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Juan Carrá – Cosecha Roja.-

Que el policial es un mundo de hombres es algo que se ha dicho hasta el cansancio. En la literatura, en el cine y en las series televisivas las historias giran alrededor de los protagonistas masculinos. Para la mujer, el género ha dejado históricamente el lugar de la femme fatale, objeto de deseo para los detectives.

La nueva narrativa policial y las series han buscado romper estos estereotipos. A veces sin mucho éxito y potenciando incluso la mirada machista sobre el mundo del crimen. Pero hay excepciones, mujeres que hacen de las tramas algo más que una historia de machos.

Elegimos diez exponentes de figuras femeninas dueñas de personalidades complejas que cumplen roles determinantes en las series policiales más exitosas: cada una desde su lugar busca romper el molde. A su manera, con sus límites, muchas veces propios de la sociedad que retrata el relato policial, que por definición debe contar la dinámica de la sociedad en la que se desarrolla.

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Sarah Linden (The Killing)1Sarah-Linden

Es quizás uno de los personajes actuales que se ajusta más a la construcción clásica del detective negro, pero en versión mujer. Su obsesión –por momentos angustiante– sobre su trabajo como detective de homicidios de Seattle la convierte en una persona solitaria, que lucha contra su tabaquismo y, sobre todo, contra la normatividad de un mundo de hombres mimetizándose. Pero esa misma obsesión la convierte en la mejor en lo que hace. Y hay veces que eso no es bueno en un sistema corrupto.

Además de su trabajo, Linden (Mireille Enos) es madre soltera de un hijo adolescente que reclama límites, una carga cultural que le impone la sociedad machista. No importa que sea la mejor detective si no es una buena madre. El conflicto paralelo con el padre del chico dan forma a su personalidad, siempre al límite. Eso le da a The Killing un plus: ella y sus demonios.

Su estética contrasta con todas las mujeres que aparecen en la serie: vestimenta neutra, cara lavada, pelo recogido en una cola de caballo, poco afectiva. Eso la vuelve asexuada, masculina, quizás una buena provocación para el televidente que busca en el policial a una femme fatale.

Shakima “Kima” Greggs (The Wire)2kima

Negra, lesbiana y policía. Un combo fuerte, acorde a una serie como The Wire, que en su primera temporada se mete con el consumo de drogas en los barrios negros de Baltimore con una fuerte crítica al Estado y sus instituciones.

“Eso tiene Kima, puede pegarte como un hombre”, dice uno de sus compañeros de la unidad especial formada con una suerte de resaca de la fuerza policial para “desarticular” el comercio del crack, en la que Kima (interpretada por Sonja Sohn) es la única mujer (la única verdaderamente competente). Eso dice uno de los compañeros de Kima a un narco que muestra en su cara las secuelas de sus puños y patadas. Ella, mujer de pocas palabras, se abre paso en el mundo de los hombres con potencia: es la mejor policía, amante y estudiante. Y, avanzadas las temporadas de la serie, es la mejor madre. Pero a pesar de todo eso, de mostrarse como una mujer completa, sus compañeros solo pueden reconocerla como un hombre. “¿Debes ser lesbiana, verdad?”, le dijo su compañero McNulty. “Una chica guapa, inteligentísima y buena policía no podría sobrevivir de otra manera”.

Kima se muestra masculina y contrasta con la fiscal Rhonda Pearlman: siempre de falda, impecable, dispuesta a que McNulty sea el hombre de la serie. Kima, en cambio, reserva su mundo femenino para la intimidad o para ir de incógnito a una misión. Pero entonces, cuando quiere ser femenina en el mundo de hombres, un tiro la deja al borde de la muerte.

 

Dana Scully (Expedientes X)3Scully

Scully (Gillian Anderson) es la compañera de Fox Mulder (David Duchovny), el contrapeso racional para un personaje obsesionado con los fenómenos paranormales. La agente es asignada a corroborar la veracidad de las investigaciones que Mulder llevaba adelante en la sección reservada a los expedientes X y, a lo largo de las nueve temporadas, irá cambiando su mirada cientificista del universo.

