El sacerdote Juan Diego Escobar Gaviria, acusado de abusar de un nene de once años, pasará sus días de arresto domiciliario en una casa de retiro espiritual que depende del Arzobispado de Paraná. Así lo decidió el juez Arturo Exequiel Dumón. Se trata de la Casa del Padre Lamy, de la congregación Serviteurs de Jésus et de Marie. Muy lejos de las condiciones de la cárcel de Victoria en la que estuvo alojado desde que se entregó a la Justicia, el cura llevará una vida bastante similar a la que tenía antes del inicio del proceso judicial. Sin público, claro.
Escobar Gaviria no podrá salir de Oro Verde sin autorización judicial y deberá presentarse dos veces a la semana ante el fiscal Federico Uriburu, en Nogoyá. La responsabilidad del control estará en manos del arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puíggari. Tampoco podrá tener ningún tipo de contacto con posibles víctimas ni familiares de estos, ya sea en modo individual o a través de terceros.
Los defensores de Escobar Gaviria, Milton Urrutia y Juan Pablo Temón presentaron una apelación ante Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú porque el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, había dispuesto la prisión preventiva por 20 días del cura y lo había destinado a la Unidad Penal de Victoria.
A partir de hoy, Escobar Gaviria, durante su estadía en la Casa del Padre Lamy, se levantará a las seis de la mañana, de siete a ocho realizará laudes y oraciones mentales, y a las ocho desayunará. A las 12, participará de la misa, y a las 13 almorzará. Durante la tarde se dedicará rezar, junto a los cinco monjes que habitan la casa. La cena se la servirán a las ocho de la noche y antes de retirarse a su habitación volverá a rezar. Lo que no podrá hacer es volver al pueblo Lucas González ni ejercer. Y, mientras continúe la investigación judicial tiene prohibido oficiar misas en público.
“Siempre lo seguimos porque creíamos en él, y hoy me pregunto: qué hiciste, padre Juan Diego, con mi hijo, que te lo entregué porque vos me pediste que te lo mande como monaguillo para ayudarnos”, dijo Silvia, la mamá del chico de once años, en el programa de televisión “Fuera de Juego” que conduce el periodista Daniel Enz.
La mujer dio detalles de lo que su hijo contó en Cámara Gesell y explicó cómo fue que se animó a hablar con ella. “Me pareció aberrante. Fue la peor cosa que me pudo haber hecho. Me apuñaló porque se valió de todo lo que estábamos sufriendo y hoy me dice que soy una manipuladora de gente, que hice un complot con el intendente de Lucas para sacarlo de la iglesia”.
Contó que antes de su confesión, el nene había viajado de excursión con su maestra a Rosario. Allí, en una de las actividades, la docente pidió que hablaran de sus familias y les dijo que pidieran perdón por cosas que le podrían haber hecho a algún compañero. “Creo que ese fogón fue el que le abrió la mente y el corazón para que después le contara a su mejor amigo, el día 24 lo que había pasado con el padre”, dijo la mamá.
Luego de ese fogón, el niño le contó todo lo vivido con el cura Juan Diego a un amigo. El nene le dijo que lo hablara con su mamá, que ella lo iba a ayudar. “Antes de terminar de cenar me llamó para contarme. En el momento le dije que era algo muy grave, que el cura nos había ayudado y sacado adelante con todo lo que pasamos con papá, y él me respondió ‘te estoy diciendo la verdad’. Entonces lo abracé fuerte y me pidió que no se lo cuente a los hermanos”, explicó.
La mujer corrió a ver a la mamá del amiguito para que no contara nada y ella le dijo que lo denunciara. “Hablé con las maestras, me pasaron el teléfono de un psicólogo forense. Ellas se quedaron muy mal porque daban catecismo con el cura. Después el psicólogo me aseguró que si nosotros lo avalábamos, él firmaba el papel para realizar la denuncia. Hablé con la Madre del Colegio y le recordé que fue el mismo cura quien nos recomendó que enviáramos a nuestro hijo como monaguillo, para sacarlo del problema que nosotros estábamos viviendo tras un accidente en el que murió una bebé de siete meses. Ella me dijo que lo iba a hablar con el abogado del Colegio y con la Congregación”.
Escobar Gaviria, integrante de la Cruzada del Espíritu Santo, llegó a Lucas González en 2005 y fue designado párroco. Luego de conocerse la denuncia judicial en su contra por abuso, el jueves 27 de octubre Puiggari ordenó apartarlo de la atención pastoral de la parroquia y le recomendó abandonar Lucas González.
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