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José Manuel Sánchez.-

Nelly Teresa Salazar Ramírez (28) estaba a punto de ser madre. Solo le quedaban días para dar a luz a una bebé. El pasado 26 de marzo salió de su casa ubicada en la calle 5 del barrio 12 de Octubre, en San Rafael de Cordero, estado Táchira.  Nunca más regresó. Su vecina, Jennifer Yuleide Gómez Acevedo (34), se ofreció a acompañarla al hospital, en el camino la secuestró, la mató, le abrió el vientre con una hojilla y le robó a su pequeña.

Gómez regresó a su vivienda y no dio razón a la familia de Salazar acerca del paradero de la embarazada. A falta de respuestas los allegados de la embarazada acudieron a la Policía científica que, luego de esperar el lapso correspondiente, iniciaron las investigaciones.

Los detectives llegaron a la puerta de Acevedo ocho días después de la desaparición. Buscaban respuestas que sí consiguieron, pero no convencieron en primera instancia. La insistencia de los funcionarios hizo que sudara frío y tragara grueso antes de desatar una escalofriante confesión. Ella había asesinado a su amiga.

Brutal  

Acevedo contó a los efectivos que condujo a Salazar a su casa. Allí la golpeó con un rodillo de amasar. Tras dejarla inconsciente abrió su vientre con una hojilla y le extrajo a su hija. Luego envolvió el cadáver, de quien una vez llamó “amiga”, en una bolsa plástica negra y lo introdujo dentro de un pipote del mismo material.

Colocó el recipiente en una carretilla y lo condujo hasta un terreno baldío ubicado en el camino real conocido como Las Caimanas, en la misma zona de San Rafael. Allí excavó un hueco donde depositó el cuerpo. Aún atónitos con la historia los uniformados dieron parte al Ministerio Público para que se trasladaran al sector del entierro.

A las 7.00 de la noche del pasado martes y ante la mirada de los habitantes de la calle 5, Acevedo salió esposada de su casa. Los Policías también detuvieron a su hijo, Yofer Peñaranda Gómez (18), quien presumen haya sido cómplice del crimen.

Se conoció que luego de disponer de la occisa, Acevedo se trasladó con la pequeña en brazos hasta el Seguro Social del barrio Santa Teresa. Indicó al personal del guardia que había parido en su casa  y sin asistencia médica. Los médicos dudaron de la historia y ordenaron hacerles unos exámenes. Se asustó y huyó del centro asistencial dejando a la niña abandonada.

Luis Monrroy, jefe de la delegación Táchira, explicó vía telefónica que la detenida había fingido un embarazo para atraer a su pareja. Por temor a ser descubierta y abandonada, como consecuencia del engaño, cometió el asesinato y apoderó de la criatura. Aseguró que la pequeña se encuentra en buen estado de salud.

Fotos: Cortesía Diario Los Andes