Buenos Aires, ciudad machirula

Unas 60 organizaciones feministas y transfeministas apoyaron a Anahí de la Fuente, la ex trabajadora del Centro Cultural San Martín que denunció penalmente por acoso sexual y maltrato físico a Diego Pimentel, ex director del CCSM. Pimentel es un eslabón más de la cadena de denuncias a la desidia en políticas de género. Siete voces feministas te cuentan cómo de macrista a machista hay sólo una letra y todo un gobierno.

Buenos Aires, ciudad machirula

13/09/2019

Por Lule Oke @luleoke

Foto: Pandilla Feminista

Unas 60 organizaciones feministas y transfeministas apoyaron a Anahí de la Fuente, la ex trabajadora del  Centro Cultural San Martín que denunció penalmente por acoso sexual y maltrato físico a Diego Pimentel, ex director del CCSM. “Repudiamos por completo el hecho de que un sujeto que ejerce este tipo de violencias ocupe cargos jerárquicos en espacios que reúnen la cultura, la educación y el Estado” leyeron durante la ronda de prensa algunas representantes de la agrupación Actrices Argentinas. Pero esta no es una nota sobre abuso, ni escraches. O sí. Diego Pimentel es un eslabón más de la cadena de denuncias a la desidia en políticas de género. He aquí siete voces del ámbito de la salud, la educación, la vivienda, las organizaciones sociales, el trabajo. Siete feministas que te cuentan cómo de macrista a machista hay sólo una letra y todo un gobierno.

I · 40 pesos por día a cada víctima género 

Maru Bielli, socióloga y candidata a legisladora porteña por el Frente de Todos, cuenta que “desde el 2015 el gobierno del PRO destina el 0,08% del total de los recursos para la Dirección General de la Mujer donde se atiende alrededor de 19 mil casos de violencia de género por año.  Es decir que con un presupuesto de 250 millones son menos de 40 pesos por día a cada víctima”. El Gobierno de la Ciudad invierte el triple en publicidad -750 millones- y 12 veces más al recambio de las veredas -2.600 millones-.

De la Dirección General de la Mujer dependen los Centros Integrales de la Mujer que fueron pensados para la atención, seguimiento y recuperación de las víctimas de violencia de género. Una trabajadora del CIM, que accedió a dar su testimonio pero no su nombre, reveló que es real que el gobierno activa la creación de nuevos CIMs, pero ¿cómo lo hace? “Tercerizando…”. Hace una pausa y sigue:


“Se co-gestionan con asociaciones civiles, en general ONG, así la Dirección se desentiende del centro, no paga la luz, ni nada, sólo pasa un subsidio para el pago de las trabajadoras que son todas mujeres.


Les facturamos a la ONG, ¿entendés? no tenemos ningún derecho laboral, ni ART, ni aguinaldo, ni nada. Atendemos situaciones gravísimas sin recursos y desde un lugar muy precario, la mayoría de nosotras hacemos horas de más que nadie cuenta, porque no podemos dejar en banda a una víctima de violencia… Así trabajamos en los programas de la Ciudad”.

II · Huir de la violencia en casa para terminar en la calle

Según el segundo censo popular, realizado este año por 500 voluntaries,  7251 personas viven en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires. De ellas, 5412 no tienen acceso a paradores, ni a establecimientos con convenio con el gobierno de la ciudad, es decir que duermen en la vía pública. El 80% son varones cis, el 19% son mujeres cis y el 1% declara ser travesti o trans. “Es por los procesos de socialización del género las mujeres tardan más en llegar a situación de calle” explica Florencia Montes Paez de No Tan distintas, “está muy mal visto que una mujer cis, que es percibida como débil y vulnerable, quede en la calle. Entonces se activan tejidos sociales y familiares para no llegar a esa situación. Por otro lado al estar a cargo de las tareas de cuidados en la economía dominante muchas de nosotras trabajamos cama adentro para clases altas, o cuidamos a algún familiar. Nosotras pensamos que si se considerara a las mujeres cis y las cuerpas disidentes que están en situaciones de violencia en sus casas, y no dejan la vivienda porque no tienen a dónde ir, el número sería mayor” dice, frente a una Ciudad que cuenta con sólo dos refugios para mujeres en situación de riesgo.

Todas las violencias a las que se encuentran expuestas las mujeres y disidencias quedan potenciadas en la calle, “además hay una discriminación que se basa en los estereotipos culturales y morales de la higiene: son vistas como malas madres, como consumidoras o vagas o ladronas sólo por el hecho de estar en la calle. O sea el imaginario es que una mujer que está en la calle es porque hizo las cosas mal”.

III · Fórmula de varones y gabinete también.

Vickie Freire es coordinadora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas: “Si miramos la estructura del gobierno de la ciudad actual resulta más que elocuente que no se tomaron la molestia ni siquiera de cumplir con el cupo del 30%: los varones ocupan 8 de los 11 ministerios, además de la jefatura de gabinete, el jefe de gobierno y su vice”, relata a pocos días de las elecciones en las que Horacio Rodríguez Larreta se presenta con una fórmula sin mujeres, junto al actual  vicejefe de gobierno, Diego Santilli.

La paridad aporta en términos de una representación más democrática, aunque por supuesto se necesita un proyecto político de igualdad para que las bancas sean ocupadas a favor de las mayorías y no de un puñado de pocos. Hay mujeres en lugares de poder que son funcionales al  machismo neoliberal, no nos comemos la curva”, concluye Freire. 

