Narcolandia

Cosecha Roja.-

“Dígale, dígale que se venga para acá, que yo lo recibo, que no tengo muchos amigos acá, que estoy organizado y todo, man. Dígale al Monito que lo que se le ofrezca acá, que yo lo saco por el aeropuerto. Yo le garantizo casa, le consigo los carros, lo que necesiten. Tengo proyectos para él acá”, le había mandado a decir a través de un amigo Alejandro Gracia Álvarez, otro colombiano, dueño de un restaurante llamado Gabo, en Honduras 5719, pleno Palermo Hollywood, en la Ciudad de Buenos Aires.*

El mensaje era para Nacho o Mono. Son los dos nombres de guerra de Ignacio Álvarez Meyendorff, uno de los primeros colombianos que vino a la Argentina a fines de 2004 y que fue extraditado a Estados Unidos en 2013. El diálogo lo cuentan los periodistas Virginia Messi y Juan Manuel Bordón en “Narcolandia” una investigación que busca responder si Argentina es un refugio paradisíaco para los narcotraficantes colombianos, por qué, cómo y con la ayuda de quién.

Es cierto que los narcos colombianos empezaron a llegar en la última década. Pero eso no es parte de un política de Estado. “Es un fenómeno complejo, que excede al kirchnerismo o a cualquier partido que esté en el gobierno”, dijo a Cosecha Roja Virginia Messi. El problema es global y se trata del fracaso de la guerra contra las drogas que, entre otros resultados negativos, también generó lo que se conoce como “efecto cucaracha”: cuando la luz enfoca hacia un lugar, es momento de escapar de ahí. A partir de la muerte de Pablo Escobar se desarmó el cartel de Medellín, los capos de Cali se entregaron y sus desprendimientos formaron el del Norte del Valle. La violencia desatada al interior de ese grupo y las extradiciones a Estados Unidos provocaron las migraciones a Argentina, Venezuela y Brasil.

Buenos Aires y sus alrededores son una de las mejores alternativas por el alto nivel de vida que pueden tener. “Mi Sangre dice que Argentina es el Nordelta de Sudamérica”, contó Messi. Suelen instalarse en Puerto Madero, Belgrano o en barrios cerrados del partido de Tigre. Argentina es un lugar seguro, lindo, con el mismo idioma y con una gran comunidad de colombianos que tejen redes informales de ayuda. Somos un país con una gran tradición de recibir inmigrantes, señalan los autores en el libro.

Además, la tasa de homicidios locales es de 5,5 cada 100 mil habitantes, cuando en Colombia llega a 30,8 según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Los cuatro crímenes entre colombianos de los últimos años no son un dato significativo cuando se compara con la cantidad de asesinatos y secuestros en Bogotá, Cali, Medellín.

Los casos son el de Unicenter de 2008, los sicarios que mataron a Sebastián Galvis Ramírez en 2009, el hombre que apareció muerto en su departamento de Barrio Norte en 2012 y el de Carlos Alberto Gutiérrez Camacho, asesinado cuando andaba en bicicleta con su novia por Palermo en abril de este año.

La pregunta es cómo entran. Pero la respuesta del millón es: ¿cómo no habrían de entrar? Colombia es un estado asociado al Mercosur por lo que tienen acceso libre, desde Migraciones no hay motivo para el rechazo. Y además los narcos que se escapan de su país por la violencia inter cartel llegan con identidades falsas en documentos verdaderos. Álvarez Meyendorff, por ejemplo, tenía dos nombres distintos en dos pasaportes con el sello oficial.

El problema, entonces, no es del ingreso sino la falta de información del gobierno bogotano. “No es una desprolijidad, es malintencionado. El nivel de colaboración en inteligencia con la justicia local es nulo”, dijo Messi a Cosecha Roja. Eso fue lo que comprobaron viendo los expedientes durante el año y medio que duró la investigación.

La periodista contó que lo que sí hay es un pacto de inteligencia entre Colombia y Estados Unidos. “Argentina es una sala de espera. Los gobiernos saben que están acá. Si no, no vendrían a buscarlos cuando les conviene”, dijo. El mexicano que en abril se atrincheró a los tiros en su departamento de Belgrano cuando lo allanaron, por ejemplo, estaba siendo investigado en Washington por lavado de dinero. “El negocio global es tan grande que hay que encararlo de otra manera”, agregó Messi.

* Extracto de “Narcolandia”