Cristian Tomás Palacio caminaba por el barrio porteño de Villa Crespo el domingo a la tarde cuando lo increpó un hombre que estaba junto a su hijo de seis años. En el relato que subió a su perfil de Facebook cuenta cómo se salvó de la golpiza que estuvo a punto de recibir. Al final, sólo quedaron abrazos con las testigos.

“Domingo 2 de julio, Villa Crespo 19:00 hs

Estaba en la puerta del Burger King de la estación Ángel Gallardo esperando a una amiga y había un tipo de 30/35 años aproximadamente con su hijo de seis. El adulto “jugaba” a la pelea con el niño, en un momento le dice algo, que no escucho y el niño le dice que no con cabeza. Se acerca a mí y me pregunta si sabía qué colectivo lo llevaba hacia Avenida Cabido, le digo que no sé. Luego mira al niño y le dice

– ¿Qué le hacemos a los putos que tienen un aro en la nariz?- haciendo referencia a mi septum.

Yo me quedo helado, él le vuelve a preguntar y el niño no responde. Lo increpo:

– ¿Me vas a arrancar el aro?

El pibe me mira y dice:

– ¿Qué te pasa puto de mierda?

Miro al pibe y lo observo bien: metro ochenta y pico, rubio con chupín, corte rapado y borcegos de militar.  Se me viene encima y corro para el medio de avenida Corrientes. Grito:

– Este tipo es neonazi y le está enseñando a su hijo a que me pegue por puto-

El flaco responde:

– Vení acá puto de mierda que te voy a moler a palos, anda hacerte coger- la gente mira.

Paro el tráfico y grito nuevamente:

– Vení a pegarme en el medio de la avenida así la gente ve como un neonazi me pega por puto

El chabon me empieza correr por el medio de avenida Corrientes y en el trayecto rompe dos espejos retrovisores de autos. El niño llora y lxs transeúntes inmóviles, salvo una señora que se acerca al niño.

El chabon se va con el nene y la gente forma un círculo a mi alrededor. Un señor incita a que haga la denuncia a la policía y se va. Quedan tres pibas y una de ellas sin mediar palabra me abraza, las otras dos hacen lo mismo.

Tenemos que cuidarnos y ser más bichas. Exponer al agresor y pararme en medio de la avenida me salvó de los golpes correctivos. Lamento profundamente por lo que tuvo que pasar el niño, pero no iba a ser cómplice del adoctrinamiento al que lo estaban sometiendo. Las maricas, travas y tortas existimos y resistimos.

Me dijeron las pibas que el niño decía mientras lloraba “No me gusta que hagas estas cosas papá”. Espero sinceramente que mientras crezcas no te sigan gustando esas cosas, porque te necesitamos de nuestro lado para matar al macho de tu viejo.

La primavera del matrimonio igualitario y la ley de identidad de género terminó hace rato, ir hacía la derecha no es solamente de manera política y económica, ¡Esto es social!
El enemigo hoy siente nuevamente la impunidad, sale a la calle y hace carne su odio. Por suerte estamos preparadxs, por suerte nos tenemos <3.”

Foto: Cosecha Roja