. Hacía como dos años que vivían aquí. Nunca vimos u oímos nada raro”. Lo que no notaron esos vecinos es que algunos horrores, es una cosa bien sabida, se orquestan sumidos en un silencio de muerte.