La primera vez que él la violó ella era una nena. Tenía 9 años. Un año antes había empezado a manosearla. A los 13 ella quedó embarazada. Durante dos décadas y media soportó en silencio las violaciones y las amenazas de su papá y parió cuatro hijos. El fin de semana se animó a contárselo a su mamá y al otro día presentó la denuncia en la Comisaría de la Mujer de Casilda, Santa Fe. Contó que sus cuatro hijos, bautizados con nombres bíblicos, son producto de las violaciones. Unas horas después la policía lo detuvo en su casa de Arequito.
La chica recibió asistencia psicológica. “Su relato es coherente. Ella estaba lúcida pero angustiada”, contó el fiscal Juan Pablo Baños a Cosecha Roja.
Él es albañil y tiene 57 años. Esta mañana el fiscal lo imputó por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y el juez le dictó la prisión preventiva. En la casa la policía encontró dos armas de fuego con las que se cree que amenazaba a su hija.
El fiscal ordenó que se tomen muestras de ADN al acusado y a los cuatro hijos de la mujer para confirmar si los embarazos fueron producto de las violaciones. Los chicos tienen hoy 11, 13, 17 y 19 años. “Ahora tenemos que tomar más entrevistas para ver si lo que ella declaró se puede confirmar. En este tipo de delitos, que son muy íntimos, no hay testigos directos pero sí evidencia indirecta”, contó Baños.
Durante tres décadas la chica vivió encerrada en su casa, con su papá y tres de sus hijos. Hasta hace poco la mamá también vivía con ellos. Se fue de la casa cuando se separó del marido. Después de eso el hombre obligó a su hija a salir a trabajar. Mientras hacía tareas de cuidado en la casa de una familia, la chica se animó a contar los abusos.
El fin de semana se lo contó a su mamá. Unos días después denunció a su padre.