WandaGate: lo feminista no quita lo chismosa

¿Por qué nos importa tanto el culebrón Wanda-Icardi-China-Vicuña? Millones de dólares de por medio: ¿no tienen vínculos bastante parecidos a los nuestres? ¿Somos menos feministas por divertirnos con el chisme del momento? ¿estamos tan desconstruides como para comprar pochoclos y sólo sentarnos a mirar?

WandaGate: lo feminista no quita lo chismosa

Por Cosecha Roja
19/10/2021

Sí: nos gustan los chismes. Nos divierten, nos relajan, nos mantienen alerta y al margen de la tragedia que es la vida, la pandemia, la crisis económica y política y todos los etcéteras.

Y no es consumo irónico: nos siguen gustando los culebrones. Sobre todo cuando los tenemos tan a mano. A un click. No necesitamos levantar un teléfono, mandar un mail ni buscar una fuente inconseguible. Tenemos una licenciatura en stalkeo. Entramos a los instragram buscando el like, el quién dejó de seguir a quién. Especulamos con la dedicatoria de una foto o con algún comentario. Los tenemos de primera mano, tan cerquita que hasta parece que les protagonistas son amigues, vecines, familia: tomamos partido, opinamos, analizamos, nos pasamos de un team a otro, nos indignamos y hasta comentamos en sus redes.

La única diferencia son los millones de dólares que circulan en el medio y que hacen que si tus vecinos se separan, une cargue las cosas en el auto propio en vez de tomarse un vuelo privado a Milán. O en el peor de los casos, se quede porque no tiene un mango para la Sube ni otro lugar adonde ir.

Entonces, ¿por qué los sentimos tan cerca? ¿Por qué nos importa tanto? ¿Por qué nos divierte y nos da un poquito de culpa a la vez? ¿Por qué nos estamos haciendo estas preguntas? ¿Somos menos feministas por seguir el Wanda-China-Mauro- Gate?

La vida de los ricos y famosos nos genera fascinación. Y quizás en el fondo sea porque, millones más millones menos, tienen vínculos bastante parecidos (por no decir iguales) a los nuestros. ¿O los cuernos, las separaciones, las publicaciones en redes, las peleas, las reconciliaciones, las directas e indirectas no son cosa de todos los días también para nosotres? ¿O nuestros vínculos están todos taaaan deconstruidos que no le damos importancia a estas cosas?

¿De qué nos sorprendemos exactamente? ¿De que Wanda publique sus casi cuernos en las redes? ¿de que llame zorra a otra?

¿Es Wanda un ícono feminista por construir solita su imperio y convertirse en poco tiempo en una empresaria y manager exitosa nada menos que en el mundo del fútbol? ¿Es la que lleva el apellido de su marido, está en contra del aborto, muestra una familia tipo de ricos y vive ostentando sus millones? ¿o es todo eso, porque, jelou: todes tenemos contradicciones?

¿Es la China Suárez la representación del mal? Ya todes conocemos su prontuario. Hasta se hicieron mapas sinópticos, conceptuales y árboles genealógicos con sus amantes, amoríos, parejas y garches (sí, se usaron todos esos conceptos). Porque la China, además de ser una madre rubia divina hegemónica, tiene una vida sexual activa. Y eso, ¿molesta? ¿incomoda?

¿Algún día dejaremos de juzgar cómo actúan les famoses? Probablemente, no.
Quién es la buena y la mala se mide desde la moral, pero a medida que cambia nuestra forma de pensar, ¿se pueden actualizar los roles de cada une en estos culebrones, igual de viejos que la vida nisman? Ana Bolena era una robamaridos en el siglo XVI y 500 años después le endosamos el mismo rótulo a la China. Los varones ya no son reyes (excepto algunos resabios europeos) pero siguen saliendo impunes de estas peleas de barro. ¿Alguien armó un cuadro sinóptico de los cuernos que metió Vicuña? ¿O un mapa de los garches de Cabré?

Si nos enseñaron que los hombres son fuertes e independientes, ¿podemos “robarlos”? Wanda no tiene el título de propiedad de Mauro. Sí de su carrera, punto para ella. En todo caso sería lo contrario, porque el cambio de apellido lo siguen haciendo ellas. Mauro Nara hubiese quedado lindo.

¿Podemos pensar en la China como una “libera-esposas”, una “devuelve-apellidos”? ¿es demasiado tirado de los pelos? Seguro que sí pero es momento de concederse libertad creativa para salirnos de los papeles de siempre y en esto Argentina es vanguardia. Nuestra industria nacional del humor nos ha dado conceptos como “paltera”, “icardiada” y otras magias.

¿Está mal levantarse a un chabon casado? ¿Es menos grave si no está unido por el sagrado lazo de matrimonio? ¿Es más grave si tiene hijes? En la escala de valores machirulos la rompehogares es peor que la robamaridos. Entonces, ¿la pena baja si la pareja que nació del cuerneo se casa y tiene criaturas? ¿Las bendis hacen que todo se perdone? ¿El “amor verdadero” es la única salida de los cuernos? ¿No se puede garchar y listo?

¿Y dónde están las feministas? ¿Venimos a aguar la fiesta? ¿O nos ponemos a hacer pochoclo y nos dedicamos a mirar? ¿Estamos tan deconstruidas que nos podemos dar el lujo de divertirnos un rato sin pensar en el Patriarcado? ¿Se puede tomar una posición feminista en este drama? ¿Se puede no tomarla? ¿Cuál sería la lectura? ¿Apoyar a la China Suárez y su sexualidad libre? ¿O defender a Wanda de una mina poco sorora?

Desde los feminismos hace años buscamos desarmar los conceptos de robamaridos, rompehogares, monogamia, matrimonio, zorra o puta. ¿Dar estos debates hace que haya más gente que no las diga o nos hablamos entre nosotres? ¿Nos aburrimos rápido de las agendas que instalamos, como si instalarlas fuera resolverlas?

¿Somos las feministas las iluminati en estos temas? ¿La mayoría de la gente sólo está siguiendo el minuto a minuto y los memes? ¿O estamos todes pensando desde nuestra moral y nuestros valores qué haríamos en el lugar de cada une? Los vínculos y los chismes, ¿no son temas que nos obsesionan desde siempre? Quien esté libre de chusmerío que tire la primera piedra.