Sandra Spacarotella

Cosecha Roja.-

Sandra Spacarotella vive en Temperley, provincia de Buenos Aires. El año pasado actuó con su grupo de danza afro en la Sala Alberdi, en conflicto desde 2006 con el gobierno de la Ciudad. Quedó fascinada con la forma en que los militantes organizan los espectáculos y el mantenimiento de la sala. Le atrajo la idea de hacer funcionar una sala de teatro como una cooperativa en el corazón de Buenos Aires, en un sexto piso de la mítica avenida Corrientes. Comenzó a asistir a las actividades, a las asambleas, a colaborar como una simpatizante de la causa. Una vez llevaba yerba. Otra, guantes de limpieza. El día anterior a desaparecer, lavandina.

Elsa Moyano es la madre de Sandra. Trabajan juntas en un taller de marcos, lo que las hace estar en contacto permanente con el ambiente artístico. Sandra está bajo tratamiento psiquiátrico y con medicación desde que tuvo un brote psicótico a los 28 años. Hoy tiene 35. Todos los meses recibe una inyección que, según Elsa, “la baja enseguida y se le ordenan las ideas. La última se la dieron el 6 de marzo y dura 30 días. Evidentemente, esta vez no hizo efecto, o fue un efecto rebote que, no sabemos por qué, pero no la bajó. Cuando eso pasa, empiezan a desordenársele las ideas”.

El viernes 8 de marzo pasado, Sandra salió de su casa y pasó la noche en la sala. Al otro día no volvió a su casa. Ni el domingo. El lunes, su madre realizó la denuncia tanto en la provincia como en Capital Federal. Antes de eso, tuvo noticias: Sandra había estado en Sarandí entre las 16 y las 18. Una chica habló con ella desde la ventana de su casa y la notó perdida. Llamó a la policía, que dijo que, como Sandra no estaba provocando disturbios ni había sido denunciada su desaparición, no podían hacer nada. Sandra se fue, pero dejó sus llaves: así pudo saber Elsa que se trataba de ella.

Es difícil saber en qué estado se fue Sandra de la Sala Alberdi el sábado. Los activistas de la sala no quisieron hablar con Cosecha Roja porque “ella no era militante”, sino apenas una simpatizante. A Elsa la preocupa más todavía el hecho de que, el día que Sandra se fue, hacía calor, por lo que no llevó abrigo. No sabe cómo se las estará ingeniando con el frío de los últimos días en Buenos Aires. Por el momento, continúa la búsqueda: la familia le hizo llegar a María Eugenia Vidal, vicejefa de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, un informe para que se tenga en cuenta su posible aparición en alguno de los albergues de la ciudad. Los patrulleros de la provincia llevarán una pegatina con su cara y mañana a las 14 se realizará una manifestación en Plaza de Mayo para pedir por su aparición.