Una lesbiana en la campaña de Milei

La fotoperiodista Gala Abramovich está acostumbrada a entrar en lugares que no van con su estilo de vida. Nunca sintió miedo. Estas PASO sí. Le tocó cubrir el cierre de campaña y los festejos en el búnker del candidato de la antipolítica. O mejor dicho: de la política marcada por el fascismo explícito.

Una lesbiana en la campaña de Milei

15/09/2021

Por Gala Abramovich*

Foto de Gala Abramovich para Revista Crisis 

Suelo cubrir eventos y acontecimientos donde tal vez no aceptarían mi “estilo de vida”. Soy fotoperiodista lesbiana activista. Me gusta aprender e investigar en esos lugares, pasar desapercibida con la cámara mientras veo de cerca un mundo en el que no estaría si no es por trabajo. Pasé por situaciones incómodas, divertidas, de empatía o extrañeza. Pero nunca había sentido miedo como en el cierre de campaña de Milei.

Es el domingo 5 de septiembre en Parque Lezama. Llegó temprano, a la hora que estaba informado el acto. Juega la selección de Argentina contra Brasil y está previsto transmitir el partido como parte de la convocatoria. Cuando el partido se suspende, empiezan a sonar reggaetones de moda remixados.

No hay mucha gente pero a de poco van llegando.

Hay grupos de jóvenes, de diferentes edades y estilos, algunxs más adolescentes con la ropa y el pelo igual a Milei. Otrxs parecen solo juventud común y corriente llegando a cualquier evento festivo.

Empiezo a dar vueltas. En la mayoría de las bandera predomina el color amarillo. En algunas está el león. En otras, una serpiente con una frase en inglés que no llego a leer. Me acerco: “Don’t tream on me” (“no me pisotees”), la bandera de Gadsden, símbolo del liberalismo yanqui.

Mucha gente usa la remera del león y banderas argentinas colgadas. Entre la multitud veo algunas remeras que dicen Partido Todos por Buenos Aires. No sabía que el partido tenía un nombre que puede traer tanta confusión.

Hasta ese momento todo suena pintoresco o incluso bizarro. Pero no. Empiezan a caer personajes vestidos como neonazis y con pines de Estados Unidos con la cara de Trump. Un pibe que no tiene más de 16 años llega con una remera que dice LGTB: Liberty, Guns, Trump y Bolsonaro. También hay travestis flameando la bandera amarilla y posando para las fotos.

Las narrativas y discursos anti feministas y anti LGTB+ conviven con personas del propio colectivo LGTB+ que banca a Milei. Tal vez sea por el discurso de libertad, no lo sé. 

No es la antipolítica: es política muy bien marcada, con una ideología muy contundente.

El odio que vemos todos los días en las redes salta al espacio público y acá está en todos lados. 

Siento miedo, no solo por cómo la ideología fascista cala hasta en la juventud. Temo, sobre todo, que se den cuenta de que no soy parte de ellxs. No hay casi colegas ni medios.

Va pasando el tiempo, hace frío, empieza a tocar una banda libertaria conocida entre el público y la ovacionan. 

Entro al corralito de prensa. Saco fotos desde ahí. Le pregunto al de seguridad si puedo salir y volver a entrar. 

– Sí, pero por tu seguridad no te lo recomiendo.

Empiezan lxs oradorxs. El público canta a los gritos “los zurdos tienen miedo”, “zurdo compadre la concha de tu madre”. Pongo cara de póker. Lo importante siempre en este tipo de coberturas es pasar desapercibida, más si no hay otrxs colegas.

Los discursos improvisados sacan frases como “Che Guevara asesino” y “Hay que enjuiciar al ERP y a Montoneros”. Cada unx de lxs oradorxs tiene un personaje armado: la seria, el desalineado, el cantante de la banda que tocó hace un rato, la luchadora. 

Empieza a sonar “ Panic Show” de La Renga, la gente (que para esta altura es muchísima) canta sacada. Está por entrar Milei. Pero no lo hace por donde habían subido todxs sus compañerxs pre candidatxs. La gente se empieza a aplastar contra la valla que separa el corralito de prensa del escenario. Bailan, la presión sobre la valla ya es mucha y se cae. Se nos viene toda la gente encima. Corro al costado, siento que no les importa cuidar ni a su propia gente.

Milei sube al escenario. Salta, grita, hay mucha ovación. Con él suben muchos hombres tipo patovicas. Tratamos de subir los pocos medios que estamos, el piso del escenario se mueve, nos piden que nos bajemos porque no banca tanto peso.

Decido irme, sin entender mucho todo lo que acabo de ver, escuchar y sentir.

***

Es domingo 12 de septiembre. Cuando llego al búnker en el hotel Grand View ya se sabe que Milei saca más del 10 por ciento de los votos de la ciudad de Buenos Aires. El clima es de festejo pero también de bardear a sus oponentes, porque de esa forma configura su discurso.

Esta vez el acto está lleno de colegas, compañerxs del gremio. Eso me relaja mucho. Al estar tan observadxs, el comportamiento de lxs seguidorxs de Milei es mucho más ameno que en el cierre de campaña. 

La juventud es protagonista de nuevo. Esta vez está en los equipos de prensa y en el armado, no solo en los festejos.

En las afueras del hotel hay una pantalla que pasa una charla de Milei. Un cartel anuncia el nombre: “La aplastante superioridad del capitalismo”. 

Adentro hay poca gente esperando. Mientras llegan los resultados festejan, saltan y cantan.  

En el sector de prensa somos unos 30 colegas. Cada tanto nos llegan cuatro sándwiches. Casi no hay comida. 

En un momento le piden a un pibe del partido libertario que cante en vivo por Crónica TV. Lo hace y termina el cántico con una nueva ovación. 

Un colega grita “Viva Perón”, todxs le decimos que se calle, que nos van a sacar. Tenemos miedo de decir lo que pensamos. No hay posibilidad de debate en este lado de la “libertad”.

Milei llega y lo reciben con ovación al grito de “Comunismo o libertad”. 

Lxs jóvenes transmiten en vivo el acto. Viralizan todo lo que hacen y llegan a todos lados. No necesitan a los medios.

Cuando termina el acto, Milei y lxs otrxs candidatxs se van. Nos avisan que volverá para que los medios le puedan hacer preguntas. Esperamos. El tiempo pasa y no aparece. Nos vuelven a decir que esperemos, que estaba dando una nota exclusiva a Lanata. Con razón, mis colegas se enojan. Pero aún así esperan. 

Cuando sale lo hace otra vez rodeado de patovicas y lxs candidatxs de la lista. Lxs fotografxs nos ponemos adelante para hacerle fotos. La gente que fue a verlos se abalanza. Se nos vienen encima y quedamos encerradxs, casi aplastadxs.

El show termina. Me voy con la certeza de que el fascismo avanza: no es un chiste.

 *Es fotoperiodista y trabajadora de prensa. Trabaja de forma freelance para distintos medios de comunicación nacionales e internacionales. También hace coberturas para instituciones. Sus ensayos autorales son realizados desde una mirada interseccional. En 2019 ganó el premio Lola Mora en la categoría “Fotoperiodismo”. Es parte de la Asociación de Reporterxs Gráficxs de Argentina (Argra) en la coordinación, junto a otras compañeras, del espacio de géneros.