El sábado 25 de agosto el diario La Nación publicó la editorial sin firma con el título “Abel Albino, genuino compromiso con la infancia”.  La columna vanagloria las acciones de Albino con calificaciones como “valiente defensa”, “titánico trabajo”, “prédica incansable y amor tan generoso como dedicado”. Y luego de eso se dedica a desinformar sobre el paradigma científico que en materia de VIH  hoy rige nuestra sociedad. En esta columna, la médica infectóloga del Hospital Muñiz Natalia Pacífico analiza y desmiente la editorial punto por punto. 

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Por Natalia Pacífico – Médica Infectóloga

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La infabilidad del preservativo en la transmisión del VIH

La epidemia de VIH SIDA, de más de 30 años de historia, se ha atribuido alrededor de 35 millones de muertes por enfermedades relacionadas en el mundo. En la actualidad se estima para nuestro país que existen 122.000 personas viviendo con VIH, de las cuales el 30% no conoce su diagnóstico. En la última década se notificaron 6500 casos nuevos por año en promedio en la Argentina. No es en vano recordar que el 98% de las infecciones nuevas se producen por relaciones sexuales sin protección.
Las políticas de salud pública en respuesta al VIH son encabezadas por prevención, con el eje principal en distribución gratuita de preservativos y educación sexual; seguido del acceso a las pruebas diagnósticas, tratamientos oportunos, promoción de derechos humanos e igualdad de género para la reducción del estigma y discriminación en torno a la problemática.
El planteo que el “preservativo no es infalible para garantizar que el sida no se contagie, aun cuando su contribución sea sin dudas importante” resulta arriesgado, y como mínimo produce desinformación y desprestigio a políticas de salud de casi 15 años de trayectoria.
El uso de preservativo de relaciones sexuales sigue siendo el método principal de prevención de VIH y demás infecciones de transmisión sexual recomendado de forma unánime por la literatura científica y sus sociedades. (OMS – UNESCO – ONUSIDA – Fundación Huésped – Sociedad Argentina de Infectología).

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La contagiosidad del sida

VIH y sida no son términos sinónimos intercambiables. Se refiere al VIH como el virus de inmunodeficiencia humana y al sida como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida; la etapa clínica avanzada de la infección por el VIH. Una persona viviendo con VIH no necesariamente está en el estadio sida.
Contagio y transmisión sí pueden considerarse sinónimos en el diccionario, pero cuando hablamos de salud no es ingenuo optar por una u otra palabra. Se recomienda la utilización del término de transmisión y no de contagio. El VIH se transmite a través de vías específicas, como fluidos: semen y fluidos genitales, sangre, leche materna. La elección del termino contagio no parece casual ya que alude a plaga, contaminación, miasma. Esta elección no hace más que profundizar el padecimiento de lo que implica una enfermedad “contagiosa”.

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La falacia de los patrones de conducta individual

Al establecer que “referentes científicos en sida, Edward Green, de la Universidad de Harvard, ha atribuido a la mayor disponibilidad de preservativos la mayor tasa de transmisión de este virus, por lo que no se puede dejar de poner el acento en los patrones de conducta individual” implica asumir que todas las personas acceden a la misma información en las mismas instancias.
El enfoque hacia grupos de riesgo y patrones de conducta individual que explican problemáticas de salud ha sido dejado de lado debido a que consideran culpabilidades individuales; producen estigma, discriminación y negligencia. Los enfoques actuales para la respuesta a la epidemia de VIH sida se basan en comportamientos de riesgo, con la difusión de prácticas seguras, y en el concepto de vulnerabilidad o poblaciones vulnerables que permiten la respuesta social y de gestión.
Parecería si no que quienes contraen la infección por VIH son únicamente culpables debido a su propia negligencia.

