Por Leonardo Gudiño
Tuvo que haber sido la chispa surgida de esa primera ronda, el clic impreciso de algo que luego se hizo fuego, lo que provocó el resto. Contará la historia que lo que vino después de ese 7 de agosto de 2010, en el salón de la Asamblea Popular del Cid Campeador, fue obra del tiempo y de lo que él hizo con el orden y el desorden de las cosas.
A partir de aquella tarde y de la euforia por organizarse, el Colectivo de Varones Antipatriarcales CABA se conformó en 2010 con el mandato de “revisar las prácticas machistas e ir definiendo el rol de los varones en la lucha feminista”. Se propusieron replicar la experiencia del Colectivo de Varones Antipatriarcales que ya existía en La Plata.
Pareciera que cuando miramos la narrativa de estos últimos diez años olemos la irrupción inminente de una ola oceánica, monumental. Y, ya con el diario del lunes, entendemos que fueron los feminismos los que vinieron a dotar de vitalidad política justo a esta parte de la historia. Que renovaron las formas de organización, acción y movilización; que visibilizaron nuevas consignas, sujetxs y demandas. Que lo atravesaron todo.
Este proceso también terminó de ponerlo en palabras: es el sujeto varón cis heterosexual, el modelo de subjetividad que ejecuta las opresiones patriarcales sobre las mujeres, sobre las identidades feminizadas, sobre las disidencias sexuales. Será, entre tanto, que desde ahí opera la interpelación al sujeto político varón (con todos los usos y apropiaciones de esta categoría); el llamado a la deconstrucción, la demanda de organización ante la desorientación.
Quizás por eso, la existencia y la persistencia del Colectivo de Varones Antipatriarcales CABA sea una necesidad de época, de una urgencia política. Miguel Matías Barboza, uno de los integrantes del Colectivo, afirma que les motiva explorar “las articulaciones y el diálogo con el movimiento de mujeres, feminista y disidencias sexuales”. En esta primera década de su historia cabe su alianza y pertenencia, por ejemplo, a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito; todo el universo de talleres, como símbolo de intervención y herramienta política. Las ediciones itinerantes de la varieté “Boquitas pintadas”. Todos y cada uno de los ciclos de conversatorios. La producción y la realización colectiva del documental No me dejaron llorar, que fue seleccionado para la última edición del Festival Internacional Asterisco. Y por supuesto, la participación activa en la organización de los Encuentros Latinoamericanos de Varones Antipatriarcales, que en 2018 tuvo su edición en la ciudad de Buenos Aires, y significó una explosión en convocatoria.
“Todo lo que somos es un resultado inacabado del proceso permanente de aprendizaje y síntesis”, dice Joaquín Coronel, integrante del Colectivo. “No hay manera de pensar un proceso de desconstrucción de forma individual: es indispensable metodológicamente que el ejercicio sea en un marco colectivo. También fuimos asumiendo la necesidad de construir una agenda política propia, sin la soberbia machista de desoír la voz de las compañeras, pero sin apropiarnos demagógicamente de las consignas feministas para adaptarnos a un discurso políticamente correcto que no resuelva nada en lo sustantivo.”
Durante todo este tiempo, maricas y pakis construyeron y fueron habitando esta organización política al que amorosamente llaman bondi. “Pensamos que si bien lo marica responde a una forma disruptiva de habitar la masculinidad es necesario construir otras formas de resquebrajar el modelo disciplinario que nos performateó”, afirma Joaquín. Esta alianza lxs encuentra en el ejercicio de derribar el prejuicio de la homosexualidad como amenaza, de construir la afectividad entre varones como destino legítimo.
Y como les enseñaron los feminismos, es ahora el tiempo de disputar el deseo y el disfrute colectivo. Y que sea también el tiempo de celebrarse.
Para conocer el detalle de todas las actividades virtuales, abiertas y gratuitas de las jornadas #10AñosEnBondi visitar sus redes. En Instagram y Facebook son @varonesantipatriarcalesCABA.
