0011267255Cosecha Roja.-

Los dos barras de Rosario Central detenidos el sábado en el estadio Mané Garrincha van a ver la final tras las rejas. Los agarraron en una pelea cuando terminó el partido Argentina-Bélgica. La justicia los acusa de intentar asesinar a un policía y a un funcionario estatal. Los santafesinos José Criscenti y Emiliano Ríos dicen que fue algo común, una “pelea de cancha”, y que el oficial estaba de civil.

Habrían llegado a Brasil después de que la Selección Argentina clasificara para cuartos de final y pensaban quedarse para dar la vuelta. Pero ahora Criscenti y Ríos, vinculados al jefe de la barra brava de Rosario Central Pillín Bracamonte, están en la cárcel común del Departamento de Policía Especializada. Según medios locales agredieron al policía federal de 40 años sufrió traumatismo de cráneo pero ya fue dado de alta.

Se prevé que en los próximos días los trasladen al Complejo Penitenciario de Papuda. El abogado Carlos Varela dijo a Cosecha Roja que recién después de la final Argentina-Alemania habrá novedades sobre la situación procesal y que se está ocupando del caso un Defensor de Oficio brasileño.

Las peleas antes, durante y después de los partidos son baste comunes. Los brasileños acceden a más entradas que los argentinos, van a la tribuna y alientan al rival de la selección nacional. A veces se ponen de espalda al juego y se dedican a cantar contra los argentinos.

Hay una lista con 2100 hombres que tienen prohibido el ingreso a Brasil. La envió el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos a las autoridades del país anfitrión y fue hecha con la colaboración del Ministerio Seguridad Nacional, el de la Provincia Buenos Aires y el Comité Provincial de Seguridad Deportiva.

A los 43 deportados que había antes de la semifinal, y que detalló el periodista Ulises Rodríguez en Infojus Noticias, se acaban de sumar tres argentinos a los que les prohibieron la entrada vía Río Grande Do Sul por “prácticas violentas en estadios de fútbol”.

Salvo Bebote, el jefe de la barra de Independiente, que montó un show mediático tras su regreso del anteúltimo partido, el resto de los barras mantienen un perfil bajo. Bebote entró primero por avión y no tuvo inconvenientes. Para el encuentro en Porto Alegre contra Nigeria llegó por tierra. Después del último partido tenía pasaje de vuelta porque el domingo eran las elecciones en Independiente. Antes de usar su pasaje lo deportaron y dio una conferencia de prensa disfrazado en un hotel de Puerto Madero.