Y también cambiará su vida: sus relaciones personales se irán diluyendo ante la dedicación exclusiva a su trabajo. Así, Mulder se convertirá en su persona más cercana, tanto que le pedirá a su compañero que sea el donante para un tratamiento de fecundación in vitro.

La trama de Expedientes X mezcla el policial tradicional con lo fantástico. Precursora en el cruce de géneros, la serie fue un éxito a nivel mundial. A pesar de todo lo extraordinario que ocurre, Scully la mujer de la serie, no puede escapar a los mandatos sociales.

Dra. Temperance Brennan (Bones)4brennan

Bones es una de las pocas series policiales que tiene en el elenco estelar mujeres que, además, ocupan espacios de poder. La doctora Temperance Brennan (Emily Deschanel), antropóloga forense, es la jefa de un equipo especial del Jeffersonian, un instituto dedicado a hacer hablar a los huesos de los cadáveres.

Racionalista al extremo, Brennan parece un bicho de laboratorio y se aleja del estereotipo femenino: le fascinan más los huesos que los hombres. Pero los guionistas creyeron que el cerebro de la doctora debía estar acompañado de la fuerza masculina. Allí entrea en escena su compañero, el agente especial del FBI Seeley Booth, un estereotipo de héroe yanqui (ex soldado, incorruptible, un poco temperamental y mujeriego). La relación es irónica, difícil y con mucha tensión sexual, que culmina siempre en desencuentro hasta que él se convierte en su marido y el padre de sus hijos.

Lo que la destaca a Brennan, más allá del cliché, es su papel dentro del género policial: su poder de deducción y observación la asemejan a los viejos detectives de la literatura de enigma con el foco puesto en la antropología forense.

Jessica Fletcher (Reportera del crimen)5jessica fletcher

Ella fue la precursora, una de las primeras mujeres que se abrió camino en el mundo de los masculino de los detectives. Después de Columbo y Coyak (Angela Lansbury), investigadores clásicos de la televisión de los 60 y 70, fue el turno en los 80 y de Jessica Fletcher: una profesora de inglés que se convierte en escritora de novelas de misterios (es inevitable pensar en Agatha Christie) que ella misma resolvía.

Su personalidad amable, su aspecto de mujer madura, elegante, educada y una mirada perspicaz de la escena del crimen eran sus mayores herramientas. Siempre salvaba a los inocentes y dejaba en evidencia a los policías del lugar, otro elemento típico de la novela detectivesca clásica.

El programa se emitió por doce temporadas consecutivas (264 capítulos unitarios) entre 1984 y 1996. Por sus decorados desfilaron notables figuras de Hollywood y tuvo continuidad en cuatro películas.

Laura Palmer (Twin Peacks)6palmer

Es quizás el personaje femenino más clásico de las series policiales de todos los tiempos. Lo interesante es que ese rol lo cumple desde el lugar de víctima y no de investigador. Y, además, con escasas apariciones. Interpretada por Sheryl Lee, aparece muerta en el primer episodio y desde entonces el agente especial del FBI, Dale Cooper, intentará resolver un enigma: ¿quién mató a Laura Palmer?

Su muerte funciona como un biombo. Es la chica perfecta, de clase media, ejemplo de adolescente que se convierte en una mujer sórdida, con miles de secretos. Todas las chicas de Twin Peacks rompen los estereotipos. No sólo en Laura Palmer, sino también Audrey Horne y Maddy Ferguson, prima de Laura de un parecido físico increíble (interpretada también por Sheryl Lee).

