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Por Mariela Barraza*

La ola verde avanza también desde el norte del país. A las mujeres de la Argentina profunda les demanda muchas horas y esfuerzo económico llegar hasta la Capital Federal.

Partiendo desde las ciudades más conservadoras y pacatas como Tucumán y Salta y la cuna académica histórica como es Córdoba, colectivos de mujeres esperanzadas se arrojan al mapa de la Argentina para llegar al Congreso Nacional y aguardar desde afuera que la ley se haga, como la luz.

La gran mayoría del país no conoce el subte, los edificios espejados ni los hormigueros humanos que consumen alfajores como almuerzo y transitan sus días con rítmicas rutinas y profundas soledades. Así que el argumento sostenido para abordar los colectivos que tanto en Tucumán como Córdoba lograron gestionar las compañeras que pertenecen a algunos espacios organizados se compensa con el asombro de partir hacia la ciudad grande, monstruosa donde, dicen, atiende dios. Para las habitantes del interior no sólo es cuestión de distancia sino de perspectiva: nosotras no tenemos mar y, sin embargo, diezmadas, pocas y sueltas, somos parte de la marea verde.

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Salta cuenta con 1 millón cuatrocientos mil habitantes desde la Puna agreste hasta las ciudades coloridas y de renombre turístico como Cafayate ó Cachi, lo que es equivalente sólo al partido bonaerense de La Matanza.

Desde “La linda” están partiendo por estas horas una docena de compañeras. La realidad nos azota a todas: con el precio de un pasaje de avión de 8 mil pesos mientras que el de colectivo si bien cuesta la cuarta parte demora 23 horas, un día entero viajando. Por estos momentos circula una promoción de ir a Buenos Aires por 900 pesos vía terrestre saliendo desde Salta el martes y con regreso el jueves, con el sólo objetivo de asistir a la vigilia. Con la salvedad de que los asientos deben estar completamente ocupados por lo que es muy probable que quienes se decidan por esa posibilidad pernoctarán el día de viaje con un representante antiderechos a su lado.

Los tres senadores por Salta ya adelantaron su voto negativo: se trata del ex gobernador Juan Carlos Romero; el hermano del gobernador actual Juan Manuel, Rodolfo Urtubey, y una representante de los grupos palestristas y beatos, Cristina Fiore.

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Nuestras vecinas tucumanas trepan a los 2 millones de habitantes: la convocatoria de asistencia a la marcha es una provincia entera para poner en la calle.

Ellxs están un poco más organizadas por lo que desde la mesa de articulación de Campaña Nacional confirman que parte en una travesía de 20 horas un colectivo completo, mientras que la Red de Profesionales hace lo propio, 10 más, por vía aérea. “Va un bondi de la Campaña Nacional, otro de la Casa de Mujeres, unas 30 particulares más”, detalla Malena Van Mameren, compañera socorrista. Con lo que la provincia contigua estaría totalizando un aporte de casi 200 asistentes.

En cuanto a los senadores tucumanos, las senadoras mujeres, Silvia Elías de Pérez y Beatriz Mirkin, votarán en contra y a favor respectivamente mientras el ex gobernador, José Alperovich, mantiene la expectativa.

Estas cifras aumentan en Córdoba donde estudian 2 millones de jóvenes provenientes del interior del país y a medio camino de la Capital Federal. Las compañeras cordobesas arrancan en dos colectivos completos. Muchas se quedaron sin lugar. Desde ahí, Clarita Freites remata su mensaje con los datos de la movida: “Hay que salir a la calle para dar vueltas las encuestas que parece que nos dan mal pero vamos a seguir. Somos muchas”.

Los senadores Carlos Caserio (PJ), Laura Rodríguez Machado (PRO) y Ernesto Martínez (Frente Cívico) que en un principio votarían a favor coinciden en realizar modificaciones al proyecto originario de Diputados.

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Nos cuesta mucho más llegar, quedamos muy lejos y el tiempo nos empuja de una forma más lenta. Ya estamos en los ómnibus y nos aguarda un día de sanguches, mal sueño y descompostura.

Las salteñas arrastramos la última sílaba y nos comemos las “S”. Las tucumanas hablan con menos tonada pero son desparpajadas y dicen muchas malas palabras. Las cordobesas cantan en lugar de hablar.

Nos vemos el miércoles, somos fáciles de identificar: llevamos un pañuelo verde.

*Periodista de Cuarto Poder de Salta