Reproducimos el texto publicado por Priscila Umpierre en Medium

No conocía mucho a Emma pero sé demasiado de ella: sé que trabajó en el mismo lugar que yo, que era una de las mejores cierres, que MTF lo armaba y lo desarmaba en unos minutos y ayudaba a los demás. Sé también que siempre estaba con una sonrisa, dispuesta a ayudar, a dar palabras de aliento. Sé que fue una buena amiga, una buena persona.

No conocía a Emma pero si conozco a Anita, mi dulce Anita.

Anita fue mi primer amiga platense desde que llegué a esta ciudad. Fue quien me recibió cuando empecé a trabajar en MC Donald’s. Ani ya llevaba unos años ahí trabajando, yo era nueva, no conocía a nadie, no hablaba con casi nadie.

Recuerdo verla con las botas de cierre sacando bolsas y diciéndome “esto lo vas a hacer vos si hacés cierre”.

Mi primer día en el trabajo salíamos juntas a las 00hs. Era muy de noche pero había movimiento en la ciudad. Me preguntó para dónde iba, le dije que vivía en Plaza Rocha, las miró a las otras dos compañeras y dijo “venite con nosotras, yo vivo cerca”. Y se nos hizo costumbre, todos los días que salíamos juntas caminábamos, charlábamos, nos reíamos. Si ella salía antes igual me esperaba a que yo esté lista.

Dulce Anita, tan chiquitita, tan buena, tan ella: un amor de persona.

Anita me bautizó como “Pipi”, pocas personas me dicen así, casi nadie, pero ella lo hace especial, me hace sentir todavía una pequeña niña y que ella es mi hermana mayor.

Cuando trabajábamos juntas y poníamos música me gritaba “Baila Pipi con el backy” y nos reíamos mucho ¡Qué lindos eran los cierres con Anita!

Cada tanto largo un “extraño a Ani en el cierre”, porque es real, y se lo digo siempre, el paty la extraña.

Como dije antes, no sé mucho más de Emma que lo que dicen todos y lo que me contaba Anita. Pero sé de Anita porque es mi amiga, la veo seguido, y porque hace un par de días estuvo en mi casa tomando mates. Y sé que ambas chicas son espectaculares, diez puntos de personas.

Sé que si las conocieran los medios como Diario El Día o La Nación, sé que si quienes escribieron lo que escribieron se tomaran unos mates cada tanto con las pibas, no escribirían lo que escribieron.

Sé que si quienes opinan sin saber y creen que realmente las chicas se drogaban, también las conocieran, no opinarían ni creerían eso.

Linda Emma, dulce Anita: dos hermosas mujeres, ambas víctimas del machismo que nos atraviesa todos los días.

El 8 de julio de 2017 un macho mató a Emma, quiso matar a Anita pero ellá está viva, aunque también la mató un poco, le mató la sonrisa y le sacó a su mejor amiga. También me mató a mi, nos mató un poquito más a todas. Nos arrancó el corazón en un par de minutos, nos arrancó una gran compañera, nos arrancó la felicidad pero no nos asesinó ni lo hará nunca las ganas de seguir luchando.

Quiero vivir en un mundo donde estas cosas no sucedan más, quiero ver a mi dulce Anita feliz, quiero ver a Emma en una foto estudiando como siempre veía. Quiero que se haga justicia por todas las pibas que día a día nos van arrancando. Quiero que Emma descanse en paz, lejos de la mierda de este mundo, y que Anita vuelva a sonreír.

Pipi