 

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El virus del sida atraviesa la porcelana

La afirmación en la editorial de que “numerosos y reconocidos libros sobre microbiología confirman que el virus del sida pasa el llamado “filtro de virus” de porcelana” es una afirmación parcial. Inmediatamente posterior a los dichos de Abel Albino en el Congreso el 25 de julio, tanto Pedro Cahn de Fundación Huésped y Alberto Kornblihtt, biólogo molecular e investigador superior del CONICET como sociedades científicas (Sociedad Argentina de Infectología, Sociedad Argentina de Medicina, Asociación Argentina de Microbiología, Sociedad Argentina de Investigación clínica, Sociedad Argentina de Inmunología, Sociedad Argentina de Virología, Instituto de Investigaciones Biomédicas en retrovirus y sida) refutan esta afirmación.
En 1899 se descubrieron los virus como agentes infecciosos que atraviesan filtros porosos de porcelana no esmaltada, objetos que no son de conocimiento para la población en general en la actualidad. El VIH no atraviesa el látex, material del cual están fabricados los preservativos.

 

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La defensa de la vida: “La mujer embarazada como tesoro para el país”

El aspecto que aparece con mayor fuerza dentro los sectores conservadores de nuestra sociedad, tras el rechazo del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo en el Senado, es la reivindicación de la maternidad obligada en el rol de la mujer. Como si al hablar de la defensa de la vida se tratara solamente de mujeres embarazadas y sus hijos. Parece que la mujer es tesoro, siempre y cuando obedezca a su rol de madre cis heterosexual, donde las relaciones sexuales tienen como único fin la reproducción y son sacrificadas para criar o cuidar a los otros. Esta intencionalidad esconde el disfrute de la propia sexualidad y con los otros. El derecho al goce, a decidir sobre el propio cuerpo, a disfrutar y explorar la sexualidad no están disponibles para la mujer – tesoro “protegida” por Abel Albino.

 

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La oposición frente al proyecto de ley de interrupción del embarazo dado que existen otras carencias.

En la citada columna se afirma que “desde la falta de agua potable que afecta al 30% de la población, o de cloacas, una carencia que golpea a millones de argentinos, o la necesidad de poblar nuestro extenso territorio que se contrapone al proyecto que se buscaba aprobar”. El Censo Nacional 2010 establece un 83% de viviendas particulares con disponibilidad de agua de red para todo el país y un 48% de viviendas particulares con disponibilidad de desagüe cloacal. De ninguna manera estos indicadores de calidad de vida son de menor prioridad para la población sino que el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo fue puesto en agenda en gran medida por el movimiento de mujeres en el país. La Organización Mundial de la Salud recomienda la legalización del aborto como una de las prácticas en torno a reducir las muertes evitables o daños permanentes a la salud producidas por la clandestinidad formando parte de las condiciones para garantizar igualdad de derechos urgentes. Los derechos humanos no son jerarquizables y una carencia no empaña a la otra.

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Los aportes a favor de la infancia son “indiscutibles”

La Fundación CONIN (Cooperadora de la Nutrición Infantil) posee un convenio con el Ministerio de Educación de la Nación. El mismo fue denunciado por la Sociedad Argentina de Pediatría en enero del corriente año, dado que las estrategias que emplea para combatir la malnutrición y desnutrición infantil son carentes de evidencia científica y alejados de la concepción integral de la salud. Revistas científicas (por ejemplo Nutrition Reviews) han publicado la evaluación de la intervención de la Fundación CONIN en niños, comparando grupos con y sin dicha intervención no se identificaron diferencias para variables de crecimiento (peso y altura) en los niños estudiados.

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Los intereses mezquinos que mueven a profesionales médicos

Aquí no cabe más que preguntar qué es lo que identifica La Nación como intereses mezquinos en los profesionales médicos, tal como preguntara Pedro Cahn a través de Fundación Huésped al día siguiente a la publicación de la editorial: ¿El aval global de las sociedad científicas, de la Organización Mundial de la Salud, de ONUSIDA? Aquello que dichas entidades han considerado como estrategias eficaces y científicamente comprobadas, ¿Deben ser puestas nuevamente a prueba? Claramente no. No se puede permitir dudar en medidas difundidas ampliamente como eficaces.

Esta editorial de La Nación produce un nivel de violencia inmensurable ya que desinforma y perjudica a quienes no pueden acceder a varios puntos de vista. Los logros en salud pública, en especial con VIH sida, requieren de difusión de información verídica y sostenimiento de redes de información a los diferentes públicos. Generar dudas en lo establecido firmemente es peligroso e implica un profundo retroceso para las estrategias de respuesta de salud, en especial al VIH sida.