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Hernando Florez – Cosecha Roja.-

Los asesinatos de mujeres transcurren en el mismo lugar: la casa. Sin mediar palabra o tras una discusión intrascendente con su pareja, terminan descuartizadas, incineradas, degolladas, asesinadas. El criminal casi siempre es el esposo, el novio, el ex esposo, el ex novio. Y no discriminan, la víctima puede ser cualquiera: mujer embarazada, madre de familia, de pueblos originarios. En 2013 los femicidios se incrementaron un 15%, pasaron de 255 a 295, uno cada 30 horas. Los criminales no paran, las víctimas se multiplican.

Los datos provienen del informe anual de la Asociación Civil La Casa del Encuentro. En 2012 había un caso de femicidio cada 35 horas. Son 40 casos más y casi todas las víctimas son madres entre 19 y 30 años. La cifra, además, viene aumentando en los últimos cinco años: 208 en 2008; 231 en 2009; 260 en 2010; 282 en 2011. “Es una triste estadística, el 60% de los femicidios fue cometido por las parejas de las víctimas y el 16% de ellas ya tenía denuncias interpuestas y medidas cautelares”, dijo a Cosecha Roja Ada Rico, directora del informe.

La provincia de Buenos Aires tiene el mayor número de casos (89 de 295) por razones demográficas. Le siguen Córdoba, Salta, Santa Fe y Chaco. Estos asesinatos dejaron a 405 hijos sin madre: el 65% eran menores, 263 niños y niñas huérfanos. “La mitad de ellos está con guarda transitoria, pero el padre agresor no pierde la patria potestad y cuando salga de prisión puede cuidar a estas criaturas”, asegura Rico. “El próximo año presentaremos un proyecto de ley por ‘Privación de la Patria Potestad del Padre Condenado por Homicidio Agravado’ para que las familias protejan al menor y no el agresor”, agregó.

A pesar de los esfuerzos del Estado por socializar los derechos de las mujeres agredidas, la violencia no para. “Son más de 200 mujeres asesinadas por año. ¿Qué pasa con las que sobrevivieron y quedaron con secuelas físicas y psicológicas? Las mujeres pueden acercarse a las organizaciones que trabajan este tema, pedir información y acompañamiento, porque no están solas y de esto se puede salir”, dice la directora del informe.

El femicidio es un problema mundial. Cada año tres millones de mujeres de todas las edades son víctimas de violencia de género. Las causas se atribuyen a asuntos culturales. “Indudablemente hay una razón cultural que ubica a la mujer como un objeto al que se puede golpear y hasta asesinar. Es necesario que se garantice el acceso a la justicia y a las campañas de difusión de la ley porque algunas mujeres dejan los casos por falta de dinero”, argumentó.

El informe de La Casa del Encuentro plantea el problema y difunde el incremento de las cifras de violencia, pero quedan cosas. “Faltan refugios con atención multidisciplinaria que brinden apoyo a las mujeres maltratadas. Faltan campañas de concientización y debería incluirse en la currícula el tema de género para que desde el colegio se trabaje el tema de la igualdad con los niños y las niñas. También más capacitación en asuntos de género a las fuerzas de seguridad y funcionarios de justicia para que las mujeres denuncien ante personas que entiendan la situación”, opinó la directora del informe.

Casos más resonantes

Oriel Brant, una profesora de inglés que vivía en City Bell, en el Gran La Plata, que fue asesinada en 1984. La causa de su muerte prescribió sin resolverse y sin acusados. María Emilia González, su hermana Paula y Verónica Villas, las tres asesinadas en Cipolletti, Río Negro, en 1997. Paulina Lebbos en Tucumán. Sandra Ayala Gamboa en La Plata. Rosana Edith Galliano en un country de Pilar. Sus muertes siguen impunes.