Cosecha Roja.-
Katerine tiene 16 años y cursa cuarto año en la Escuela Norma de Rosario de la Frontera, en Salta. El 28 de diciembre a la tarde, unos compañeros la invitaron a pasar la tarde a la ribera del río Rosario. “Comenzaron a beber y me hicieron emborrachar”, contó la joven al diario El Tribuno, de la capital provincial.
“Se quisieron propasar en varias ocasiones, pero me resistí, hasta que me desvanecí y me desperté cuando uno de mis amigos abusaba por atrás de mí, mientras los otros miraban y se reían”, denunció la chica.
Según contó, después de haber sido violada por al menos tres de los seis jóvenes que estaban con ella en la ribera, la dejaron sola. Eran alrededor de las 9.30 de la noche. Caminó varias cuadras hasta que se encontró con un primo un año menor, al que le contó lo que había pasado. El chico la convenció de ir a la comisaría para hacer la denuncia. Mientras Katy le contaba a una mujer policía lo que había pasado, el primo fue a buscar a sus padres.
En la comisaría se armó revuelo. El jefe de la Brigada tomó nota de los nombres de los acusados y fue casa por casa para hablar con los padres. La madre de Katy todavía no había llegado.
-Esto es un juego de chicos, va a pasar el tiempo y se van a olvidar-, contó la chica que le dijo el jefe de la Brigada al regresar. -¿Para qué los vas a perjudicar con una denuncia?- intentó convencerla.
La médica legal se negó a hacer el hisopado vaginal y anal, como establece la ley para las denuncias de violación. “Le pedimos casi por favor, porque me violaron por todas partes, aún estando inconsciente”, relató la chica.
“No hubo caso, nadie nos escuchó, me culparon y ni siquiera me quisieron revisar, solo guardaron mi bombacha. Es toda la prueba que colectaron”. Según relató la joven abusada, la policía no dejó constancia de la denuncia: “desde que llegué comenzaron a decirme que fue consentido, que soy alcohólica y drogadicta y que mi denuncia iba a perjudicar a jóvenes promesa de Rosario de la Frontera”.
Dos días después, cuando el caso empezaba a tomar relevancia pública, el jefe policial Walter Carral dio una entrevista al Canal 2 de Rosario de la Frontera para explicar el caso: dijo que la chica era alcohólica y drogadicta y que el acto sexual con el grupo de jóvenes había sido consentido por ella.
“Se olvidó de decir que no quisieron tomarle denuncia”, dijo el abogado de la familia, César Caro Colomo, “que jamás hablaron con los padres de la víctima pero sí con los familiares de los acusados, que no le hicieron los exámenes de rigor que fija la ley”.
La familia intentó reunirse con la intendenta. Tampoco fueron recibidos. “Dos de los que me violaron son hijos del director de Tránsito de Rosario de la Frontera, empleado de la intendenta”, dijo Katy.
Ayer, el abogado fue hasta la fiscalía y presentó la denuncia que no quisieron tomarle en la comisaría.
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