El puto amo

El pueblo de Puerto Rico se despertó y desde hace 10 días se moviliza contra el gobernador Ricardo Rosello. Ricky Martin es una de las caras de esta incipiente revolución. El ídolo de generaciones al que le pedían que “salga del armario” ya salió hace tiempo. Y cada vez más se vuelve un emblema de la lucha por los derechos LGBTIQ.

El puto amo

24/07/2019

Por Noe Gall*

Décimo día de movilizaciones consecutivas en Puerto Rico contra el gobierno de Ricardo Rosello por los chats filtrados el 10 de julio. Miles de personas en las calles, banderas portoriqueñas en todas las redes, famosos apoyando, famosos “volviendo a su tierra”, famosos al lado del pueblo.

En tiempos de redes sociales la realidad nos llega en fotos, caracteres y hashtags. El más utilizado es #rickyrenuncia y las imágenes que se llevaron toda la atención fueron las de Ricky Martin.

De todas las fotos que se compartieron en las redes hay una que me interpela: Ricky Martin subido al techo de un camión blanco rodeado de personas, entre ellos, René Pérez (Residente) y Bad Bunny, flameando una bandera enorme del Orgullo.

La imagen me lleva a mis 11 años. Era 1996, me habían regalado un equipo de música para mi cumpleaños y yo andaba explorando el mundo musical en una casa donde sonaban Valeria Lynch y María Elena Walsh por igual. Entonces llegó mi primer cd: “A medio Vivir”, de Ricky Martin.

El disco me enamoró, me sabía todas las canciones, conseguí un poster y lo pegué en una pared de mi habitación porque era una chica y tenía que poner fotos de chicos en la pared. Mis amigas embobadas con los Backstreet Boys y yo con Ricky.

-¡Pero es gay! ¿Cómo te va a gustar?
-¡Qué me importa lo que sea! Me encantan sus canciones. Y ¿cómo saben que es gay?
-Por el semen que le encontraron en el estómago
-… ¿?

A los 11, esa frase me sonaba de ciencia ficción; hoy es de otro mundo. Me preguntaba qué tenía que ver su vida sexual con su música y con el hecho de que yo (una púber supuestamente heterosexual) la consumiera. Y  ¿cómo habían encontrado semen en su estómago? El rumor decía que era porque fue al médico y ahí se lo descubrieron.

Ese día, sin darme cuenta, estaba recibiendo una (mala) clase de educación sexual: “No te tragarás el semen de nadie porque te puede caer mal y los médicos te van a descubrir”. “No escucharas música de homosexuales porque… porque ¿Por qué?”.

El amor duró poco: ese mismo año entraron a casa a robar y se llevaron todo, hasta el disco de Ricky. Pasó mucho tiempo hasta que pude volver a tener donde escuchar música y ya no era de él. Pero siempre lo recuerdo con cariño y cuando suena en alguna radio subo el volumen y canto.

El armario de Ricky Martin era transparente, tenía puertas de vidrio. Todos sabíamos, pero él no quería “decirlo”. Ya de más grande recuerdo haberlo defendido: ¿Por qué tendría que salir del armario? ¿Para que deje de engañar a la parva de mujeres que lo escuchan suspirando? ¿Su música dejaría de ser heterosexual si él dijera que es gay? ¿O esa confirmación lo volvería aún más inalcanzable? Pues es Ricky Martín y ¡ya es inalcanzable! En la sexualidad de Ricky se anudaron las fantasías sexuales de varias generaciones que imploraban por el sueño heterosexual.

Tengo que admitir que en ese entonces sentía un poco de envidia de mi único amigo gay. Envidia que luego se transformó en una forma de entender la justicia erótica. Deseamos a un varón gay, este hombre hermoso se comparte con otros hombres y no con las mujeres, nosotras tendremos que conformarnos con admirarlo por fotos, como en las fotografías que circularon ayer en la movilización nacional.

Las imágenes son eróticas. Ricky nos seduce con ese gesto heroico de reafirmación, con una seguridad apabullante, como esa pintura que se me aparece siempre que veo a alguien encabezando una batalla: “La Libertad guiando al pueblo” de Eugène Delacroix. Esa mujer con un seno afuera que mira hacia atrás y marca el rumbo hacia adelante, parada sobre una pila de cadáveres. Cadáveres como las víctimas del huracán María que azotó en 2017 a Puerto Rico. Víctimas de las que se burló el gobernador Rosello en los chats que se filtraron recientemente.

Las imágenes que circularon son una forma de la justicia. Un pueblo unido movilizándose contra la corrupción y la violencia manifestada en esos chats. Y entre ellos, alguien que estuvo en el armario gran parte de su vida y ahora encabeza una movilización porque su gobernador tuvo comentarios homofóbicos y sobre todo misóginos. ¿No es hermoso?

Salimos del armario todos los días. Creo que Ricky salió una vez más. Ojalá no se detenga y algún día lo tengamos también marchando en las calles de Rusia por todos los desaparecidos y detenidos LGTTBIQ bajo el régimen de Vladimir Putin.

*Activista lesbiana feminista prosexo.