En el trabajo, en el carro, en el departamento, en el bar. Donde quiera que Marvin esté, un grandulón parco lo sigue de cerca y observa todo a su alrededor. Es su “seguridad personal” y debe cuidar que nada le ocurra a Marvin. Para eso le paga el Ministerio de la Gobernación.

-Es incómodo. Imagínate que está conmigo las 24 horas. Incluso dentro de mi apartamento –le dijo a Cosecha Roja Marvin del Cid, periodista de investigación del diario El Periódico de Guatemala.

Cada ocho días el custodio le cede el turno a otro. Por ahora es la única medida que tomó el gobierno guatemalteco para garantizar la integridad física del periodista, luego de que hombres aún no identificados entraran a su apartamento el 28 de septiembre y se robaran una computadora, archivos periodísticos y varios expedientes relacionados con las investigaciones que publica regularmente en El Periódico. 

Es la segunda vez en tres meses que irrumpen y roban en casa de Marvin Del Cid.  La primera fue el 24 de junio. Marvin tampoco estaba en su apartamento. Los ladrones se llevaron dos computadoras y le dejaron un mensaje: “Te vas a morir”.

En las últimas semanas el equipo de investigación de El Periódico que integra Del Cid publicó notas en las que denunció casos de nepotismo y malversación de fondos en el Fondo Social de Solidaridad e irregularidades en licitaciones del Ministerio de Gobernación.

– Yo no podría asegurar que este robo tuvo que ver con mis últimos trabajos.  En el primer allanamiento que tuve, recibí previamente algunas llamadas intimidatorias de números anónimos, y a los pocos días ingresaron a mi casa.  Pero ahora no hubo llamados previos –dijo el periodista.

Luego del primer robo Marvin hizo la denuncia en la Fiscalía de Delitos contra Periodistas. Allí señaló como posible sospechoso de haber ingresado a su casa a un sindicalista que días atrás había sido protagonista de una nota publicada en El Periódico. Según la investigación periodística, Juan Pacheco Coc había logrado que su sindicato fuera inscripto a pesar de no cumplir con los requisitos que fija la ley. De este modo Pacheco lograba protección para no ser removido de su puesto, ya que pesaban sobre él denuncias por tráfico ilegal de personas y de cobrar a inmigrantes a cambio de facilitarles documentación.

La investigación se publicó el 7 de junio. El 24 del mismo mes robaron en la vivienda de Marvin. El 2 de agosto Pacheco apareció muerto en su casa. Lo encontraron amarrado de pies y manos, con signos visibles de tortura. De los autores, nada se sabe.

– En Guatemala muchos periodistas reciben amenazas pero no lo dicen porque saben que al final de cuentas muchas de las investigaciones no prosperan en el Ministerio Público. Hay amenazas e intimidaciones constantemente, pero no sabría si hay casos documentados en Fiscalía.

-¿En Guatemala hay organizaciones de prensa que se hayan pronunciado sobre tu caso?

-Los espacios para tratar esos temas son bien reducidos. Hay una Asociación de Periodistas de Guatemala donde están aglutinados muchos periodistas, pero no cumple con el propósito de tratar casos de amenazas. Después está la Cámara Guatemalteca de Periodismo que representa a los dueños y directores de medios, donde se debate este tema pero no involucran tanto a periodistas. Hay una organización que viene trabajando hace algunos años y sí debate sobre estos temas vinculados a la seguridad de los periodistas que se llama Sala de Redacción. Ellos apoyan a periodistas, hacen seminarios, discuten sobre seguridad de los periodistas, sobre libertad de expresión. Es la entidad que más le ha entrado al tema últimamente.

-¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno ante esta situación de amenazas e intimidaciones como las que sufriste?

-En mi caso, el Ministro de Gobernación tuvo comunicación directa conmigo y desde el día jueves de la semana pasada cargo con seguridad personal. Pero la violencia en Guatemala no es contra periodistas, la padecen todos los ciudadanos. Hoy el Estado me puso seguridad y así es como hoy viven algunos ciudadanos de este país.

Así vive Marvin hoy, vigilado a sol y sombra por un grandote se sienta en el asiento de acompañante de su carro y comparte su baño. Si consigue el dinero, en los próximos días Marvin y su custodio se mudarán de apartamento.