Carmela Soprano (Los Soprano)7carmela

La mafia italoamericana tiene un lugar reservados para sus mujeres: la casa. Y Carmela Soprano (Edie Falco) responde a cada uno de los tips de una buena esposa de Capo. No pregunta, sabe callar, cocina la pasta como nadie y sobre todo soporta la humillación constante de Tony Soprano, el hombre de las mil amantes. Pero no lo hace gratis, el dinero del negocio le permite la gran vida. Tony sabe que con ropa, viajes, autos, perfumes y algún diamante resuelve cada pelea.

Pero el personaje de Carmela es un poco más complejo. Es la única que parece no tenerle miedo al capo di capi de New Jersey y hasta osó pegarle un cachetazo a Tony. Confesora de su marido, está lejos del negocio pero es consciente de que su familia es de la mafia.

En seis temporadas y 86 capítulos deseo sentirse más que un accesorio de Tony Soprano. Tres veces vivió momentos de tensión sexual con otros hombres: el sacerdote Phil Intintola (la relación más platónica por su gran devoción católica); el decorador Vic Musto, a quien besó; y Furio Giunta, uno de los hombres de Tony. Carmela jamás pudo pagarle a su esposo con la misma moneda. La culpa y el miedo a perder su estatus económico siempre la devolvieron a los brazos de Tony Soprano.

Skyler Withe (Breaking Bad)TV-Breaking Bad-Gunn

Si hay algo que hay que reconocer es que la esposa de Walter Withe es mucho más que una mujer de su casa. Contadora notable, dejó su trabajo para dedicarse a sus hijos y a su marido, hasta que la transformación de Walter en el rey de la meta, la convierte en un nuevo tipo de mujer. El Walter narco deja en evidencia a la Skyler especuladora.

Si bien al principio ignora la actividad ilegal de su marido, cuando se entera lo castiga siendo infiel y luego funciona como un engranaje central de la pequeña organización criminal: ella lava los millones de dólares que él gana. Su crecimiento temporada a temporada la convierte en uno de los grandes personajes femeninos de una de las mejores series de la historia.

Debra Morgan y Hannah McKay (Dexter)Ambas

Son, sin dudas, las dos mujeres fuertes de Dexter. Debra es la medio hermana policía del asesino serial. Temperamental, mal hablada, masculina, pero muy sexual –quizás uno de los personajes más intensos de la serie en este sentido– crece con el correr de las temporadas y logra encumbrarse en el poder dentro de la Policía de Miami. Con la aparición en las temporadas siete y ocho de Hannah McKay el personaje de Debra crece y juntas crean una tensión narrativa que tiene como eje a Dexter.

Hannah es una asesina. Y, como marcan los manuales de criminología, usa el arma predilecta de las mujeres: el veneno. Su belleza, tan peligrosa como las plantas que cultiva en su invernadero, desequilibra el código de Dexter, un psicópata que comienza a sentir empatía por alguien como él.

Tanto Hannah como Debra se mueven en función de Dexter, pero ambas consiguen un nivel de autonomía suficiente como para convertirse en las mujeres de una serie centrada en un personaje masculino.

Lisbeth Salander (Millennium) 

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Si hablamos de mujeres en el policial no podemos obviar a la protagonista de la trilogía Millennium del sueco Stieg Larsson. Lisbeth Salander es un personaje de ruptura en el género. No sólo por su doble acción como investigadora y asesina vengadora, sino también por su estética. Es una joven gótica, adicta al tabaco y al alcohol. Tiene 24 años, es bisexual y su cuerpo tatuado y lleno de piercings genera el rechazo de una sociedad –la sueca– que se jacta de su apertura socialdemócrata, pero que la discrimina y estigmatiza.

Lisbeth es hacker, y tiene el don de una memoria fotográfica extraordinaria. Con esas herramientas brinda servicios a una agencia de seguridad privada, desde donde comienza su aventura como investigadora. Víctima de violaciones reiteradas por un tutor designado por el Estado, Libeth buscará venganza y se volverá un símbolo de la mujer liberada.