Las dos hijas más chicas de Mónica Haydée Acosta, de 7 y 11 años, llegaron a su casa en Monte Grande después de pasar unos días con el padre y encontraron el cuerpo de su madre sobre la cama. Tenía un corte en el cuello y había recibido otras 17 puñaladas. Un año y medio después la causa llegó a juicio. El acusado es Diego Perrone, pareja de Mónica, quien tenía denuncias en su contra por violencia machista y una medida de restricción. Hoy el Tribunal Oral en lo Criminal 5 de Lomas de Zamora dictará la sentencia.
“Todos sabíamos que esto podía pasar, incluso mi mamá. Ella no quería admitirlo y todos le preguntábamos si quería hacer la denuncia pero se negaba”, contó Sofía Chrabatyn, la hija mayor de Mónica, al poco tiempo del crimen a El Diario Sur.
Perrone ya la había atacado en varias ocasiones: “Venía con un moretón enorme y me decía que la había mordido el perro o que se había caído del subte. Tenía una cicatriz enorme en la frente y se cortó el flequillo para que no se le viera, escondía todo”, explicó Sofía.
El hombre también había golpeado a las dos hijas menores de Mónica. Guillermo Muzzo, el papá de las chicas, lo denunció y consiguió que la Justicia le dictara una medida restrictiva que le impedía acercarse a las nenas y a él. Muzzo le ofreció a Mónica extender la perimetral pero ella se negó.
“Mi mamá decía que era bueno, que no le iba a hacer nada, pero abrías un cajón y tenía un martillo, abajo de la cama tenía un palo. Estaba paranoica. Tomaba pastillas para dormir y él lo sabía, por eso hizo lo que hizo a la hora que lo hizo. Si ella hubiera estado despierta se habría defendido”, contó Sofía en la entrevista con El Diario Sur.
El 19 de enero de 2017 Mónica hizo su último posteo en Facebook: “A la gente que te ataca por la espalda le ganaste el mismo día que supieron que no podían ponerse de frente”.
Cinco días después Perrone la atacó mientras dormía. Le cortó el cuello con un cuchillo y le dio 17 puñaladas en el resto del cuerpo. Se cambió la ropa ensangrentada, se tomó un remís y se fue a la casa de sus padres en Ramos Mejía. Unas horas más tarde lo detuvo la policía.
El 30 de mayo comenzó el juicio. Perrone está acusado por el delito de homicidio calificado agravado por el vínculo, por ensañamiento y por mediar violencia de género (femicidio) y enfrenta una condena a perpetua.