venAna Karolina Mendoza.-
La angustia de una supuesta depresión indujo a Humberto Aníbal Virgüez (51) a dispararse en la cabeza. Antes asesinó a su esposa, a sus dos hijos y a su amante. El cuádruple crimen se consumó en dos tandas, el martes pasado en la urbanización Los Samanes en Maracay, estado Aragua.
El comisario jubilado de la Policía científica sacó el arma de reglamento de la mesa de noche a las 4.00 de la tarde. Caminó hasta la habitación de su primogénito, Gabriel (17), le apuntó a la cabeza y accionó le gatillo. El joven se desangró y  falleció debajo de la sábana, informó la Policía.
La detonación produjo un eco en la vivienda de la calle 17 con avenida 23. Neisa, esposa del funcionario, corrió desde la cocina. Se tropezó con el marido en el portal de la habitación del muchacho. El hombre la apuntó con su 9 milímetros y le disparó en el entrecejo.
comisarioEl sonido aún retumbaba en la paredes cuando se escuchó la última detonación en la casa. María Gabriela (14) fue la última en morir. Los detectives la encontraron debajo de su cama con medio cuerpo envuelto en una sábana estampada. Presumen que trató de escapar de del padre y verdugo. Fue la víctima que más luchó. El comisario tuvo que derrumbar la puerta de la habitación para entrar, aparentemente, la sacó de su escondite por el cuello y luego le disparó a quemarropa. El cadáver presentó aruños en la cara y hombros.
El policía jubilado hizo a un lado el cadáver de la hija y bajó las escaleras.  Arrancó hacia la urbanización Fundación de Cagua en su 4 Runner plateada. A las 7.00 de la noche los vecinos llamaron al servicio de emergencias regional 171 tras escuchar dos detonaciones. Un proyectil atravesó el cráneo de la mujer que ahí vivía, la amante, y otro terminó con la vida del policía.
Los inspectores de la subdelegación Maracay llegaron al sitio y vieron a su exjefe tendido en el piso, de medio lado, con su pistola en la mano, sobre un charco de sangre, con los ojos entreabiertos.
Una llamada hizo más grande el asombro de los oficiales. La esposa y los hijos también estaban muertos. Los residentes de Los Samanes también denunciaron. Entonces hubo silencio en la institución. Sólo citaron a algunos conocidos y familiares.
Los funcionarios del Eje contra homicidios de la Policía científica no se explicaban por qué su superior, de intachable conducta, cometió un cuádruple homicidio y se suicidó. La respuesta: a mediados de 2012, luego de que lo jubilaran, a Virgüez le diagnosticaron diabetes crónica. También comenzó a comportarse de manera extraña, según describieron familiares, y le detectaron trastornos psiquiátricos. La depresión es la única causa que los forenses e investigadores manejan como certera. Según un doliente, “necesitaba antidepresivos para mantenerse controlado”.
Trayectoria policial
Humberto Aníbal Virgüez (51) dirigió la subdelegación Maracay de la Policía científica en 2011. Luego lo trasladaron al estado Guárico donde fungió como supervisor de subdelegaciones y, al cabo de cuatro meses lo enviaron a la Delegación Lara, donde le llegó su carta de jubilación a principio de 2012.
Foto: el Periodiquito