IV · 1 de cada 5 mujeres en la ciudad busca trabajo y no lo encuentra 

Si bien la participación laboral de las mujeres crece, las brechas económicas persisten. Patricia Laterra, docente de la UBA , explica  que “según la última encuesta permanente de hogares de INDEC el primer trimestre de 2019 indica que la tasa de desocupación promedio para las mujeres en CABA es del 8,2%, sin embargo para las mujeres de hasta 29 años, la tasa de desocupación se ubica en un 19,8%. Esto es 1 de cada 5 mujeres en la ciudad busca trabajo y no lo encuentra.” Uno de los factores que explican este porcentaje es: la injusta organización social del cuidado y las políticas públicas insuficientes para revertirla, “la última encuesta de uso del tiempo realizada en la CABA en 2016 arroja que no importa si estás o no ocupada, las mujeres realizan trabajos domésticos y de cuidados no remunerados por más de 5 horas por día. Las diferencias socio-económicas aquí también se dejan ver. Las de menores ingresos destinan mayor tiempo que el resto de sus pares al trabajo no remunerado, siendo que las del primer quintil, 7hs, mientras que las del 5 quintil de ingresos destinan 3hs. Estos datos no pueden mostrar el nivel de precariedad y desempleo que hoy tiene la población LGBT, ya que a pesar de que la Ciudad se irgue como una de las galardonadas entre las diez mejores ciudades del mundo, según los British LGBT Awards, no hay datos oficiales que puedan dar cuenta de sus condiciones de vida”.

V · Faltan 20 mil vacantes en una ciudad donde las mujeres hacemos 75% del trabajo no remunerado

La Ciudad de Buenos Aires es la la Jurisdicción más rica del país, “en la escuela pública se estipula que faltan más de 20 mil vacantes. Un 80% son para el nivel inicial” relata Carolina Brandariz, secretaria de Géneros de UTE.  “Y digo que se estipula, porque desde que existe la inscripción online, el gobierno de la ciudad monopoliza los datos oficiales sobre la falta de vacantes y los datos son los construidos por las organizaciones populares. Esto conlleva a dos problemas: por un lado el derecho de lxs chicxs a recibir educación a partir de los 45 días como lo estipula la Constitución de la Ciudad. Pero además,  dificulta las posibilidades de las mujeres a desarrollarnos laboral, profesional y políticamente”, detalla Carolina que sabe que en Argentina las mujeres hacen el 75% del trabajo no remunerado doméstico.

Para resolver la falta de vacantes el gobierno de la Ciudad creó 104 Centros de Primera Infancia (CPI) a los que asisten más de 12 mil niños y niñas. Los CPI no dependen de la cartera educativa sino del Ministerio de Desarrollo porteño, por ende no son considerados docentes y los  trabajadores se encuentran en estado de profunda precarización. 

VI · No hay educación sexual en las escuelas, ni anticonceptivos en los hospitales

 Lucas “Fauno” Gutiérrez es activista VIH+ “Yo me atiendo en el Hospital Fernández y no hay reactivos para medir mi carga viral. De hecho hace un tiempo que en el Hospital Muñiz saltó que faltaban medicamentos por un cartel pegado en la ventanilla de informaciones. Si en el distrito más rico de la Argentina, ésta es la situación, imaginate en el resto del país”.

En este sentido una médica pediatra e infectóloga -que no quiso dar el nombre por miedo a perder su trabajo- cuenta que en la Ciudad “no está completamente implementada la Educación Sexual Integral, ni la Ley de salud sexual y reproductiva, ni la Ley de interrupción legal del embarazo. No se les acercó herramientas de cuidado a lxs adolescentes, sumado a un déficit de insumos, como preservativos y pastillas de anticoncepción de emergencias y de turnos para revisiones”. “Por otro lado es muy preocupante la situación de la sífilis y tuberculosis que tiene de los peores indicadores con las mayores mortalidades por abandonos, particularmente en tuberculosis. Y con respecto a Sífilis, según el boletín de la Ciudad de Buenos Aires,  y comparando las comunas de mayor poder adquisitivo con las de menor, hay 30 veces más posibilidades de tener sífilis en el embarazo y congénita, enfermedades que tienen que ver con la accesibilidad al sistema de salud”, agrega y concluye: “Esto habla de unos grados de inequidad muy grave para las mujeres embarazadas. La sífilis congénita se evitaría sólo con lo estudios correspondientes durante el embarazo y su tratamiento penicilínico a tiempo.” 

VII · Sólo 1 de cada 10 travestis-trans está inserta en el mercado formal de trabajo.

Alba Rueda es activista trans de Mujeres Trans Argentina: “En la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, donde residen los ministerios nacionales, uno de los lugares culturales más importantes, con centros educativos destacados, el destino de las personas trans es la prostitución”, señala. El  9% de las travestis y trans de la Ciudad está inserta en el mercado formal de trabajo, otro 15% está precarizade, para el resto, más del 70%, la prostitución sigue siendo la fuente de ingresos. Con respecto al cupo laboral trans “no se aplica, es por eso que para nosotres Larreta es prostitución, muertes evitables y exclusión”.

Esta nota fue producida en el marco de la Beca Cosecha Roja y publicada también en Matria