Juan D’Alessandro. Día Día.

De su pasión por los fierros hizo una carrera redituable con la que se ganó la vida, un apodo pintoresco y varias imputaciones por distintas estafas. La ambición de “Meteoro” por las cuatro ruedas es tan intensa que ni siquiera se detuvo ante los muros de la cárcel de Bouwer.

Meteoro se llama en realidad Victor Ignacio Suárez (38). Al apodo se lo pusieron los policías que lo investigaron años atrás –en honor a aquel personaje de animé japonés, piloto de carreras–, porque le reconocen ser “el más rápido con los autos”.

Está preso en Bouwer desde finales de 2010, imputado de estafas reiteradas: valiéndose de su extraordinario poder de convicción y de su buena presencia, compraba autos con documentación adulterada y los revendía antes de que el propietario pudiera chequear la validez de una supuesta transferencia bancaria. Desaparecía con el dinero, dejando un auto con dos dueños. Cayó por siete casos, pero sospechan que es el autor de innumerables estafas similares en todo el país.

Ayer, recibió en su celda la visita de un grupo de viejos conocidos, los muchachos de Delitos Económicos de la Policía, y no pudo esconder a tiempo un teléfono de alta gama con conexión a internet.

Con él, Meteoro navegaba en Facebook y en el portal Córdoba Vende, en el cual buscaba avisos clasificados que ofrecieran autos caros –ahora estaba interesado en los Volkswagen Crossfox–, y luego se contactaba con el vendedor. Por teléfono, con los mejores modales, aseguraba ser gerente de la empresa Arcor. Explicaba que él no iba a poder ver el auto porque estaba de viaje, pero que enviaría a un hombre de su entera confianza: su contador.

El “contador” resultó ser Marcelo Mayorga (42), un ladrón que fue entrenado por Meteoro en el fino arte de la estafa, en los patios de la cárcel de Bouwer, hasta que Mayorga cumplió su condena.

Mayorga, de impecable traje, se reunía con el vendedor en algún bar del centro, acordaba una suma de dinero y le hacía firmar el formulario 08, es decir, se apoderaba del vehículo con el ardid aprendido por su maestro (aunque algunas veces –mañas de ladrón– recurrió a un arma de fuego para que le entregaran el auto y el formulario firmado, recurso extremo que Meteoro jamás necesitó). Después, la víctima recibía un llamado telefónico: era la voz del “gerente de Arcor”, desde su celda, ofreciéndole recuperar el auto recién robado a cambio de unos 15 mil pesos.

La imputación de Meteoro –que está próximo a ser juzgado por una Cámara del Crimen por estafas reiteradas– se amplió a “extorsión”. Está imputado por dos casos, pero se estima que habría cometido, durante su cautiverio, muchos más.

La droga, una sorpresa.
Por su parte, Mayorga quedó imputado de extorsión y robo calificado por uso de arma. Y qué arma. De su casa de barrio Colonia Lola, ubicada en calle Almagro al 1400, se le secuestró ayer un revólver Magnum, y algo que los detectives de Delitos Económicos no preveían: droga, tres kilos de cocaína pura y otros cuatro kilos de pasta base.

El fiscal Rubén Caro, quien ordenó el allanamiento, dijo que la droga “fue una sorpresa”, pero que ya informó a la Justicia Federal, ámbito donde se resolverá otra eventual imputación para Mayorga.

Caro, en diálogo con este diario, resaltó la “prolija investigación de los detectives de Delitos Económicos”, que supieron reconocer el modus operandi de Meteoro en estos nuevos hechos, y comprobar su participación.

El fiscal reconoció que “este es el punto de partida”, ya que otras cuatro fiscalías trabajan sobre casos similares que podrían “agregarse a la causa de este delincuente “sumamente hábil”, e incluso puede haber partícipes secundarios que aún no fueron detenidos. “Estamos analizando el contenido del teléfono celular incautado en Bouwer, de donde saldrán numerosas vinculaciones”, agregó.

Este diario pudo averiguar que una mujer, que sería amante de Meteoro, también está siendo investigada por hacerse pasar por secretaria del gerente de Arcor, con la misma finalidad de adquirir los vehículos.

Por su parte, el jefe de Delitos Económicos, comisario Alejandro Mercado, explicó la maniobra de Meteoro: “Siempre trata de cerrar la operación los días viernes o víspera de feriados, por la tarde, para que el vendedor no pueda comprobar que no existe el depósito. Su cómplice entregaba a la víctima un comprobante fraudulento a cambio de que le firme el formulario de transferencia, y listo”.

Así actuaba Meteoro antes de estar en prisión: