Cosecha Roja.-

Después de cuatro años de espera, la justicia falló en una de las causas por picada más emblemáticas de los últimos años. Víctor Hugo Altamirano, el conductor que atropelló a Matías Cardozo durante una carrera clandestina, recibió una condena de ocho años y cuatro meses de cárcel. Minutos antes de conocer la sentencia, familiares y amigos de la víctima llegaron a la puerta del Tribunal Oral N.° 3 del Departamento Judicial de San Martín. Llevaban puestas remeras amarrillas con el rostro de “Pato” y pancartas que exigían una pena ejemplar.

Adalberto Cardozo, el padre de Matías, caminaba de un lado a otro. Saludaba a los amigos de su hijo y esperaba ansioso el momento de escuchar el veredicto. “Esperamos que los jueces estén a la altura de la circunstancias” dijo a Cosecha Roja. “Estamos cansados de ver picadas en las calles de nuestro barrio. Si sueltan al asesino de “Pato”, le están dando vía libre a la muerte”.

En la puerta del tribunal, los amigos de Matías también reclamaban justicia. Después de cuatro años de buscar pistas y reunir testigos, Julia Lo Medico aseguró que con el caso de “Pato” están haciendo historia. Ella y sus compañeros esperan que no se repita la tragedia del 16 de junio del 2008. Esa noche, en la avenida Presidente Perón, de la localidad de San Martín, se escuchó el rugido de dos autos. Estaban compitiendo en una picada: se pasaron varios semáforos en rojo y rozaron a varios peatones. Matías, de 22 años, murió atropellado.

Víctor Altamirano, conductor del auto que atropelló a Pato, era reconocido en el mundo de las carreras clandestinas por su temeridad. Según Diego Dieguez, abogado de la familia Cardozo, “se pudo comprobar que era habitué de las picadas y que tenía un auto preparado para correr”.

Con el caso claro y con testigos del hecho, familiares y amigos de “Pato” entraron confiados a la Sala A del Tribunal Oral N.° 3. En silencio, esperaron el fallo de los jueces. “Este Tribunal resuelve condenar a Víctor Hugo Altamirano a ocho años y cuatro meses de prisión”. Estas palabras apresuraron los aplausos de los asistentes. “¡Matías, presente!”, gritaba Aldalberto Cardozo.

Con la voz cortada por las lágrimas, la madre de la víctima, Noemí Romero de Cardozo, abrazó a su esposo y a sus familiares. “Los jueces entendieron que se trató de un homicidio simple, tal como quedó asegurado durante el juicio. Estamos muy felices. Este fallo nos da un poco de paz y nos anima a seguir luchando por otras familias que viven la misma tragedia”, dijo.

Diego Dieguez, el abogado de la familia, también quedó satisfecho. “Esta era la sentencia que esperábamos. Es una condena histórica que marca un precedente”.

Los familiares y amigos de Pato abandonaron la sala con una sonrisa en el rostro. La Justicia los escuchó y los acompañó en su lucha contra la muerte.