Gabriel Blanco

La justicia absolvió a los tres policías acusados de torturar y asesinar a Gabriel Blanco, un joven que apareció muerto en la comisaría 2 de Isidro Casanova en 2007. El Tribunal Oral Criminal Nº 5 consideró que los argumentos de la fiscalía eran “insuficientes” y pidió que el Ministerio Público revise la actuación del fiscal. “El mensaje de los jueces es claro, ‘ni siquiera se atrevan a acusar a los policías’”, dijo a Cosecha Roja Alejandro Bois, abogado de la familia Blanco. Uno de los defensores de los agentes pidió “terminar con el curro de los Derechos Humanos”.

Gabriel tenía 21 años cuando detuvieron el de 1 de marzo de 2007. Los oficiales dijeron que se había colgado con una cuerda en la celda pero tenía marcas en el cuerpo, el cráneo fracturado y le faltaban siete dientes.

No es la primera vez que el TOC Nº 5 falla a favor de la violencia institucional. En mayo de 2009, los jueces absolvieron a los cinco oficiales de la Bonaerense por la muerte de Gastón Duffau. “La sentencia por Gabriel Blanco se inscribe en el amparo judicial que gozan las fuerzas de seguridad para mantener la impunidad”, dijo a Cosecha Roja Margarita Jarque, abogada y directora de litigio de la Comisión Provincial de la Memoria.

Miguel Racanelli, concejal de La Matanza por el PRO y uno de los abogados de los oficiales acusados, pidió que no se “armen más causas contra la policía”. Además, acusó al Ministerio Público dar la orden “para que el expediente llegue a juicio” y dijo que esta absolución “terminará, como dijo el presidente, con el curro de los Derechos Humanos”.

Durante la noche del 1 de marzo había otros cinco detenidos en la comisaría. Cuatro de ellos declararon en el juicio haber escuchado los ruidos secos de los golpes y los gritos de súplica de Gabriel. Pero los jueces dijeron que los testimonios eran parciales: los detenidos tenían sus propios motivos para hablar contra la fuerza.

Después de la muerte se realizaron dos autopsias. La primera no fue concluyente. La segunda detallaba que las marcas en el cuerpo correspondían a los golpes que había sufrido Gabriel en vida y era coincidente con los testimonios de los otros presos y los relatos de los vecinos. Para los miembros del jurado ninguno de estos argumentos fueron suficientes para condenar a los acusados.

Más aún, pidieron que el Ministerio Pùblico y el Colegio de Abogados revise la actuación del fiscal Carlos Adrián Arribas y los abogados de la querella por haber apuntado a los agentes sin “tener elementos objetivos para acusarlos”. “He defendido otros casos por violencia institucional. Nunca un juzgado había ordenado que me investiguen éticamente por hacerlo”, dijo Bois.

Durante nueve años la causa rebotó por los distintos despachos judiciales de Quilmes. La querella recusó varias veces a los jueces del TOC Nº 5 pero la Casación no les otorgó el pedido. El juicio oral recién comenzó el 18 de marzo de este año. “Los informes de las pericias eran sólidos, los detenidos escucharon los gritos de Gabriel esa noche y una de las autopsias indicó que había recibido golpe. La sentencia genera consternación”, dijo Jarque.

“No sólo absuelven a los imputados sino también se pide que nos castiguen a nosotros por llevar adelante el juicio”, contó el abogado. La familia de Gabriel sigue esperando que se esclarezca qué sucedió esa noche.

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El 1° de marzo de 2007 Gabriel pasó por la casa a buscar dinero. Al llegar, apoyó su moto en el portón de la calle Edison, en el barrio Borgward de Isidro Casanova. Cuando iba a atravesar la reja, vio la sirena. La luz azul lo envolvía todo: los policías lo habían seguido.

Los vecinos no recuerdan dónde recibió el primer golpe, solo saben que fueron muchos. Después los agentes lo escoltaron hasta el móvil. Llegó a la comisaría N°2 de Isidro Casanova a las 17. A la medianoche lo trasladaron al Hospital Paroissien -de la misma localidad-. Su corazón no respondía.

Las declaraciones de los policías fueron monocordes: el muchacho se había suicidado con una cuerda en la celda. Inclusive los libros de actas de la policía eran coherentes entre sí, todas los documentos decían lo mismo. Los abogados de la familia Blanco acusaron a otros dos oficiales por “encubrimiento agravado” y también fueron desestimados. “Vamos a apelar, la familia tiene la fuerza y los argumentos para seguir luchando contra la impunidad y para que se sepa la verdad sobre la muerte de Gabriel”, dijo Bois.

Foto: Facundo G. Díaz