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Cosecha Roja.-

El lunes, en los Tribunales de Mercedes, comenzó el juicio a las hermanas Ailén y Marina Jara, las jóvenes de Moreno presas hace más de dos años por defenderse de un abusador. Se espera que la sentencia se dé a conocer el 3 de abril. La defensa de las chicas pedirá su absolución.

Ailén y Marina llegaron al Tribunal esposadas, acompañadas por tres agentes penitenciarios que las custodiaban. Juan Leguizamón, para la Justicia el supuesto damnificado, entró caminando sin custodia. En la plaza cercana a los Tribunales, decenas de organizaciones sociales hicieron una vigilia para apoyar a las hermanas. La consigna era “Libertad para Ailén y Marina ya”. Las chicas están procesadas por intento de homicidio por clavarle un cuchillo para untar a Leguizamón la noche del 19 de febrero de 2011. El hombre estaba armado y disparó al aire antes de intentar abusar de Ailén.

“La fiscalía está evaluando la conducta de las chicas. No se introdujo nunca la perspectiva de género en este caso. Tampoco se está cuestionando la conducta del opresor”, dijo a Cosecha Roja, Norma Chiaparrone de la Asociación Argentina de Mujeres de Carreras Jurídicas. Esta abogada presentó un Amicus Curiae pidiéndole al Tribunal la libertad y absolución de Marina y Ailén por el delito que se les imputa.

Durante las dos jornadas de juicio pasaron por el estrado más de una decena de testigos aportados tanto por la defensa como por Leguizamón. Los testimonios de las personas del barrio Sanguinetti de la localidad de Moreno que facilitaron los abogados de Ailén y Marina fueron tenaces y certeros. “Se sabe cómo es Leguizamón en el barrio. Un delincuente. Se drogaba y se comentaba que vendía droga”, aportó uno de los testigos. “Juan Leguizamón vende droga, todo el mundo le tiene miedo”, dijo otro “Las chicas se defendieron, las quiso atacar. Fue en defensa propia”, coincidió una cuarta testigo. “Hace un año le robó a un churrero y lo cagó a palos”, relató un vecino.

Los testigos que llevó Leguizamón dudaban, estaban nerviosos, se contradecían. Algunos hablaron de una camiseta verde y negra que supuestamente tenía puesta Ailén, mientras que otro vecino aseguró ver a Leguizamón con esa remera puesta.
Lo curioso es que la fiscalía no encuentra esta prenda que sería clave para entender la discusión y la forma en la que las chicas se defendieron ante el abusador. Además, serviría para dirimir las contradicciones que existen entre algunos testigos aportados por Leguizamón.

“Nosotros vamos por la absolución de las chicas. Hay pruebas concretas que dan cuenta que Leguizamón disparó. Quedó en claro que Ailén y Marina actuaron el legítima defensa, y que el acoso de este hombre venía de mucho antes”, dijo a Cosecha Roja, Isidro Encina uno de los abogados de la Jara.
El próximo martes 26 se espera el relato de un último testigo. Luego las chicas podrán decir sus últimas palabras antes de los alegatos y posteriormente se conocerá la sentencia.