colectivoCosecha Roja.-

Jennifer Vallejos volvía en colectivo del colegio y recibió un disparo en la nuca. Segundos antes de bajarla agonizando en Merlo, tres hombres habían intentado robar a los pasajeros y un hombre sentado en el fondo empezó a los tiros. Lo buscaron dos semanas y hoy detuvieron al primer sospechoso: un ex policía bonaerense, dado de baja  hace 26 años. Lo encontraron por un identikit y confirmaron el viaje en el 96 por los registros de la SUBE. Las muertes en manos de policías fuera del servicios no son aisladas: según el CELS, en el primer trimestre de este año, asesinaron a 24 personas.

Hoy a la mañana oficiales de la Jefatura Departamental de Merlo allanaron la casa del ex bonaerense, en el barrio Las Torres en Pontevedra, a 4 cuadras de la parada del 96. El hombre quedó detenido acusado de disparar y el fiscal de La Matanza José Luis Longobardi, será el encargado de tomarle indagatoria.

Alejo Darío Cepeda, el ex policía de 65 año fue oficial de la Comisaría 1era de La Matanza hasta 1989, cuando lo dieron de baja. Según la base de datos del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), sólo en Capital Federal y Conurbano Bonaerense en los últimos 10 años murieron al menos 1.286 personas civiles en hechos de violencia institucional con participación de integrantes de fuerzas de seguridad. A veces son accidentes. Otras, peleas familiares o callejeras que se resuelven a las balas. “La presencia de un arma de fuego hace que muchos de los conflictos terminen en la muerte de algún integrante”, dice el informe.

Los altos niveles de participación de los funcionarios de franco en hechos de violencia indican que portar armas fuera de servicio es habitual: “Los policías circulan armados en su vida diaria. La portación del arma fuera de servicio tiene un fuerte impacto en hechos de violencia intrafamiliar en los hogares de policías”. Cepeda hacía más de dos décadas que estaba dado de baja.

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El 29 de junio Jennifer se tomó el 96 para volver de la secundaria en Ciudad Evita, la 24 de San Alberto. El colectivo frenó en Otero y Zavala y se subieron diez personas. Entre ellos, tres hombres que intentaron robar. Un pasajero sacó un arma y empezó a disparar. La adolescente de 17 años no fue la única alcanzada por las balas policiales: un adolescente 16 recibió un tiro en la ingle izquierda, un joven de 30 un balazo en el estómago y uno de los asaltantes terminó herido.

El ‘tirador anónimo’ huyó. Dos de los asaltantes también. A ella la trasladaron en auto al hospital Simplemente Evita, en González Catán y murió. El asaltante herido llegó al mismo lugar por su cuenta, intentando disimular. El novio de Jennifer y otros pasajeros lo identificaron. El papá de la adolescente contó a los medios que, cuando lo vio, el hombre se le rió en la cara. La policía lo identificó y quedó detenido. A los otros dos pasajeros con impactos de bala los llevó el colectivero llevó hasta un centro asistencial de la zona, donde los atendieron.

El novio de Jennifer viajaba con ella y pudo ver al agresor. Después, a pedido de la policía, ayudó a dibujar el identikit que llevó a los investigadores hasta lo de Cepeda.

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A principio de julio Ezequiel, de 14 años, jugaba con un amigo de 18 a la PlayStation en lo de su tío, un oficial de la Policía Bonaerense. Agarraron el arma 9 milímetros reglamentaria y se pusieron a imitar los movimientos del juego. Aunque el tío le había sacado el cargador quedaba una bala en la recámara: el más grande le disparó accidentalmente a Ezequiel en la cara y lo mató.

[Nota publicada el 13/7/2015]